Uno de los equipos grandes de los últimos años en la Liga española lo está pasando mal, hace unos años batallaba en las mejores plazas de continente, hoy tiene suerte de hacerlo en las de segunda categoría, se trata del Deportivo. Hace nueve años de aquella remontada al Milan que le dejaba a un paso de la final de la Champions, sin embargo poco a poco el conjunto gallego se ha ido desintegrando hasta que dio con sus huesos en Segunda en 2011. En esos dos últimos años se ha conocido el lamentable estado económico de una entidad coruñesa que este verano pudo pasar de jugar en Segunda A a hacerlo en Segunda B.

Tras el efímero paso por la máxima categoría el descenso llegó acompañado por la agravación de la crisis económica por la que pasa el club. El equipo que preside Lendoiro llegaba al último día para ejecutar los pagos adeudados a los futbolistas con la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza. Finalmente pocas horas antes del límite, los jugadores recibían garantías de pago suficientes para que estos retiraran las denuncias ante la AFE. Cerca estuvo de descender a Segunda B, lo que probablemente hubiera supuesto la desaparición del club debido a su más que dudosa viabilidad en el tercer escalafón del fútbol español. El Deportivo debe 156 millones de euros, 94 de ellos a Hacienda, con lo que sobre el futuro deportivista planean negros nubarrones, máxime si no regresa pronto a la Primera División.

El Mallorca entró en Ley Concursal hace tres años, fue por este motivo por el que lo excluyeron de la Copa de la UEFA tras haberse clasificado para dicho torneo en la competición liguera. El equipo balear tenía 80 millones de deuda, con el proceso concursal se le redujo un 50% esa cantidad. La entidad mallorquina debe liquidar la deuda en los próximos cinco años pagando entre un 20% y un 16% de los créditos ordinarios por año natural. Sin embargo con el descenso de categoría solo deberá hacer frente a un 5% de dichos créditos de manera anual. De no haber sido por la aceptación del concurso de acreedores la entidad bermellona se hubiera visto obligada a anunciar su liquidación.

La situación del Real Murcia tampoco está para tirar cohetes, el club murciano acumula 30 millones de deuda y la pasada temporada se llegaron a adeudar hasta cinco mensualidades a la plantilla. El club tiene muchas dificultades para afrontar los pagos y cumplir con su proceso concursal. La entidad pimentonera se ha mantenido en la categoría de plata del fútbol español gracias al descenso administrativo el Guadalajara, ya que no pudo eludir las posiciones de descenso. Hay que tener presente que en caso de haber descendido a Segunda B y con las deudas a futbolistas, el club presidido por Jesús Samper hubiera estado cerca de descender la Tercera División, una tragedia para un club que debe ascender cuanto antes a Primera para poder relanzar su economía.

Otro de los equipos que peor lo está pasando es el Real Oviedo, una entidad de Primera División que lleva muchos años apartada de los focos y a la sombra de unas deudas que le han sumido en una situación límite. En la temporada 2000/01 el Oviedo descendía en la última jornada, única en la que ocupó zona de descenso. Lejos de ascender, los problemas económicos se intensificaron con el descenso a Segunda y eso dificultó la vuelta a la máxima categoría. En la segunda temporada en la categoría de plata el club ovetense descendía a Segunda B en una temporada en la que incluso tuvo problemas para empezarla. Ese descenso a la categoría de bronce se unió a otro por vía administrativa a causa de los impagos a los futbolistas de la temporada anterior. Cuando parecía que el equipo asturiano se desvanecería y no saldría a competir en Tercera División, la afición carbayona salió a las calles demostrando que estaba con el equipo. En la capital del principado se originó un cisma entre un club refundado y apoyado por las instituciones públicas, el Oviedo Astur, y el histórico Real Oviedo. El equipo de toda la vida quedó abandonado a su suerte por la clase política local, sin futbolistas y con una deuda acuciante. Finalmente tras dos años en la cuarta categoría nacional, ascendería a Segunda B. En el plano extradeportivo, el club se declaró en suspensión de pagos en octubre del 2004 y dos años más tarde, ya en Segunda B, realizaría una ampliación de capital.

Sin embargo los problemas económicos continuaron y el equipo tuvo que volver a empezar de cero al descender nuevamente a Tercera División, en este caso en los terrenos de juego, en la temporada 2006/07. Dos temporadas tuvo que aguardar la afición azulona en Tercera para volver a ver a su equipo en la categoría de bronce. Con esta temporada son cinco las que lleva el equipo azulón en Segunda B, una categoría que se le queda muy pequeña para su historial, tradición y afición. En los cuatro años anteriores disputó sin suerte en dos ocasiones la fase de ascenso a la categoría de plata del fútbol español. La pasada temporada el club organizó una segunda ampliación de capital para salvar a la entidad de la liquidación, en dicho proceso el mexicano Carlos Slim –segundo hombre más rico del mundo- se adueñó de la mayoría del capital social de la entidad.

Peor suerte corrió la UD Salamanca que ya es historia del fútbol español. La entidad charra contaba con muchos problemas económicos, estos se agravaron de forma irreversible cuando el equipo descendió a Segunda B en el año 2011. La Unión tenía que afrontar una deuda de más de 25 millones de euros, para gestionarla entró en un proceso concursal. Sin embargo este mes de junio se abrió la fase de liquidación de los bienes de la entidad al no llegar a un quórum en la junta de acreedores. Para esta nueva temporada se fundó un nuevo club con intención de refundar a la UD y salir a competir en Segunda B, el Salamanca Atlético, sin embargo su inscripción por la RFEF fue cancelada debido a su constitución como SL y no como SAD o club deportivo. Actualmente la provincia de Salamanca cuenta con un único representante entre las tres primeras categorías del fútbol español, el Guijuelo. La capital salmantina se encuentra huérfana de fútbol tras la desaparición de la UD Salamanca, un equipo con el que la ciudad gozó de fútbol de Primera durante 12 años.

En Lleida desapareció la histórica UE Lleida en el año 2011, pero a diferencia de Salamanca si que pudo continuar en Segunda B con el nombre de Lleida Esportiu. Los catalanes descendieron a Segunda B en 2006, a partir de entonces estuvieron acosados por las distintas deudas originadas debido a las malas inversiones para ascender a la categoría de plata años atrás. En 2011 los leridanos se plantan con más de 28 millones de euros, debido al bloqueo económico la entidad decide entrar en concurso de acreedores. Sin embargo no se entrega el plan de viabilidad en el plazo estimado y se procede a la liquidación de la entidad catalana. Al mismo tiempo la plaza del club queda libre, cosa que aprovecha un club inversor para comprar dicha plaza vacante y fundar el Lleida Esportiu. De esta manera el nuevo equipo constituye la continuación de la desaparecida UE Lleida, presentando los mismos colores, un escudo casi idéntico y jugando en el Camp d’Esports de Lleida. Es un equipo en progresión ya puntero de la categoría de bronce.

Si hay una ciudad a la que el fútbol le ha dado la espalda una y otra vez es Logroño. En la temporada 1996/97 el equipo estaba en Primera División, sin embargo cuatro años más tarde se vio en Tercera y al borde de la desaparición. En el año 2000 los riojanos vieron como su equipo descendía a Segunda B tras una pésima temporada y a Tercera en verano de forma administrativa. Ese mismo año se creó el Recreación La Rioja para sustituir al histórico Logroñés, el primer año salió en Regional Preferente. Pero el equipo resurgió de entre sus cenizas y cuando parecía abocado a la desaparición ascendió a Segunda B al primer intento. En su segunda temporada en la categoría de bronce peleó por el ascenso a Segunda A cayendo en el play off, un hipotético ascenso hubiera cambiado la historia. El equipo que si que ascendió fue el Recreación, lo hizo a Segunda B, por tanto ambos equipos compartirían categoría. Un año más tarde los problemas económicos hicieron mella y los impagos a los futbolistas llevaron al CD Logroñés a Tercera nuevamente. En la temporada 2004/05 el equipo rojiblanco salió a competir pero no consiguió clasificarse para el play off, mientras el Recreación no solo estaba en Segunda B sino que luchaba con los equipos punteros para acceder a la fase de ascenso. Un año más tarde el histórico club recuperaba la plaza en la categoría de bronce despertando gran interés en la ciudad, parecía que volvía la ilusión a la capital de La Rioja. Cabe destacar que durante esas dos temporadas en las que los rojiblancos militaron en Tercera compitieron contra otro equipo de Logroño de escaso apoyo social pero de mucho potencial, el Fundación Logroñés. Sin embargo, después de dos temporadas en Segunda B el CD Logroñés volvía a descender al no hacer frente a las nóminas adeudadas a la plantilla, era el tercer descenso administrativo a Tercera en ocho años. Si el CD descendía por impago el Logroñés CF (antiguo Recreación que se cambió de nombre, de uniforme y comenzó a jugar en Las Gaunas para acoger más apoyos) lo hacía por en los terrenos de juego y además renunció a jugar en Tercera, por lo que desapareció.

Esta nueva decepción fue muy grande para una afición que cada verano se preguntaba si su equipo saldría a competir o no durante casi una década. Finalmente en la temporada 2008/09 el equipo compitió en Tercera, con otros dos equipos de Logroño, el UD Logroñés –fundado por un empresario para sustituir al CD- y el Fundación Logroñés –citado anteriormente que descendió y desapareció también esa temporada por problemas económicos-. Pero mediada la temporada los futbolistas realizaron dos huelgas como protesta a los reiterados impagos de la entidad, con lo que el histórico equipo riojano fue excluido de la competición y descendido a Regional Preferente. Este hecho fue la sentencia de muerte para un club que ya no ha salido a competir. En verano del 2009 el equipo logroñés se inscribió en la Regional Preferente de La Rioja pero su tramitación fue rechazada debido a las deudas que el club tenía con la Federación Riojana de Fútbol. Ante esta situación se crearon dos proyectos deportivos en la ciudad, UD Logroñés –fundado en 2008, cuando el CD Logroñés desciende a Tercera, compitiendo de forma paralela en la misma categoría ambos conjuntos- y SD Logroñés –fundado tres años después de la desaparición en 2009-. En el primer caso un empresario compró la plaza del Varea –club de un barrio de Logroño de Tercera-, salvo la primera temporada el resto compitió en Segunda B, mientras que el segundo nació de la opinión de las peñas del desaparecido CD Logroñés de fundar un equipo heredero del histórico club. La SD Logroñés comenzó en Regional Preferente plantándose en la categoría de bronce en tres años. La pasada temporada fue la primera que ambos equipos coincidieron en la misma categoría quedando por media tabla. Actualmente los dos conjuntos comparten grupo en Segunda B, el fútbol está dividido en Logroño por el origen de ambos clubes, uno representó la vía regeneracionista-refundadora y el otro la continuista del CD Logroñés.

En el Albacete tampoco se escapan de la lacra de los problemas económicos. En 2005 el Alba desciende a Segunda tras dos temporadas en la máxima categoría, en la última temporada en Primera la gestión económica no fue la más correcta y esto se fue arrastrando hasta la actualidad. Después militó durante seis temporadas en la división de plata del fútbol español, en las últimas logró mantener la categoría con muchos problemas. Daba la sensación que los manchegos no solo se jugaban eludir el descenso, sino también la viabilidad del club, hasta que en 2011 no se pudo mantener la categoría. Con el descenso la situación económica se agravó hasta el punto de temer por la supervivencia del club. El pasado verano al Alba pudo haber descendido a Tercera División, lo que hubiese supuesto prácticamente la defunción de la entidad. Sin embargo el futbolista del FC Barcelona Andrés Iniesta adelantó el dinero suficiente como para que el club respirara y mantuviera la plaza en la división de bronce.

El Cádiz, otro de los históricos del fútbol español que también lo está pasando mal, de hecho su deuda asciende a más de 16 millones de euros. Descendió en la temporada 2009/10 a Segunda B y como les sucede a la mayoría de equipos, su economía se resintió. El año pasado pudo revertir su situación, sin embargo perdió el ascenso ante el Lugo, en casa y en la tanda de penaltis. Esta última temporada pasada fue más dramática si cabe, el equipo estuvo más pendiente de evitar el descenso que de luchar por las plazas de play off. Por si fuera poco la entidad cadista no tuvo al corriente de pago a la plantilla, con lo que hubo que esperar hasta el último momento para saber a ciencia cierta si el submarino amarillo competiría finalmente en la categoría de bronce.

Otro caso sangrante es el del CD Castellón, un equipo que pasó de pelear por el ascenso a Primera División en 2009 a verse en Tercera División y abocado a la desaparición en dos años. El equipo albinegro se mantuvo en Segunda A cinco temporadas tras pasar una travesía por el desierto de once años en Segunda B. Durante ese lustro en la categoría de plata dirigió al club una sociedad que respondía al nombre de Castellnou2005 SL, cuyos integrantes se dedicaron más a satisfacer sus intereses personales que los de la entidad. En 2009 cuando el equipo de la capital de la Plana presentaba una buena plantilla se vendieron a un precio irrisorio a los grandes baluartes del equipo y se hizo una plantilla más que justa para la categoría, el resultado fue el que se presumía, descenso. En la división de bronce el objetivo del Castellón no era otro que recuperar categoría, además gozaba de una gran plantilla para poder conseguir la meta. Sin embargo comenzaron a aparecer deudas cuando los gestores de la entidad se habían jactado de decir hasta la saciedad de que la entidad estaba totalmente saneada. Nada más lejos de la realidad Hacienda, Seguridad Social, trabajadores del club, jugadores, etc, comenzaron a airear las deudas del club. En una temporada marcada por las seis mensualidades que se les adeudaba a los futbolistas, el resultado fue un puesto en la zona media de la tabla clasificatoria. En ese contexto se llegó a la fecha límite para ejecutar los pagos de las deudas con los futbolistas, sin embargo estos no se efectuaron y el equipo descendió administrativamente a Tercera. Los propietarios del club ni hicieron frente a la deuda ni quisieron dejar el club en manos de otra persona, desmarcándose con cantidades exageradas en las negociaciones con los diversos compradores. A falta de diez días para que comenzara la temporada el equipo no tenía futbolistas, ni entrenador, ni tan siquiera estadio (ya que con Castellnou en la poltrona el Ayuntamiento les retiraba el derecho a uso del estadio). Finalmente llegó un empresario provincial, Fernando Miralles para hacerse con el control de una entidad a la deriva en la que durante esa temporada en Tercera los jugadores siguieron sin cobrar, e incluso realizaron una huelga en uno de los partidos. En el último tramo de la temporada hubo un cambio en la cúpula directiva de la entidad entrando un grupo con un proyecto tan ambicioso como inverosímil. Finalmente al término del curso futbolístico la situación era peor que la del verano anterior, el equipo en Tercera, vacío de poder en el club, más de cinco millones de deuda, la afición dividida, la entidad dejada de la mano de Dios por las instituciones públicas y el club nuevamente en manos de Castellnou. Los aficionados se movilizaron llevando a cabo diferentes propuestas por la supervivencia el club. Finalmente un grupo valenciano se hizo con la entidad albinegra hace año y medio, eso marcó un punto de inflexión, desde ese momento se les fue pagando a los jugadores y se olvidaron los problemas extradeportivos para centrarse en el fútbol. El equipo se quedó a las puertas del ascenso a Segunda B ya que disputó el play off de ascenso pero no pudo superar la primera ronda de la promoción. La fuerza de la afición hizo mucho para que el club siguiera compitiendo, además cabe destacar que los antiguos propietarios del CD Castellón están imputados por un caso de presunto delito societario tras diversas denuncias por parte de aficionados y accionistas minoritarios. En las últimas semanas el club se presentó al concurso voluntario de acreedores y se confía que mediante ese proceso se reestructure la parcela financiera de la entidad.

Otro contexto complicado lo vivió el Compostela, los gallegos estuvieron varias temporadas en la máxima categoría del fútbol nacional, sin embargo se fueron hundiendo a partir del descenso a Segunda en 1998. En la temporada siguiente se optó por realizar un gran proyecto a costa de fichajes millonarios, el equipo no solo no retornó a la máxima categoría sino que se hundió en el pozo de la Segunda B. Para entonces la deuda ya era muy peligrosa y pese a su vuelta a la categoría de plata el conjunto de Santiago descendió administrativamente a Segunda B en 2003 debido al impago de las nóminas a los futbolistas durante toda la temporada. En el curso 2003/04 la plantilla tenía una calidad limitada, la totalidad de los futbolistas abandonaron la entidad, la campaña resultó un fiasco y se descendió a Tercera División. Debido a las deudas contraídas la entidad compostelana desciende administrativamente a Regional Preferente ese mismo verano y en 2006 se liquida. Paralelamente se fundó el Campus Stellae, un nuevo club que pasaría a dirigir el propio presidente de la extinta SD Compostela, quien además rebautizaría el nuevo equipo con la denominación del anterior al haberla adquirido en una subasta. El proyecto de este nuevo equipo comenzó sobre los terrenos de juego en la temporada 2008/09 y lo hizo en Tercera ascendiendo a Segunda B, no obstante, pronto se vendía abajo al descender inmediatamente a Tercera en la campaña posterior, además de acumular nuevas deudas. Con este contexto, el equipo vuelve a Regional Preferente sin pasar por Tercera División mediante otro descenso administrativo. Tras dos temporadas en regionales, el Compostela llega nuevamente a Segunda B este año después de protagonizar dos ascensos consecutivos.

Otros casos particulares son los del Burgos (2002) y Guadalajara (2013). Los burgaleses volvían a Segunda División (no el Burgos CF que se había fundado en 1994) en el año 2001, en la categoría de plata consiguieron la permanencia de forma holgada. Pese a cumplir el objetivo, en verano se vieron obligados a perder la plaza en la categoría de plata conseguida sobre el césped al no convertirse en Sociedad Anónima Deportiva. Los alcarreños también alcanzaron la permanencia en su segunda temporada en la categoría de plata, sin embargo unas supuestas irregularidades en la ampliación de capital del club les mandaron a Segunda B por obra y gracia de la Liga de Fútbol Profesional.

Hubo un tiempo que Extremadura tenía dos equipos en Primera División y otro bien posicionado en Segunda A, sin embargo en las últimas temporadas ha llegado a no presentar equipo alguno en las tres primeras categorías. Se trata del Polideportivo Mérida, CF Extremadura y CD Badajoz. El primero desapareció a causa de las deudas contraídas en su último año en Primera División así como en la temporada siguiente cuando intentó el regreso a la máxima categoría con futbolistas muy importantes. Otro aspecto que afectó fue el conflicto entre el presidente del club, José Fouto, y el ayuntamiento de Mérida. Finalmente en el verano del año 2000 el club era descendido administrativamente a Segunda B, sin embargo el club no saldría competir y se disolvería. El filial del equipo romano pasó a ser el sucesor de la extinta entidad, su denominación es la Mérida UD, sin embargo lo máximo que ha conseguido es jugar dos play offs de ascenso a Segunda División A sin suerte. En 2009 descendió administrativamente a Tercera por problemas económicos y desde entonces compite en Tercera. Hace un año se liquidó la entidad pero continuó compitiendo el Mérida AD con los derechos de la UD. El CF Extremadura militó dos temporadas en Primera División pero poco a poco se fue viniendo abajo. En el año 1999 descendía a Segunda, tres años después a Segunda B y en 2007 a Tercera tras seis meses de incumplimiento de los pagos de las nóminas a los futbolistas. Fruto de ello el Extremadura fue descendido a Regional Preferente ese mismo verano. En Preferente y con cuantiosas cantidades de deuda, el equipo azulgrana miró más por evitar otro descenso deportivo que por ascender a Tercera. Finalmente en 2010 el equipo desciende a Primera Regional aunque no llegaría a salir a competir, ese mismo de disolvería. El derrumbe del conjunto de Almendralejo trajo consigo la fundación de un nuevo club, el UD Extremadura que jugó una temporada en Segunda B y actualmente milita en Tercera tras quedarse a las puertas de regresar a la categoría de bronce el pasado mes de junio. El Badajoz ambicionaba ascender a Primera División en la década de los noventa, pero en 2003 se vio en Segunda B tras hacer una pésima campaña. Tres años más tarde los impagos a los futbolistas le llevaban a Tercera División. El club pacense regresaba en 2010 a Segunda B pero la situación económica era crítica, de ahí que la entidad albinegra se acogiera al concurso de acreedores. Sin embargo no se llegó a ningún acuerdo y Hacienda y Seguridad Social tumbaban el concurso finiquitando la vida del CD Badajoz hace algo más de un año. Inmediatamente se fundó el CD Badajoz 1905 con el fin de dar continuidad al equipo recién desaparecido. La pasada temporada el nuevo equipo ascendió a Regional Preferente.

Un caso sonado de mala gestión deportiva es el del Racing de Santander, en la temporada 2008/09 el equipo racinguista jugaba la Copa de la UEFA, cuatro años después compite en Segunda B. Todo empezó con la llegada del empresario indio Ali Syed en 2011, parecía que comenzaba una época de éxito en el club cántabro, el proyecto era muy ambicioso pero pronto comenzaron a aflorar los problemas económicos con impagos a la plantilla. Un año más tarde el equipo santanderino desciende a Segunda División, el inversor indio se encuentra desaparecido y los problemas económicos aprietan más que nunca. En ese contexto era muy complicado afrontar el reto de regresar a Primera, finalmente no solo no se ascendió sino que se perdió la categoría descendiendo a Segunda B en una campaña calamitosa.

El último gran damnificado ha sido el Xerez, los azulinos jugaban en Primera en la temporada 2009/10 pero actualmente militan en Tercera División. Tras el descenso a Segunda la estela xerecista se fue apagando hasta que las parcelas deportiva y económica confluyeron la pasada campaña en un fiasco con el descenso a Segunda B cuya continuación desembocó en otro descenso a Tercera por impago de las nóminas a la plantilla. Actualmente el Xerez no puede jugar en el estadio Chapín por el incumplimiento del plan de viabilidad expuesto ante el ayuntamiento y lo hace en el pequeño estadio de La Granja.

Estos solo son algunos ejemplos de la crisis del fútbol en España, clubes históricos en apuros al borde del abismo muy lejos del lugar que por historia y tronío le correpondería ocupar. En ocasiones el bache se supera pero no siempre es el caso.