Cuarto partido sin ganar en la liga regular del FC Barcelona. Esta vez, en un choque complicado ante el Valencia, que les puso las cosas complicadas a los catalanes desde el primer minuto. Los de Marcelino abrieron el electrónico en la primera jugada por medio de Garay tras un fallo en cadena de la zaga culé. Pronto el Barça mejoró con el esférico y por medio de la pelota consiguió empatar el choque gracias a un golazo de Messi. Sin embargo, el ritmo del choque descendió en la segunda mitad, lo que provocó que el equipo de Valverde casi no tuviera ocasiones de gol. Los cambios, además, llegaron muy tarde.

Vermaelen entraba de inicio por Lenglet

La fórmula azulgrana quería ser la misma que asombró en un partido deslumbrante en Londres ante el Tottenham. El ‘txingurri’ repetía el 4-3-3 con Arthur como titular junto a Sergio y Rakitic, por lo que Coutinho repetía como extremo izquierdo. Dembélé volvía a ser suplente y Luis Suárez, pese a los problemas de rodilla, era titular en Mestalla. La única variación, la de Vermaelen por Lenglet en la zona defensiva, que estuvo bastante correcto durante los noventa minutos, aunque, como en el resto de la defensa, falló en el gol local.

Otra vez por detrás en el marcador

De nuevo uno de los principales problemas en lo que va de temporada precipitó que el partido se le pusiera cuesta arriba al Barça. La falta de concentración en los primeros minutos. Otra vez el equipo catalán no estuvo acertado y en la primera jugada comprometida llegó el gol de Garay. Vermaelen no pudo despejar y su toque de cabeza desvió la trayectoria del esférico. Ni Piqué ni Luis Suárez taponaron el centro y al Barça de nuevo le tocaba remar en el marcador. Una tónica que se ha repetido seis veces esta temporada, cinco en LaLiga y otra en la Supercopa.

Piqué vuelve a estar en el punto de mira | Foto: Noelia Déniz, VAVEL
Piqué vuelve a estar en el punto de mira | Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Sin embargo, el Barça si dejó destellos de su juego en el primer tiempo. La paciencia en el toque comenzaba a abrir huecos en la defensa che. Arthur volvía a asociarse bien con Coutinho y Messi se mostraba muy participativo en el juego. Una genialidad del argentino en una pared con Suárez rompían a la zaga blanquinegra para ​colocar las tablas. Un gol que abrió el camino de la remontada, pero acabó diluyéndose en la segunda mitad. Los de Ernesto Valverde no fueron capaces de romper las líneas de un Valencia ordenado que esperaba su momento para poder llevarse los tres puntos.

Conformismo con el empate

El Barça parecía conformarse con tocar el balón y esperar que en los últimos minutos la fatiga del conjunto de Marcelino (que tuvo un partido complejo entre semana en Old Trafford) dejase huecos en las ofensivas azulgranas. Al final el cansancio pareció hacer más mella al FC Barcelona, que fue incapaz de crear peligro continuado sobre la meta de Neto. Demasiado plano por momentos, el equipo pedía a gritos una variación, un cambio, un giro de timón que dejase opciones reales de llevarse tres puntos vitales para mantener un liderato que se alejaba por primera vez en la temporada.

Al Barça le faltó velocidad en los últimos metros 

Pero los cambios no llegaron. O lo hicieron demasiado tarde. Dembélé no ingresó en el terreno de juego hasta el minuto 83’, en lugar de un Coutinho notablemente cansado. Después saltaría al césped Rafinha para disputar apenas cinco minutos en los que pasó inadvertido. Al Barça le faltó frescura, fluidez en el juego, ideas en tres cuartos. Valverde no supo leer el partido y actuó de manera tardía en incompleta. El Barça pierde el liderato y confirma que en el encuentro de Wembley rindió por motivación y entrega, y que si el equipo no compite con la entrega que muestra en Champions, habrá más momentos malos que pueden costar el campeonato de Liga.

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