Sin apenas tener tiempo para recuperarse del primero, tres días después llega el segundo clásico. Dos partidazos en una semana gloriosa para el espectador, pero que puede convertirse en pesadilla para el que salga derrotado. Aún más si cabe si el que cosecha la derrota este sábado es el Real Madrid, que ya viene tocado del primer envite. Es su última opción, el último clavo al que agarrarse. Los blancos están en plena escalada en busca de llegar a la cima de la montaña que supone remontar una temporada, una cima que parece inalcanzable. Dos tropiezos más, ante el Barcelona y ante el Ajax, y la caída será imparable. El Barça, por su parte, anhela seguir subiendo, dejando atrás a su más inmediato perseguidor. Un golpe más este sábado y dejaría noqueado al Madrid.

Dejar atrás los fantasmas

Reguilón durante el clásico de Copa del Rey/ Foto: Real Madrid
Reguilón durante el clásico de Copa del Rey/ Foto: Real Madrid

Los de Solari no pueden permitirse otra derrota. Dos partidos perdidos consecutivos perdiendo ante el Barcelona, no solo supondría decir adiós a dos competiciones en tres días, sino que sería un golpe moral muy duro en vísperas de la vuelta de Champions.

Una tarea a la que llegará con la presión de saber que es un partido que puede decidir la temporada. Como aspecto positivo, el buen juego mostrado en el clásico copero permite soñar al aficionado madridista con que, jugando así, todo es posible. La parte negativa es que, ante un mal Barcelona, el resultado final volvió a reflejar una goleada.

El Real Madrid tiene ante sí una oportunidad de matar dos pájaros de un tiro. En primer lugar, reengancharse a una Liga que parece casi imposible. En segundo lugar, dejar atrás sus fantasmas cada vez que el máximo rival visita el Bernabéu. El aficionado blanco parece haberse acostumbrado a observar cómo los culés celebran victorias una tras otra en su casa. El clásico del sábado vuelve a presentarse como una opción para que el conjunto blanco vuelva a hacer del Bernabéu un fortín.

En busca del golpe definitivo

El Barcelona, por su parte, afronta este partido como si de una final por la Liga se tratase. Una victoria supondría dejar atrás en la carrera por el título a uno de sus rivales. 12 puntos serían una distancia insalvable y dejarían muy tocado al Real Madrid. Además, saldaría con victoria una de las pocas salidas a domicilio más complicadas que le quedan, dejando el título casi imposible incluso también para un Atlético que espera agazapado en segunda posición.

No está en el mejor momento en lo que a juego se refiere, pero la eficacia y la pegada pueden salvarle en cualquier partido, como ya ocurrió en la Copa. No les hace falta jugar demasiado bien para acabar ganando y con goleada. Además, no hay que olvidar el factor Messi, que, aunque el miércoles no estuvo a su nivel, sería extraño verle dos partidos malos consecutivos en uno de sus estadios fetiche.

La vuelta de Arthur, que ya dispuso de unos minutos en Copa del Rey, es una de las mejores noticias para un Barça que con el brasileño en el campo recupera gran parte de su identidad.

La cuenta vuelve a partir de cero

Messi celebra un gol en Santiago Bernabéu/ Foto: EFE
Messi celebra un gol en Santiago Bernabéu/ Foto: EFE

Tras la última victoria en el clásico copero, el Barcelona ha conseguido hacer realidad algo que parecía imposible a inicios de este siglo: igualar en el número de victorias en sus duelos particulares con el Real Madrid. 95 victorias blancas, 95 victorias blaugranas y 51 empates. Igualdad absoluta. Algo que no sucedía desde agosto de 2012. Con un triunfo, el Barça podría ponerse por delante de su máximo rival en victorias. Un hecho casi insólito que no ocurría desde hacía 87 años. De momento, la cuenta particular entre los dos colosos del fútbol español vuelve a partir de cero.

No sería nada extraño que sucediera, pues el conjunto culé ha logrado hacer del Bernabéu casi su segunda casa. De los últimos 17 clásicos disputados en territorio madridista, el equipo catalán ha logrado la victoria en diez de ellos sumando 39 goles. Parece que gana por inercia.

El Real Madrid buscará poner fin a esta racha culé y defender su casa como no ha hecho en esta última década.

El árbitro

El colegiado del encuentro será Alberto Undiano Mallenco, del colegio navarro, que sustituirá al designado en un principio y ahora lesionado Hernández Hernández. Ayudándole desde el VAR estará Antonio Mateu Lahoz.

Undiano Mallenco, que se retirará al final de esta temporada, arbitrará el décimo clásico de su carrera. El primero de ellos fue en 2014, y desde entonces ha arbitrado cinco victorias azulgranas, tres madridistas y un empate. Entre sus clásicos más conocidos, se encuentra aquel de infame recuerdo para el conjunto blanco que acabó con un sonrojante 2-6.

Posibles alineaciones