A pesar de haber finalizado el 2017 con una goleada contundente ante la Cultural y Deportiva Leonesa, por tres tantos a cero, en el Carlos Tartiere la falta de gol en los momentos importantes de la temporada marcó el devenir de la temporada del Real Oviedo. Este fue uno de los aspectos clave que privaron al club carbayón de haber disputado los playoffs de ascenso a Primera División.

La dinámica con la que se había acabado el año pasado parecía seguir su curso en la entrada del presente. Cinco goles dieron cinco puntos al equipo carbayón en los tres primeros partidos, una cifra muy positiva teniendo en cuenta que, sólo uno de ellos, el de la victoria por dos a uno ante la Unión Deportiva Almería, fue en el Carlos Tartiere. Dos valiosos puntos se cosecharon ante dos de los tres equipos ascendidos la pasada campaña y fue, en parte, por la efectividad de cara a gol y las pocas concesiones atrás.

A pesar de haber empezado la temporada con cifras goleadoras realmente buenas, ante equipos superiores en el campo, no es que la delantera hubiese contribuido de manera especial a la causa. Toché, lejos de sus cifras goleadoras de años anteriores -más concretamente de las cifras de sus dos primeras temporadas en Oviedo, en las que anotó 17 goles cada una- sólo contribuyó con seis dianas, un número muy escaso incluso sumándolo a la cifra goleadora de su compañero, Miguel Linares.

Miguel Linares, remata de cabeza ante el Lugo. | Imagen: Real Oviedo
Miguel Linares, remata de cabeza ante el Lugo. | Imagen: Real Oviedo

El maño fue entrega, tesón, lealtad y orgullo arriba. El '10' del Real Oviedo trabajó mucho para conseguir los diez goles que completaron su casillero del pasado curso. Su progresión desde que ascendiese a Segunda División con el equipo de la capital del Principado, se hizo palpable, aunque se quedó lejos de los números que un equipo debe tener para ascender a Primera División.

Ni siquiera en el derbi asturiano -el del 4 de febrero-, la delantera del Real Oviedo tuvo un papel destacable, ya que los dos tantos azules corrieron a cargo de un lateral, José María Mossa. A partir de esa victoria, las cifras goleadoras del equipo se vieron muy, pero que muy mermadas, llegando incluso a superar los 180 minutos sin marcar en casa, algo insólito para un equipo que promediaba casi dos goles por partido.

Y es aquí cuando se demuestra que hablar del derbi es hablar de un día precioso para el oviedismo. El hecho de competir contra el eterno rival, ante su gente, después de quince años sin hacerlo, y para encima, ganar, marcó un punto de inflexión en la trayectoria del Oviedo, pero también de deflexión.

Tras aquella fría tarde-noche de febrero, el Real Oviedo entró en barrena en ataque, llegando a promediar menos de un gol por partido. Algo, sin duda, preocupante, teniendo en cuenta el objetivo que se quería conseguir. Apenas 0,94 goles por encuentro, de media, no le bastarían a un equipo que se dejó llevar, o que no pudo mantenerse, mejor dicho, en la cresta de una ola siempre irregular.

De hecho, la diferencia de goles condenó al equipo de Juan Antonio Anquela en el último partido de liga, al que llegaron con ínfimas opciones matemáticas de colarse en la fase de ascenso (4%), y a la que no accedieron precisamente por eso. El Real Oviedo tenía perdido el golaverage con todos los equipos que competían por acceder a los puestos del calor, salvo con el Sporting de Gijón, a quien ni siquiera había opción de alcanzar en la clasificación en las últimas jornadas.

A pesar de los malos registros goleadores de la segunda vuelta, un gol privó a la 'Cultu' de salvar la categoría y al Oviedo de promocionar. | Imagen: Cultural y Deportiva Leonesa
A pesar de los malos registros goleadores de la segunda vuelta, un gol privó a la 'Cultu' de salvar la categoría y al Oviedo de promocionar. | Imagen: Cultural y Deportiva Leonesa

En el curso entrante, la situación no parece haber cambiado demasiado. Toché no es el mismo desde que se lesionara en Alcorcón en octubre de 2017. Sólo hay que ver las cifras mencionadas anteriormente y las de esta temporada -un gol-. Las llegadas de Ibrahima Baldé y Joselu Moreno no parecieron romper todas las estadísticas como lo hiciera el propio Linares en su llegada a Oviedo o el pichichi de la pasada campaña, Jaime Mata.

El senegalés, que parecía haber encarrilado su registro goleador y mejorado el juego del equipo cada vez que entraba como revulsivo, está lesionado, al igual que su compañero y principal competidor por el puesto, Joselu. Ambos padecen una rotura fibrilar y por ese motivo la delantera carbayona acaba el año en cuadro, siendo necesaria la presencia del delantero del filial, Steven Prieto, que ya sabe lo que es anotar con la elástica del Real Oviedo.

Los jugadores del Real Oviedo celebran la victoria ante el Granada, conseguida gracias al gol de Steven. | Imagen: Real Oviedo
Los jugadores del Real Oviedo celebran la victoria ante el Granada, conseguida gracias al gol de Steven. | Imagen: Real Oviedo

En definitiva, la delantera de los de Anquela debe dar mucho de sí, pero más aún debe hacerlo la paciencia del respetable carbayon, ya que hay que tener en cuenta que la enfermería del equipo está completa. Sin duda aprovecharán este parón navideño para recargar las pilas, recuperarse bien y volver con más fuerzas.