Rodrygo Goes: Ha nacido una estrella

El brasileño, que marcó en su debut oficial, se convierte en el jugador que menos tiempo ha necesitado para marcar su primer gol con el Real Madrid en Liga desde que Ronaldo Nazario lo hiciera en el año 2002 ante el Alavés.

Rodrygo Goes: Ha nacido una estrella
Rodrygo Goes celebra su primer gol en el Santiago Bernabéu. Foto: Real Madrid CF.
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Por José Manuel Padilla Ayala

El ser humano, desde sus orígenes, siempre ha mostrado curiosidad por el cielo, las estrellas y todo lo que conforma nuestro maravilloso planeta. Los griegos, hace miles de años, creían que las estrellas eran Dioses y tenían sus propios nombres y cargos. Estaba el Dios de las estrellas (Astreo), la Diosa de la Justicia (Astrea) e incluso el Dios del Sol (Helios). El caso es que el cielo y las estrellas provocaban una fascinación increíble entre los mortales que pasaban horas contemplando su inmensidad. 

Ahora, poco ha cambiado la cosa. Ya no nos fijamos -tanto- en las estrellas del cielo, sino en las que hay en el campo de fútbol. Quizá por ello reciben este nombre los jugadores que tienen algo distinto al resto. Esa cualidad de agitar a miles de personas en un chasquido. Un chasquido, por ejemplo, de 93 segundos. Es lo que tardó el joven Rodrygo Goes en marcar su primer gol oficial con el Real Madrid. Se estrenó ante el Osasuna, siendo el primer futbolista nacido en el siglo XXI en debutar con el club blanco, y el primer balón que tocó fue directo al fondo de la malla. 

Ha nacido una estrella

Hay motivos para ilusionarse con Rodrygo. Al brasileño se le ve carisma, desparpajo, personalidad y sobre todo, que es lo más importante, calidad técnica. Es lo que se necesita para poder triunfar en el Real Madrid. Es el jugador que menos tiempo ha necesitado para marcar con el conjunto merengue en Liga desde que su compatriota Ronaldo Nazario lo hiciera ante el Alavés en el año 2002 (62 segundos). 

Rodrygo celebra el gol con sus compañeros. Foto: Real Madrid.
Rodrygo celebra el gol con sus compañeros. Foto: Real Madrid.

Las comparaciones son odiosas, es cierto. Pero sí te relacionan con uno de los mejores futbolistas de la historia del fútbol es por algo. Ahora, al chico solo le queda trabajar, esforzarse y aprender de sus compañeros cada fin de semana. Hacerlo con humildad, entrega y con el conocimiento del escudo que lleva en el pecho. Dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Eso sí, si lo hace, prepárense porque estamos ante una nueva estrella del fútbol.