El Real Madrid logró obtener la victoria ante el Granada este sábado por la octava jornada de La Liga 4-2. Tras un 3-0 inicial gracias a los goles de Benzema, Hazard y Modric, el club merengue bajó la guardia y el rival logró anotar dos goles en menos de 10 minutos.

Ante el peligro de que el Granada empatara el encuentro, en el minuto 83 James Rodríguez entró en reemplazo de Gareth Bale y en poco más de 10 minutos de juego, dejó a la afición contenta y aliviada.

Ingresó conectado, con buen ritmo, pero con el cronómetro en contra. Ayudó en defensa, robó tres balones y finalmente en el tiempo añadido por el árbitro, exactamente en el minuto 92, el colombiano volvió a marcar portando el escudo de Real Madrid.

El jugador después de haber jugado para el equipo desde el verano de 2014, hasta 2017, cuando fue cedido al Bayern Munich, no había podido celebrar un gol vestido de blanco.

Tras un verano turbulento, lleno de polémicas declaraciones de su entrenador y rumores sobre su salida, el colombiano ha probado ser uno de los jugadores más conectados en la plantilla del Real Madrid en cada uno de los partidos en los que ha podido jugar.

Pasaron 882 días desde que James gritó un gol con el escudo del Real Madrid, precisamente contra el Granada, el mismo rival con el que volvió a sentir lo que es anotar en el Santiago Bernabéu.

Su emoción fue notoria, se quitó la camiseta tan pronto vio el balón ingresar a la portería contraria, sin importarle la amonestación que esto le conllevaría después. No le interesaba, solo quería celebrar junto con la afición madridista que al finalizar el partido reconoció el trabajo del colombiano coreando su nombre.

Esto sin dudas ha sido una certificación de que James ha vuelto a encontrar su lugar con el madridismo y espera haberlo encontrado en las formaciones de Zinedine Zidane. Incluso optó por no jugar con su selección en el parón FIFA, para abocarse por completo al club y poder asegurarse un lugar como titular en el equipo.