El Real Oviedo perdió hace dos tardes en el Nuevo Los Cármenes, el feudo del Granada, un estadio del que sólo ha conseguido salir victorioso en dos de las diecinueve ocasiones en que lo visitó. Se trataba, por tanto, de una visita importante, teniendo en cuenta que este año la entrada a los playoffs de ascenso se cotiza muy al alza.

El conjunto carbayón partía desde un papel completamente antagonista al de favorito. Es quizás esa arma, la que le podía haber beneficiado, la estrategia de ir de tapado como lo hizo en su día el Real Sporting de Gijón, en lo que supuso el estreno de José Alberto como entrenador del club rojiblanco.

Aunque se esté hablando de una estadística engañosa, ya que el Oviedo ha visitado Granada dos veces desde que ascendiera con Vicente Miera en el 88, aún no ha ganado allí en su historia reciente. El último antecedente que se saldó con victoria carbayona fue en el Tartiere, el 18 de marzo de este mismo año. En ese partido, que coincidió con la fiesta del 92 aniversario azul, lo decidió un tanto del canterano Steven Prieto.

El partido de la primera vuelta, sin embargo, no tuvo final feliz para el cuadro de Juan Antonio Anquela, y la falta de intensidad y de contundencia, acabaron por sentenciar el partido con un 2-0 que frustraba mucho los ánimos de los aficionados, ya que se trataba de otra derrota fuera de casa.

Se encontraba, por tanto, el Real Oviedo, ante la posibilidad de romper con una estadística realmente atroz, pero el equipo, que daba por bueno el empate ya en el trascurso de la segunda mitad, a pesar de haber tenido sus ocasiones para haberse puesto por delante, sucumbió ante una sutil vaselina del delantero colombiano, Adrián Ramos.

El balón, que entró llorando en la meta de Nereo Champagne, deja contra las cuerdas al técnico azul, Juan Antonio Anquela. El jiennense, que desde la no consecución del objetivo la temporada pasada lleva siendo cuestionado, podría salir de la entidad carbayona en caso de no lograr la victoria el próximo fin de semana ante el Málaga.