Nacido en Puigpelat (Tarragona) el 21 de agosto de 1989, Aleix Vidal Parreu dio sus primeras patadas en el fútbol base en el año 2000, de manos del alevín A del Valls, una pequeña ciudad de la provincia de Tarragona. Su rendimiento fue tan bueno que apenas un año le bastó para llamar la atención de los entrenadores del FC Barcelona, que se lo llevaron al club blaugrana a final de esa misma temporada. Fue precisamente Xavi Llorens, ex técnico del primer equipo femenino quien apostó por él en la categoría infantil, con solo 11 años. Ya en La Masia, compartió vestuario con jugadores como Víctor Ruiz, Jordi Alba o Rubén Miño. Sin embargo, su periodo en La Masia fue corto y debido a la escasa continuidad y minutos en las inferiores del Barça, se vio obligado a marcharse a las categorías inferiores del Cambrils y más tarde a las del Nástic de Tarragona. Aleix tenía claro que quería cumplir su sueño y ser futbolista profesional y tenía claro que haría lo que fuese necesario por conseguirlo. Por eso no dudó un instante cuando en el año 2004 se le presentó la oportunidad de recalar en las filas del Real Madrid.

Sin rumbo fijo

Aleix comenzó su etapa en La Fábrica blanca en el cadete A, donde logró algo más de continuidad y disfrutó de la temporada. Las actuaciones del catalán le sirvieron para ascender al juvenil C del Real Madrid al año siguiente, pero las cosas no fueron tan bien como en su primera temporada. El nivel de exigencia era mucho mayor y decidió que era el momento de volver a casa a final de esa misma temporada. Es en el año 2006, ya con 17 años cuando decide a unirse al Reus Deportiu. Por si no fueran suficientes seis equipos en siete años, el de Puigpelat decidió probar suerte en el otro club de Barcelona, el RCD Espanyol, club que lo había seguido muy de cerca desde su fichaje por el Real Madrid y que no dudó en hacerse con sus servicios tras una buena temporada en Reus. Todo apuntaba a que el Espanyol iba a ser el club en el que definitivamente Vidal lograra afianzarse en la plantilla y defendiera la camiseta perica por varios años, pero ni mucho menos. Pese a que llegó a debutar con el RCD Espanyol B, en la temporada 2007-2008 el conjunto blanquiazul decidió cederlo al CF Damm, club barcelonés dedicado al fútbol base, hasta final de temporada y una temporada más tarde al Panthrakikos griego, siendo este el primer club con el que disputó un encuentro en una primera división del deporte rey. En la Superliga griega tan solo disputó ocho partidos y no más de 163 minutos, sin embargo comenzábamos a vislumbrar el potencial de un jugador capaz de evolucionar por la banda, cumpliendo siempre de extremo o de lateral y destacando por su vocación ofensiva y un gran derroche físico.

De vuelta ya en España, en el último día de mercado del verano de 2009 fue traspasado al Nástic de Tarragona, pero disputó toda la temporada con el filial de Tercera División, el Pobla de Mafumet y de ahí, en el verano de 2010 fichó por el filial del RCD Mallorca que por aquel entonces militaba en Segunda División B. No iba a ser tampoco en las Islas Baleares donde ‘Aleixo’ lograra cumplir su sueño, y decidió marcharse al filial del UD Almería. Pese a tener ya 22 años, y haber pasado por las filas de más de siete equipos, Aleix Vidal seguía confiando plenamente en jugar en Primera División y por ello, a su llegada a Almería trabajaba como el que más en los entrenamientos, algo que rápidamente se dejó notar en su rendimiento. Su nivel no pasó desapercibido para un Lucas Alcaraz, por entonces entrenador de la escuadra andaluza, que le dio por fin la oportunidad que tanto deseaba, formar parte del primer equipo.

Primer equipo

El sueño estaba más cerca. Compartía vestuario con nombres de la talla de Leonardo Ulloa o Pedro Alcalá, y tan solo una división le separaba de tocar la gloria. Vidal no tardó con hacerse con el puesto y afianzar su nombre entre los habituales del técnico granadino. Fue en Almería donde por fin logró explotar al máximo sus cualidades, pero lo mejor estaba aún por llegar. En su segunda temporada en el club indálico, disputó un total de 37 partidos y ayudó a su equipo a clasificarse para los puestos de promoción de ascenso a la Primera División. Tras derrotar a la UD Las Palmas en primera ronda, fue el 22 de junio de 2013 cuando tras 13 años y 11 equipos el de Puigpelat consiguió su ansiado sueño por el que tanto había peleado, dar el salto a la Primera División del fútbol español.

El fútbol profesional no lo intimidó y en su primera temporada logró disputar 31 partidos, dejando grandes actuaciones que llamaron la atención de varios clubes del país, siendo el Sevilla finalmente quien apostar por él. Tras unas rápidas negociaciones, en julio de 2014 firmaba el contrato que lo vinculaba con el club hispalense durante las siguientes cuatro temporadas a cambio de tres millones de euros que recibiría el Almería.  Aleix daba un paso de gigante en su carrera, cambiaba un recién ascendido por todo un campeón que venía de ganar ese mismo año la segunda Europa League de su historia. Su relación con Unai Emery fue muy buena desde el primer momento, tanto el técnico como el director deportivo, Monchi, apostaron por él desde un principio y su debut no tardó en llegar. Apenas un mes después de aterrizar en la capital andaluza, Aleix Vidal debutaba con el número 22 a la espalda ni más ni menos que en la Supercopa de Europa ante el vigente campeón de la Champions League, el Real Madrid. El partido no salió como esperaba, ya que el conjunto sevillano acabaría perdiendo por dos goles a cero, pero sí que pudo desplegar su fútbol durante 66 minutos que estuvo sobre el césped.

Su nivel mejoraba gracias a su esfuerzo y su entrega cada semana, y fruto de ello acabó encontrando el reconocimiento y el premio que tanto había buscado. La confianza del entrenador era plena en él, llegando a convertirse en titular indiscutible tanto en el lateral derecho como en una posición más adelantada. Su primer año en Sevilla no podía haber ido mejor, disputó 31 de los 38 encuentros ligueros y termino la temporada de la mejor manera posible, levantando el trofeo de campeón de la Europa League tras ganar por un agónico 3-2 al Dnipro en la final, estrenando así su palmares como futbolista profesional.

Sus excelentes actuaciones lo hicieron convertirse en un jugador reconocido a nivel estatal, llegando llamar la atención del por entonces seleccionador español, Vicente Del Bosque, quien lo convocó para su debut con la selección absoluta en los amistosos frente a Costa Rica y Bielorrusia en junio de 2014. Todo estaba saliendo a pedir de boca para el ‘trotamundos’ que tanto había peleado por estar ahí, pero lo mejor no había llegado aún. Su reconocimiento a nivel estatal hizo que el FC Barcelona, club de su infancia y del que Aleix siempre se ha mostrado seguidor, llamara a su puerta con intención de repescar a uno de los talentos que pasaron por La Masia. El ahora seleccionador, Luís Enrique Martínez, quiso incorporarlo a una plantilla que venía de ganar ni más ni menos que el segundo triplete de su historia y su fichaje se hizo oficial el 1 de julio de 2015. Sin embargo, su debut se haría esperar algo más de la cuenta. Debido a la sanción impuesta por la FIFA al FC Barcelona, Aleix no pudo vestir la camiseta del conjunto azulgrana en partido oficial hasta el 9 enero del 2016, en la victoria por cuatro goles a cero frente al Granada CF.

Aleix Vidal durante su presentación como jugador del FC Barcelona. Foto: Flickr.
Aleix Vidal durante su presentación como jugador del FC Barcelona. Foto: Flickr.

Durante su etapa vivió grandes momentos como las dos veces que se coronó campeón de Liga o las tres Copas del Rey conseguidas. Además, el ambiente con sus compañeros en el vestuario era magnífico, coincidiendo con viejos amigos de categorías inferiores. Sin embargo, su rendimiento no fue tan bueno como se esperaba. En tres temporadas no logró encontrar la continuidad necesaria. Apenas 51 encuentros logró disputar durante su etapa en la ciudad condal y en el verano de 2018 se vio obligado a buscar una salida. Dicha salida la encontró en uno de sus ex equipos, el Sevilla FC. Unai Emery ya no era el técnico del conjunto hispalense, pero Pablo Machín lo había seguido muy de cerca y vio con buenos ojos su fichaje para reforzar la banda derecha.

Otra vez Sevilla

A su vuelta al Ramón Sánchez Pizjuán, Aleix Vidal era un jugador completamente distinto al de su etapa anterior en el club. Fruto, probablemente, de la escasez de oportunidades en Barcelona, su rendimiento no fue el esperado, se le veía falto de ritmo y no logró encajar en el estilo de juego Pablo Machín ni en el de Joaquín Caparrós posteriormente. Las malas actuaciones y su escasa aportación al equipo lo colocaron en la rampa de salida. El club necesitaba dinero cuanto antes y desde la directiva no dudaron en aceptar la oferta que presentó el Deportivo Alavés para hacerse con los servicios de un jugador que lejos estaba de mostrar el rendimiento que se esperaba de él.  Así que el catalán se vio obligado a hacer las maletas con destino Vitoria.

Ya en la capital vasca, se encontró con un proyecto cuanto menos prometedor. Iba a compartir vestuario con gente experimentada en el fútbol profesional como Lúcas Pérez, Manu García o Joselu; y el entrenador, Asier Garitano, era ya un hombre curtido en la primera división tras su periplo por el CD Leganés. A día de hoy, o al menos hasta el último partido que se disputó de liga, Aleix Vidal es un fijo en el interior derecho del once babazorro, habiendo disputado un total de 25 partidos a lo largo de esta temporada y convirtiéndose en un pilar fundamental en las buenas actuaciones de su equipo. Es uno de los jugadores más queridos por la parroquia de Mendizorroza, que le reconoce su indudable entrega en cada partido y el jugador se encuentra a gusto en el club, por lo que parece que el Asier Garitano podrá contar con uno de sus indiscutibles al menos durante una temporada más.

Aleix Vidal esta misma temporada. Foto: Deportivo Alavés.
Aleix Vidal esta misma temporada. Foto: Deportivo Alavés.