El Atlético y Quique vuelven a encontrarse en el camino, pero, esta vez, como rivales. El técnico natural de Madrid regresa al estadio donde alcanzó el cielo y logró su mejor palmarés como entrenador, gracias a la consecución de un doblete europeo: la Europa League y la Supercopa de Europa. Quique Sánchez Flores estuvo dos temporadas al frente del equipo colchonero, entre la temporada 2009/2010 y 2010/2011, suficiente como para dejar un imborrable legado en un club histórico como es el Atlético de Madrid.
Quique devolvió la ilusión, la fe y la esperanza a las orillas del Manzanares, demasiado sedientas por lograr títulos y coronarse campeón. Lo consiguió y construyó un equipo que hoy está entre los cuatro mejores de Europa y que ha llegado a dos finales de Champions en tres años. Sin él no hubiera sido posible. Irradió carácter en cada uno de los jugadores de un equipo capitaneado por Antonio López, hasta lograr que cada uno de ellos pasaran de `pupas` a considerarse capaces de todo.
Quique Sánchez Flores ganó la Europa League y la Supercopa con el Atlético
En apenas una temporada lo logró. Cogió las riendas en septiembre de 2009 y el 12 de mayo del año siguiente, los resultados de aquel gran trabajo del técnico eran evidentes: Forlán anotó un doblete ante el Fulham en la primera final europea del Atleti en el Siglo XXI y los rojiblancos volvieron a la cumbre futbolística, de la que nunca debieron desaparecer. La guinda del pastel la pusieron en agosto, tres meses después, cuando sería el poderoso Inter de Milán, vigente campeón de la Champions, el rival a batir para lograr la Supercopa de Europa.
Mónaco, sede de la final, se acabó arrodillando ante la apisonadora colchonera. El Atlético ganó cero a dos, gracias a un gol de José Antonio Reyes, hoy también jugador del Espanyol, y del Kun Agüero, que cerró y sentenció un partido que pasaría a la historia colchonera.
El Vicente Calderón recibirá este sábado a un entrenador que sacó brillo al escudo del Atlético de Madrid y lo hará con una espectacular asistencia de aficionados. Será un partido de reencuentros, de emociones, de recuerdos, pero, sobre todo, de agradecimientos mutuos. Quique siempre será una parte del Atlético, y el Atlético una parte de Quique.