El Málaga CF tiene un objetivo para las próximas jornadas ligueras, y no es otro que romper la mala dinámica en la que se encuentra desde el 25 de febrero, fecha en la que encajó la primera derrota de cuatro consecutivas. Para tratar de recuperar sensaciones y alejarse definitivamente de una zona de descenso que se encuentra a siete puntos, el equipo andaluz deberá afrontar un complicado calendario en los siguientes compromisos ligueros.
Leganés-Málaga, duelo de situaciones parecidas
El primer rival al que deberá hacer frente el Málaga CF será el CD Leganés, en un partido correspondiente a la 28ª jornada de la Liga Santander. Butarque examinará al nuevo Málaga CF de Míchel. El entrenador madrileño quiere brindar la primera victoria de su era a la afición blanquiazul en un encuentro de gran igualdad clasificatoria (solo un punto separa a ambos equipos, con los andaluces por encima) y en el que los dos equipos buscarán los tres puntos para alejarse de la zona de descenso, o para evitar que se acerque con más peligro, mejor dicho.
El Atlético de Madrid, primer grande para Míchel
Tras visitar al CD Leganés, el Málaga CF recibirá a uno de los grandes de España, el Atlético de Madrid. Con más o menos urgencias dependiendo del resultado de Butarque, los costasoleños confiarán en el factor campo para derrotar al equipo madrileño, tal y como pasó la pasada temporada (1-0, con gol de Charles). Los de Simeone no lo pondrán nada fácil ya que quieren dar caza al Sevilla FC en la clasificación (los de Nervión se encuentran cinco puntos por encima), y para ello querrán evitar dejarse punto alguno en la Costa del Sol. Un ambiente de gala junto al Málaga CF voraz y motivado de las grandes ocasiones podrían ser los ingredientes necesarios para obtener la primera gran victoria de Míchel en el banquillo andaluz.
Posible final en Gijón
La tercera jornada en el horizonte blanquiazul está marcada como uno de los partidos más importantes de lo que queda de temporada. Al Málaga CF le tocará ejercer de visitante en El Molinón. Visitar Gijón no será una tarea fácil para el Málaga CF. Los rojiblancos tienen muy poco margen de error si quieren cumplir el objetivo de permanecer un año más en la primera división del fútbol español, y si el Málaga CF no saca buenos resultados en los dos partidos citados anteriormente puede ser un encuentro a cara o cruz por la permanencia. El segundo peor local de la liga contra el tercer peor visitante, un partido de necesidades.
Ante el FC Barcelona, partido de alta tensión
De regreso a La Rosaleda, el Málaga CF recibirá a uno de los equipos más complicados de derrotar de la Liga Santander, el FC Barcelona. Es muy posible que los de Luis Enrique lleguen a Andalucía en plena pugna por el campeonato liguero con el Real Madrid CF y el Sevilla FC, así que los futbolistas entrenados por Míchel deberán multiplicarse sobre el terreno de juego para poder llevarse el gato al agua. Habrá ganas de revancha por los dos lados: por parte del FC Barcelona las habrá debido al 0-0 de la primera vuelta en la Ciudad Condal, y por parte del Málaga CF debido a la victoria azulgrana por 1-2 de la pasada temporada, encuentro que se decidió por pequeños detalles y que se le escapó por muy poco al equipo andaluz.
Riazor, campo difícil para seguir el camino
Después de haber disputado los anteriores cuatro partidos, el Málaga CF tendrá que visitar al Deportivo de La Coruña, equipo que ha adelantado recientemente a los andaluces en la clasificación. Los gallegos se están mostrando fuertes en Riazor: solo han perdido dos de los últimos diez partidos, y en la última jornada lograron derrotar al todopoderoso FC Barcelona. El conjunto entrenado hoy en día por Pepe Mel es un equipo que se le da bastante bien al Málaga CF (no pierden ante ellos desde el 2013), pero los andaluces tendrán que mejorar notablemente su imagen como visitantes si quieren sacar algo positivo de Riazor.
Los cinco encuentros nombrados no serán nada fáciles para un Málaga CF que se encuentra en plena racha negativa, pero Míchel debe concienciar a sus jugadores del gran reto que supone sacar adelante visitas complicadas o encuentros ante los equipos más poderosos de España. La dinámica debe cambiar, y la posibilidad de hacerlo se encuentra en las manos de Míchel y de sus futbolistas.