El Real Zaragoza, un equipo fundido mentalmente

El Real Zaragoza está atravesando el peor momento de su historia y los jugadores lo están viviendo de primera mano. El estado anímico es una de las claves del pobre rendimiento en este inicio de temporada.

El Real Zaragoza, un equipo fundido mentalmente
Zapater y Cristian hundidos sobre el césped | Foto: LaLiga
jantooon
Por Jorge Antón

El Real Zaragoza se está convirtiendo en la viva imagen de la desesperación, una desesperación contraída tras nueve partidos sin conseguir la victoria. Tan sólo tres puntos de 24 posibles se presumen insuficientes para cualquier equipo que, mínimamente, quiera competir en una Segunda División cada vez más dura.

El bagaje de puntos se une a las pésimas sensaciones sobre el terreno de juego y a los numerosos obstáculos que se van cruzando en el camino del conjunto maño; un cambio de entrenador antes de superar el primer cuarto de competición y las continuas lesiones están siendo un lastre difícil de solventar, además de estar mermando el estado anímico de los jugadores.

Pese a contar con una masa social extraordinariamente amplia y capaz de llevar a su equipo en volandas, parece que este apoyo esté teniendo el efecto contrario. Las 27.000 almas zaragocistas no han cesado en su intención de ser el pilar que sustente al equipo pese a las continuas decepciones de cada fin de semana. Sin embargo, en el último encuentro, frente al Granada, la grada mostró su descontento de forma ostensible con unos jugadores que apenas pudieron aguantar el chaparrón cabizbajos y fundidos tras una nueva derrota. Los gestos de jugadores vitales como Zapater, Cristian Álvarez o Jorge Pombo denotaban una tremenda desolación tras ver como la situación cada vez se hace más difícil de levantar.

Fue el propio Cristian Álvarez quien salió a rueda de prensa unos días más tardes para hablar sobre la situación. Dejó muy claro cuál era el camino a seguir para poder remontar en la tabla. “Tenemos que ser once leones en el campo”. Además, quiso cargar con la culpa en nombre del vestuario y dar confianza a la afición. “Nosotros somos los encargados de generar ese cambio, de empezar a devolverles la ilusión, y que esos pitos se conviertan en aplausos”.

La realidad es que el estado anímico de los jugadores está mermando el rendimiento sobre el terreno de juego. Si echamos la vista atrás nos damos cuenta de que a pesar de que los resultados no llegaban, el estado anímico era bueno ya que las sensaciones sobre el césped no eran del todo malas. Sin embargo, esto no está ocurriendo en la presente temporada. Por ello, una de las tareas que deberá llevar a cabo Lucas Alcaraz será recuperar a un equipo que parece no encontrarse y que necesitará hacerlo cuanto antes para poder ir mejorando sus prestaciones y reengancharse con la zona alta de la clasificación.