Nueva jornada liguera para el Real Madrid y otra más en la que la afición blanca cuenta las horas para que termine el partido y vayan restando días para acabar con la travesía por el desierto. Son muchos los encuentros que ha disputado el conjunto blanco este año sin nada en juego y, ni tan siquiera la llegada de Zidane, ha conseguido dotar al equipo de motivación para afrontarlos. 

Por eso, la tarea del técnico francés para afrontar el partido ante el Villarreal de esta jornada es el de dar con un once titular que, al menos, sea competitivo. Los partidos en los que el Real Madrid actúa como local suelen tener en este tramo del año un denominador común, y es la mejoría ostensible que experimenta el equipo en las segundas partes. Tras una primera mitad de bajo nivel, los futbolistas parecen reaccionar y querer dignificar el escudo. Sin embargo, muchos pensarán que un equipo como el Real Madrid no puede ofrecer tan solo 45 minutos de competición y dejarse ir totalmente el resto del tiempo.

Como visitante el caso es completamente distinto y los últimos partidos han sido una debacle tras otras, en especial, la visita a Vallecas en la que el equipo no dio muestras de querer competir en ningún momento ante un Rayo que le pasó por encima. Ese partido enfadó sobremanera a Zidane y ahora busca un golpe de efecto.

Ante el Villarreal, el entrenador madridista intentará perfilar un nuevo once que de más garantías de tirar del orgullo necesario. En la convocatoria a dejado fuera a jugadores como Bale, Modric o Ceballos, además de los lesionados Ramos, Benzema y Odriozola. Muchas bajas importantes que ayudarán a esa pequeña "revolución" en el once inicial. Además, estará también la gran novedad. La ilusión hecha jugador y la mejor noticia para el Madrid en una temporada para olvidar: la vuelta de Vinicius. Ese será el mejor aliciente para ver a un equipo que necesita demostrar que el coraje de los jugadores aún persiste.