La unión volverá a hacer la fuerza

El Real Zaragoza se juega en una nueva final por la supervivencia mucho más que tres puntos. El equipo de Víctor Fernández necesita de su afición para volver  a convertirse en ese conjunto que asustaba a cualquiera la pasada campaña.

La unión volverá a hacer la fuerza
La hinchada zargocista recube al autobús del equipo | FOTO: Real Zargoza
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Por Jorge Serrano

OPINIÓN | No son buenos los tiempos que corren a orillas del Ebro. El equipo de la quinta ciudad más poblada de España está en horas bajas. Quizás en el peor momento de su historia después de aquel verano de 2014 en el que su vida estaba en juego. Es ideal recordar ese momento porque es, seguramente, el momento de la historia reciente del club que todos recordamos por la forma en la que se unió la afición. Y es ideal también para compararnos –sin que sirva de precedente- con aquel momento y cómo lo afrontamos.

Quién no se acuerda en estos momentos de aquel 14 de julio. Todo el zaragocismo unido por la supervivencia del club de sus amores. El club que les ha visto crecer. Por la supervivencia de La Romareda, el estadio que donde han vivido tantas alegrías. Por la supervivencia de una parte de su vida, porque los hinchas del león solo piensan en blanquiazul. Simplemente por no separarse de algo tan vital y tan necesario que se sentían en la obligación de luchar por él hasta el último aliento. Seguramente, si en aquel momento no hubieran llegado los patronos de la mano de la Fundación 2032, ahora no podría estar escribiendo esto. Tenemos que sentirnos orgullosos de lo que hicimos y de lo que somos, pero nunca satisfechos.

Hablo de ese momento porque, como digo, fue un ultimátum sin precedentes en la historia del club blanquillo. Y está claro que esa podría haber sido la última vez que hubiéramos hablado de Real Zaragoza. Pero es que la situación que está pasando ahora mismo la escuadra aragonesa no es ni mucho menos mejor. Son cuatro los puntos que le separan del descenso a Segunda B, lo que llevaría consigo, seguramente, una desaparición del club inmediata. No es viable casi mantener al equipo en Segunda, imagínense en Segunda B.

En estos momentos, uno echa la vista atrás y se imagina cómo habría sido vivir esos grandes momentos que, en mi caso, no tuve la oportunidad de vivir. Quizás tenga mucho más valor el seguir siendo hincha zaragocista sin haber nunca vivido nada grande, pero ya saben, nuestro amor no depende de categorías ni de títulos.

Aún así, la grandeza de club está ahí. Y pertenece, por supuesto, en la mayor parte, a la afición. Las directivas cambian, los jugadores van pasando, pero lo único que permanece y a la que se le debe todo es a la afición.  Una afición que debe de volver a unirse como antaño. Que debe de alentar al equipo con mucha más fuerza que nunca. Una afición que debe olvidarse de temas externos y que debe centrarse en lo futbolístico. Que son cuatro puntos los que nos separan de la desaparición.

Por eso, porque el club merece seguir viviendo independientemente de los jugadores que vistan la blanquilla y porque esta afición se merece todo lo bueno del mundo, debe demostrarle que es mucho más grande que cualquier otra cosa. Y esto se demuestra, por ejemplo, acudiendo al recibimiento al autobús que ha convocado Gol de Pie a las 18:45 en la Calle Luis Bermejo. El año pasado este tipo de eventos fueron clave en la consecución del playoff y el equipo vuelve a necesitarlos. Nosotros tenemos que volver a marcar el primer gol.