Hace un mes, los de Zidane caían derrotados ante Alavés y Shakhtar Donetsk y el fracaso parecía complicado de ser remediado. Las críticas llegaron, tanto hacia el míster como a los jugadores. La pregunta que todo amante del fútbol se hacía en aquel momento era: ¿conseguirán salir de esta situación como lo han hecho otras temporadas?
El reto de diciembre
El equipo necesitaba cambiar numerosos factores si quería llegar a estas fechas en los puestos altos de LaLiga y estar vivo en Champions League. El estar o no estar pendía de un hilo, ese hilo era diciembre.
El primer encuentro de diciembre fue desastroso para los blancos, que cayeron por dos tantos a cero en Kiev. Quedaban siete partidos en el último mes de 2020: ante Sevilla, Mönchengladbach, Atlético, Athletic, Eibar, Granada y Elche. Fueron denominados como finales, y el Real Madrid las afrontó como era necesario.
Hasta la fecha ha disputado seis de los siete, tan solo le espera el Elche el día 30. Los seis se han saldado con victoria para los de la capital.
El desafío para el duodécimo mes ha sido completado con éxito por los chicos de Zizou, que consiguieron el pase a octavos como primeros de grupo en la Champions y que llegan colíderes en Liga a fechas tan señaladas en el calendario de todos los hogares como son Nochebuena o Navidad.
Las claves de la mejoría
El progreso mostrado en el terreno de juego ha sido significativo. Zidane ha encontrado un bloque sólido en el que ha confiado para las seis decisivas contiendas. Una defensa que ha recuperado la solidez con la que frenó a los rivales en el fútbol post-confinamiento. Un centro del campo en el que han brillado como antaño Luka Modric y Toni Kroos y una delantera dirigida por Karim Benzema, que ha enviado el balón al fondo de las mallas hasta en seis ocasiones.
Además, la enfermería comenzó a vaciarse, un factor que se antojaba necesario para lo que le venía a la plantilla. Sergio Ramos, Dani Carvajal y Karim Benzema venían de lesión y han sido piezas claves para alcanzar los logros.
Jugadores como Lucas Vázquez o Luka Modric han mostrado un nivel de fútbol y derroche altísimo. La fiabilidad de Mendy o Casemiro en tareas defensivas ha ayudado enormemente. La frescura aportada por Rodrygo en ataque ha servido para que Benzema haya encontrado un mayor número de oportunidades del que antes no gozaba. Courtois también ha puesto de su parte, ha evitado goles que hubieran restado puntos, como ocurrió ante el Athletic en el minuto 92 cuando el belga le sacó una mano milagrosa a Mikel Vesga en un mano a mano.
Entre ellos han formado un serio grupo que ha anotado 13 goles y que tan solo ha recibido dos tantos. Las críticas han desaparecido por completo y han sido sustituidas por continuos halagos.
Zidane lo ha vuelto a hacer.