Real Madrid y Real Sociedad se daban cita en la noche del día sábado en un duelo crucial para el devenir de la competición doméstica. El Sevilla había pinchado empatando frente al Alavés, por tanto, una victoria del Madrid suponía una ventaja de 8 puntos del líder con respecto al conjunto hispalense. Es decir, si el conjunto blanco lograba los tres puntos, daría un golpe encima de la mesa dejando casi sentenciada LaLiga. Y así fue.

Cómo se planteó el choque desde los banquillos

El partido enfrentaba a los dos equipos, junto al Betis, que mejor fútbol llevan a cabo de LaLiga. Además, este hecho no es casualidad, sino una consecuencia de contar con los dos mejores entrenadores de esta competición: Carlo Ancelotti e Imanol Alguacil.

Imanol y Ancelotti I Foto: Getty Images
Imanol y Ancelotti I Foto: Getty Images

Comenzando por el conjunto local, Ancelotti sacó lo que pudo teniendo en cuenta la plaga de bajas y lesiones que afectan al cuadro madridista. Courtois bajo palos; defensa de cuatro para Carvajal, en el lateral diestro, Militao y Alaba, como pareja de centrales, y Mendy, en el lateral izquierdo; un centro del campo bastante inusual con Casemiro como pivote, acompañado de Camavinga y Modric como interiores; y arriba, el tridente lo formaron Rodrygo, Benzema y Vinicius.

La clave en el once del técnico italiano fue la posición de Camavinga. El joven talento francés por fin tuvo la oportunidad de jugar en su posición natural. Teniendo a Casemiro como guardaespaldas en la posición de mediocentro defensivo, Camavinga pudo desplegarse en ataque y mostrar sus cualidades futbolísticas. El francés mostró compromiso defensivo a pesar de adelantar su posición, pero sobre todo dejó patente su gran calidad, su capacidad de romper líneas en conducción, su visión de juego y su gran golpeo de balón. En definitiva, el bueno de Eduardo Camavinga se mostró como un futbolista total, como un ‘todocampista’.

Celebración Camavinga
Celebración Camavinga I Foto: Getty Images

Por su parte, Imanol salió con todo para intentar dar la sorpresa en el Bernabéu. Remiro defendió la meta donostiarra; en defensa, Zubeldia partió como lateral izquierdo, Pacheco y Le Normand formaron pareja de centrales y Gorosabel fue el lateral izquierdo; Merino e Illarramendi estaban al mando de la sala de máquinas, escoltados en las alas por Oyarzabal, en la izquierda, y Zaldua, en la derecha; por último, en ataque Silva quedó descolgado como enganche y Alexander Isak fue la referencia ofensiva de la Real Sociedad.

El planteamiento de la Real era muy inteligente. Imanol, consciente del potencial y la capacidad de desborde de Vinicius Jr colocó a dos futbolistas que normalmente suelen jugar como laterales derechos en su banda. Es decir, reforzó la banda derecha para evitar que el astro brasileño hiciera de las suyas en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, el Real Madrid fue capaz de desbaratar la estrategia de Alguacil porque consiguió dominar el centro del campo, esa fue la clave del partido.

Así transcurrió el encuentro

Los dos equipos saltaron a por todas desde el minuto uno. La Real Sociedad formaba un bloque muy compacto en tres cuartos y trataba de robar para hostigar la meta de Courtois. Las premisas eran claras, pressing tras pérdida, robo y buscar a Oyarzabal, Silva o Isak para crear peligro. El Real Madrid, sin embargo, optó por intentar controlar el partido desde la posesión y las circulaciones rápidas en campo rival. No obstante, cuando el partido estaba totalmente igualado, ya que cada equipo estaba proponiendo su juego y ninguno sobresalía sobre el rival, llegó el penalti de Carvajal. El lateral de Leganés no midió correctamente y piso a David Silva. Gil Manzano no dudó y señaló la pena máxima. Está vez Thibaut no pudo detener el disparo certero del capitán txuri-urdin, aunque adivinó el lanzamiento, y el 0-1 subió al luminoso.

Penalti lanzado por Oyarzabal I Foto: Getty Images
Penalti lanzado por Oyarzabal I Foto: Getty Images

A partir del gol donostiarra se vio la mejor versión del Real Madrid en mucho tiempo. El conjunto de Carlo Ancelotti fue una auténtica apisonadora frente a una Real Sociedad que solo pudo resguardarse en campo propio y tratar de defenderse. Ante el vendaval blanco, Imanol se vio obligado a retrasar el repliegue en tres cuartos hasta su propio campo porque veía lo que se le venía encima. Modric y Camavinga cogieron las riendas del partido y dieron alas a un Real Madrid que dejó claro que ni mucho menos está muerto para la eliminatoria ante el PSG. En primera instancia, Camavinga, con un disparo seco desde más de 30 metros consiguió batir a Remiro y poner las tablas, más que merecidas, en el marcador. Pero, el Real Madrid quería más, no se conformaba con el empate antes del descanso y buscó desesperadamente el tanto que les pusiera por encima.

Luka Modric I Foto: Getty Images
Luka Modric I Foto: Getty Images

La insistencia madridista hizo su efecto y lograron llegar al descanso con ventaja en el marcador. ¿Quién si no? Luka volvió a poner en pie al Santiago Bernabéu, a su Santiago Bernabéu, con una auténtica obra de arte. Recibió un poco más alejado de la frontal del área, recortó y puso el esférico lejos del alcance del guardameta blanquiazul. En ese momento, se vivió una fiesta en el templo blanco. La gente celebraba eufórica en las gradas y el júbilo de los futbolistas sobre el verde tampoco se quedaba atrás. Era un cúmulo de todo: de la mala racha que arrastraban en la que no salían las cosas, de resarcirse de las críticas recibidas, del partidazo que se estaban marcando, de que, por fin, las cosas estaban saliendo… y, como no, del golazo que acababa de anotar ‘Don’ Luka Modric.

Celebración golazo de Modric
Celebración golazo de Modric I Foto: Getty Images

La segunda parte fue un calco de los últimos 10 minutos de la primera. El club merengue continuó con su aplastante superioridad, sometiendo a la Real Sociedad por completo. Es cierto que, a pesar del dominio, los jugadores madridistas no lograban acabar jugada, pero cada vez que perdían el balón lo recuperaban enseguida. Finalmente, un gol de penalti de Benzema, provocado por Vinicius, y un tanto de Asensio, previa asistencia de Carvajal, sentenciaron un partidazo de los chicos de Ancelotti.

Por último, en lo concerniente al partido en sí, cabe destacar la actuación de Gil Manzano y el VAR. Del mismo modo que se critica la labor de los colegiados y la utilidad de la sala VOR, en el día de ayer su buena actuación es digna de reseñar. El árbitro extremeño realizó una gran actuación sobre el Bernabéu e impartió justicia para ambos equipos.

Gil Manzano arbitrando I Foto: Getty Images
Gil Manzano I Foto: Getty Images

Comunión perfecta entre futbolistas y afición

Al finalizar el partido, los futbolistas se quedaron a agradecer el apoyo de su afición. Un gran gesto por parte de los jugadores que mostró la gran relación entre la plantilla y sus aficionados. Quizás fue la mejor manera de despedirse antes de volver a verse en la eliminatoria ante el PSG.

Comunión entre los jugadores y la afición I Foto: Getty Images
Comunión entre los jugadores y la afición I Foto: Getty Images

Los futbolistas son conscientes de que necesitan a su gente más que nunca, necesitan un apoyo, un empujón cuando falten fuerzas y, ese jugador número 12 ayer dejó claro que va a estar ahí para animar a su equipo y llevarlo en volandas a derrotar al conjunto parisino.