En el "argot" del fútbol, y sobre todo en otros deportes como el Balonmano, el Hockey o el Waterpolo, "bajar la persiana" significa no recibir un solo tanto y, por consiguiente, en este caso el portero, con sus actuaciones, también "pone el candado" a su portería. Siempre el deporte tan poético y retórico a su vez. 

El Real Oviedo esta "de dulce". El equipo de Juan Antonio Anquela pasa por un buen momento deportivo, con trés victorias consecutivas y un empate en casa ante el líder, los azules están cerca de los puestos de Play-Off a Primera División. Pero sobre todo el buen gusto que han dejado esas victorias, la sensación es que el equipo cree en sí mismo, la afición sigue al lado del equipo y esta simbiosis no puede acabar mal.

Portería a cero contra dos grandes en el Tartiere; Málaga y Tenerife

Nereo Champagne es sin duda uno de los culpables del buen hacer del equipo en la parcela defensiva, y es que el portero argentino, desde que cogiera el relevo de Alfonso, solo ha encajado dos goles en Soria, y ha tenido actuaciones decisivas como ante el Málaga. Nereo le saco un mano a mano ante el delantero andaluz que bien pudo suponer la derrota del equipo azul. Misma actuación ante el Tenerife, desbarató dos lanzamientos peligrosos de falta directa al borde del área, y se le vio seguro en las salidas frente a los corners bien botados por el equipo tinerfeño. La confianza se consigue a base de buenas actuaciones y colaboración con la defensa. Carlos Hernández, goleador y máximo exponente de la defensa azul, su retorno es capital para el equipo y junto a Alanís, Christian y Mossa con los jugadores más utilizados por Anquela en la zaga. Unos seguros. 

El partido completo de todos

Más cercano en el tiempo está el triunfo del pasado domingo ante el Extremadura, que incluso el Director Deportivo extremeño tildó de "fácil", argumentando de haber visto "al mejor equipo de la categoría que ha pasado por el Fernando de la Era". Y es que el Real Oviedo no tuvo fallos, no desperdició ocasiones, no perdió la posesión y nunca dejo de tener pegada y llegar al área rival. Cuando el Extremadura empujaba, los de Anquela se replegaba y se estiraba como un acordeón bien acompasado y rítmico. Todos defendían, todos atacaban, Nereo no pasó un solo apuro y el marcador fue sin duda, lo de menos, la imagen del equipo, con portería a cero es lo que más gusto en Almendralejo.