El Castilla vuelve a perder dos puntos con polémica

El Real Madrid Castilla, tras un empate en los minutos finales ante el Amorebieta la jornada anterior, recibía a otro equipo vasco en busca de una victoria para resarcirse. En frente tenía al Gernika, un equipo aguerrido situado justamente encima en la tabla clasificatoria. Un sólo punto separaba a los dos conjuntos, aspirantes a los puestos de playoff de la tabla, antes del pitido inicial.

La primera sensación que transmitió el partido fue la de relajación. Aunque los dos contendientes se mostraron intensos en tareas defensivas, rara vez se emplearon a fondo en ataque. Las bajas del Castilla, que propiciaron que Valverde tuviera que ejercer de central, no son excusa para el mal juego desarrollado por los de Solari.

Chispazos de alegría

En una tarde de nubes siempre queda la esperanza de ver algún rayo de sol. Pequeños chispazos que alegraran el partido, un partido gris, sin ocasiones y que apenas entretenía a los más de setecientos espectadores que se desplazaron hasta el Di Stéfano. Y esto ocurrió, aunque cada muchos minutos, en forma de jugadas individuales o remates a balón parado.

Por parte de los visitantes fue Etxaniz el que llevó más peligro, en dos remates realmente complicados. Uno se marchó desviado por muy poco y otro fue detenido con facilidad por Luca Zidane, que se mostró dubitativo en alguna ocasión pero que, en líneas generales, cuajó un buen encuentro. Las mejores llegadas vinieron por las bandas, espacio que aprovechaban los veloces delanteros visitantes ante la gran faceta ofensiva de los de Santiago Solari -que dejaban espacio atrás al incorporarse al ataque-.

Los mejores chispazos de los merengues llegaron por la banda. Achraf cuajó un partido sensacional, en ataque y en defensa, driblando gracias a su buen control del balón y su velocidad punta. Febas, como casi siempre, se salió en la medular y fue el faro del Real Madrid Castilla. En punta, Campuzano volvió a aprovechar su velocidad, pero sin efectividad de cara a puerta.

La segunda mitad, visto lo visto en la primera, sólo podía ser mejor, pero la emoción tuvo que esperar. Dos equipos tan igualados, tanto en goles como en juego como en la tabla clasificatoria, parecían más preocupados de evitar ser goleados que de golear al rival. Intensidad hubo por doquier, tensión y agresividad también. Pero a la hora de dar el último pase, tanto los de Solari como los de Jabi Luaces estuvieron ciertamente mal. Los cambios buscaron agitar el árbol para ver si caían los frutos, pero nada más lejos de la realidad.

La victoria era obligada para los locales, que tras sumar solo un punto en las dos últimas jornadas necesitaban ganar para engancharse de lleno a la parte alta de la tabla. Los visitantes, conscientes de la dificultad de ganar en el campo del Real Madrid Castilla, no forzaron y estuvieron tranquilos, buscando aprovechar las oportunidades de que dispusieran.

Cabe destacar el partidazo que realizó Seoane, un jugador no habitual para Solari que respondió con creces. Jugó los 90 minutos y sus internadas por el centro fueron clave para desarbolar la defensa rival, pero las ocasiones no se transformaron en goles. Con los fallos en el último pase y las pérdidas de tiempo del Gernika Club se llegó al pitido final y los blancos perdieron dos puntos fundamentales.