El grito al aire de una hinchada abandonada

La afición rojiblanca ha dicho basta y se ha plantado por fin ante una directiva que parece buscar constantemente el enfrentamiento contra los colchoneros

El grito al aire de una hinchada abandonada
La afición del Atleti alentando a sus jugadores antes de una eliminatoria de Champions | Foto: Alejandro Sancho 
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Por Alejandro Guerrero

Ya avisaba Fernando Torres en su despedida: "Cuando lleguen los malos momentos, cuando desde fuera quieran dividirnos y decir que las cosas van mal (...) Todos somos uno, eso es ser del Atleti." También Quique Sánchez Flores lo entendió a la perfección: "Quiero que todo lo que hagáis sea por toda esa gente, simplificada en este escudo". Y Don Luis Aragonés lo dejó claro en aquella copa del 92: "Ustedes son el Atlético de Madrid y ahí fuera hay 50.000 que van a morir por ustedes". Todos los que alguna vez han sentido las rayas rojiblancas como algo propio —ya sean jugadores, directivos o simplemente aficionados— saben que no es solo un equipo de fútbol, que es algo más, que va mucho más allá de lo que suceda en el césped o de los títulos que se celebren, que el Atlético de Madrid solo se entiende con la vida.

Todo tiene un límite...

Es por eso que la afición colchonera está cansada, pues desde hace años todo lo que identificaba al Atleti como un club diferente ha quedado atrás y parece no volver. Si pones atención, aún se escuchan cánticos en las orillas del Manzanares y las pisadas de las rayas rojiblancas que se amontonaban por el Paseo de los Melancólicos, sin embargo, cuando vas al Metropolitano solo podrás escuchar el retumbar de la gente que pasean por allí como completos desconocidos y el frío silencio de los aledaños de ese nuevo estadio que casi cinco años después sigue sin acercarse a lo que es un hogar.

El abandono del Vicente Calderón fue uno de los golpes más duros para los colchoneros, porque como muchos siguen repitiendo a día de hoy: "Aunque eras viejo, yo te amaba". Nunca es plato de buen gusto marcharte de un lugar en el que fuiste feliz, menos aún si te ves obligado a hacerlo, pero era momento de pasar página y dar un salto hacia la supuesta modernidad que se prometía —modernidad que nunca nadie pidió—. Una parte del Atlético de Madrid se quedó con los ladrillos que juntos formaban el Vicente Calderón, pero no sería la única.

Después del estadio, llegaría el nuevo escudo, ese que a día de hoy sigue sin ser aceptado por la gran mayoría de los aficionados del Atleti. En la presentación de esta nueva imagen del club se habló de eliminar colores y valores que no representaban al Atlético de Madrid y de avanzar hacia los nuevos tiempos, con este diseño innovador que no dejaría a ningún atlético indiferente, pero el resultado obtenido fue el contrario. Desde el 9 de diciembre del 2016 se formó una guerra entre aficionados y directiva por el "robo" de todo lo que alguna vez identificó a la afición rojiblanca, guerra que a día de hoy sigue más viva que nunca.

Y no iba a ser suficiente, pues también empezarían los problemas con Nike y sus diseños de las camisetas que identificarían al Atlético de Madrid en sus partidos. Brochazos, zarpazos, ondas... y la que ha sido la gota que ha reventado el vaso, rayas curvas: la presentación de las nuevas equipaciones para la próxima temporada ha vuelto a encender una llama que nunca fue apagada del todo. Durante los últimos meses de la temporada se fueron filtrando diseños que los aficionados esperaban que fuesen falsos, pero que resultaron no serlo, pues hace unas semanas el Atleti haría oficial la camiseta que luciría la temporada que viene, haciendo realidad las pesadillas de los colchoneros. Tanto la directiva como Nike se escudaron en que las curvas recordaban los meandros del Manzanares en el viejo Calderón, pero más que un homenaje al templo rojiblanco, parecía una falta de respeto al Atlético de Madrid.

... y el límite está aquí

Han sido unas semanas turbulentas en los alrededores del Metropolitano: por primera vez desde el atropello a los símbolos del Atlético de Madrid en el 2017, la afición ha frenado en seco oficialmente. Desde que se presentase la nueva camiseta del Atleti para la próxima temporada, cientos de peñas y colectivos rojiblancos se han unido en un solo grupo para dar voz a lo que la afición quiere, obligando incluso a Miguel Ángel Gil Marín a dirigirse a todos los socios en un comunicado que intentaba apaciguar las quejas, pero que no sirvió de mucho. La recuperación de los valores del Atleti ha sido una lucha constante por parte de los colchoneros, siempre exponiendo públicamente lo que verdaderamente le representa.

No hay que hacer mucho esfuerzo para darse cuenta de que en las gradas del Metropolitano abunda el viejo escudo sobre el nuevo logo, o que muchísimos aficionados rechazan el prefijo Wanda y simplemente se refieren al estadio como Metropolitano, o que las ventas de camisetas —esas que tanto le preocupan a la directiva— han bajado considerablemente, contando con una sola excepción esta temporada: esa simple camiseta roja con el escudo del Atleti que arrasó en ventas y estuvo semanas sin unidades en las tiendas. No es difícil saber que es lo que quiere la afición rojiblanca, pero los altos cargos del club se empeñan en hacer la guerra con ellos. 

Los colchoneros han dicho basta, basta al robo de las identidades que les representan, basta a no ser escuchados, basta a las  subidas de puestos en la lista Forbes, basta a esconderse detrás de Simeone cuando se toman malas decisiones, basta de mantener el silencio. Hay una frase que solía retumbar entre los aficionados, que decía algo como: ”Equipo y afición: Atleti campeón", pero a día de hoy, por desgracia, el silencio cada vez se hace más fuerte.