El Tartiere se lleva el derbi

El Real Oviedo se impone al Sporting de Gijón en un derbi asturiano tras anotar dos goles en los primeros quince minutos de encuentro.

El Tartiere se lleva el derbi
La plantilla celebra la victoria en el derbi | Imagen: Real Oviedo
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Por Marcos Granda

El Real Oviedo logra imponerse de nuevo en el derbi asturiano celebrado en el Carlos Tartiere. Los azules comenzaron muy metidos, anotando dos goles en apenas catorce minutos, que les ayudaron a mantener la ventaja tras el tanto de penalti de Carmona. 

Una primera parte de escándalo

El ambiente creado en los instantes previos al derbi asturiano, solo tenía la intención de infundir un mayor deseo de triunfo en los jugadores del Real Oviedo, que se vieron escoltados por miles de oviedistas en el camino que el autobús realizó desde el Hotel Ayre hasta el Estadio Municipal Carlos Tartiere. Las bengalas por las calles de la capital crearon una atmósfera que podría haberse dado en cualquier partido de Champions League, que junto a la salida al campo con un tifo digno de mención, hicieron que los hombres entrenados por Juan Antonio Anquela entrasen muy enchufados al encuentro, creando peligro desde los primeros instantes. Además, la lesión de Isma Cerro en los primeros 60 segundos, hizo que el conjunto de Baraja estuviese desubicado en todo momento. 

Los jugadores se encuentran con la afición | Imagen: Real Oviedo
Los jugadores se encuentran con la afición | Imagen: Real Oviedo

Con tan solo cinco minutos consumidos, el Real Oviedo dispuso de una falta lejana que fue botando de cabeza en cabeza, mientras unos intentaban llevarlo a la portería y otros sacarlo de la zona de peligro. Tras un último rechace, Tejera intentó la volea desde fuera del área, pero su disparo salió mordido, botando delante de él, aunque con la fortuna necesaria de llegarle a Ibra, quien no dudó en intentar una semi chilena para batir a Mariño gracias a que el remate le salió muy ajustado al palo de la portería rojiblanca. Minuto seis, y el Oviedo ya vencía por 1-0.

Con un Sporting de Gijón totalmente desconectado, los carbayones siguieron acosando la meta rival, aprovechando especialmente los errores de los rivales. Apenas ocho minutos después del tanto de Ibrahima Baldé, Saúl Berjón fue el encargado de botar una nueva falta lateral para el Real Oviedo, la cual puso magistralmente en el área del Sporting, para que llegase desde atrás el mexicano Oswaldo Alanís y marcase su primer gol como oviedista para batir de nuevo a Mariño en el minuto 14 del encuentro. El Tartiere estaba desatado tras los dos goles azules en menos de un cuarto de hora de partido y la fiesta en la grada comenzaba a ser la tónica.

Tras este inicio fulgurante, el Real Oviedo siguió intentándolo ante un Sporting de Gijón que no contaba con ocasiones excesivamente claras, aunque el ritmo del partido decayó y se llegó al descanso con 2-0 en el electrónico y la sensación en las gradas de que tanto se podían meter más goles, como que se iba a sufrir en los instantes finales.

Ibra y Bárcenas celebran el primer tanto | Imagen: Real Oviedo
Ibra y Bárcenas celebran el primer tanto | Imagen: Real Oviedo

Faltó Berjón y el Oviedo se descompuso

El Real Oviedo en el Tartiere está firmando unos partidos muy similares por lo general, con un buen dominio en la primera mitad, pero viniéndose abajo tras el paso de vestuarios, cometiendo muchos más errores de lo normal en situaciones en las que en los anteriores 45 minutos no lo hacían. Con el anuncio por megafonía de que Saúl Berjón no saldría al campo en la segunda mitad y que le sustituía Diegui Johannesson (todavía falta por saber si se debe a una molestia tras su lesión la pasada semana), la afición carbayona se preparaba para que eso volviese a suceder al faltar el mejor socio de Sergio Tejera durante la primera mitad. Y así fue.

Los de Anquela comenzaron a ponerse nerviosos, a no sacar bien el balón jugado, a realizar despejes absurdos o pases en largo innecesarios ante las inútiles carreras de un Joselu y un Ibra que se estaban desfondando en intentar llegar a esos balones y a la presión. Si bien es cierto que los azules estaban siendo imprecisos y jugando peor, el Sporting tampoco estaba metiendo en excesivos aprietos a la defensa carbayona, sin lograr disparar entre los tres palos y realizando centros de poca calidad que siempre blocaba Nereo Champagne. Y así, poco a poco, se iban consumiendo los minutos en un encuentro con más parones por tarjetas y faltas, que juego bonito.

Los peores presagios estuvieron acertados, y en el minuto 73, el colegiado señala un penalti a Forlín sobre Neftali, que termina convirtiendo el capitán rojiblanco Carlos Carmona tras engañar totalmente a Champagne. Quedaba algo más de un cuarto de hora y el miedo en el Tartiere se hacía palpable. Sin embargo, aunque los azules ya no veían la forma de deshacerse de la presión, el conjunto de Baraja seguía sin ofrecer excesivo peligro, con más balones colgados al área y atrapados por el guardameta azul, que cualquier otro tipo de ocasión. Así, y con el aliento de un Tartiere entregado, la afición llevó en volandas a los jugadores del Real Oviedo a aguantar el resultado, dando por terminado el encuentro con el 2-1 que rezaba el electrónico del Tartiere. 

Tejera asumió los galones tras el cambio de Berjón | Imagen: Real Oviedo
Tejera asumió los galones tras el cambio de Berjón | Imagen: Real Oviedo

La afición, de diez

Se veía venir. A pesar de haber salido derrotados la pasada jornada en Coruña por 4-0, la afición del Real Oviedo había decidido enterrar ese mal resultado y centrarse solo en el derbi. El recibimiento del autobús, lleno de bengalas, fue una de las imágenes más compartidas en Twitter, llegando hasta las redes sociales de programas deportivos de Estados Unidos como Bleacher Report. Posteriormente, en el estadio, las bufandas pintaron las gradas del Tartiere, a excepción del Fondo Norte, que se vio cubierto por el tifo que Symmacharii manufacturó, en el que se leía la frase "Defensores de un escudo inquebrantable".

Todo esto acabó estallando en cuanto el colegiado pitó el final del encuentro, con todo el banquillo oviedista saltando al verde a celebrar la victoria con los futbolistas, que se colocaron en el círculo central, dejando al hispano-islandés Diegui Johannesson en el centro para realizar la tradicional haka islandesa que se hace en el Tartiere cuando el Oviedo gana. Finalmente, los jugadores se dieron una vuelta por todo el estadio, recibiendo el cariño de todos los aficionados, para acabar saliendo nuevamente del vestuario y entregar las camisetas de juego a los que quedaban en la grada quince minutos después de que acabase el encuentro. 

Tifo elaborado por Symachiarii | Imagen: Real Oviedo
Tifo elaborado por Symachiarii | Imagen: Real Oviedo

Fue una preciosa tarde de fútbol en Asturias, un derbi que merece una categoría superior y en la que los carbayones se marcharon a casa muy felices con el resultado de su equipo