Isco Alarcón fue el gran protagonista en el triunfo del Real Madrid frente al Espanyol por 2-0 el pasado domingo en el Santiago Bernabéu. Si fue elegido por nuestros lectores como mejor jugador, es por algo. Nada nuevo para el malagueño, pues su doblete ante los periquitos no es más que otro de los últimos capítulos del mejor año del 22 blanco. El año de la Magia, el año de Isco. Con este ya lleva cinco dobletes como madridista. ¡Y de qué manera!
En total este año 2017 lleva ya 16 goles, triplica de esta forma los cinco logrados en 2016 y 2015 y está a un solo tanto de su mejor registro anotador (cuando se salió con el Málaga en 2013, deslumbró en el Europeo Sub-21 y aterrizó en el equipo blanco).
Pero por entonces, las funciones del malagueño no eran las que son ahora. Isco había hecho partidos sueltos y ningún entrenador, ni Ancelotti, ni Benítez y ni tan siquiera Zidane, habían confiado en él como titular en el Bernabéu.
"No soy tonto, si no soy titular con Ancelotti, Benítez y Zidane es por mi culpa", añadió el futbolista, en una entrevista en octubre de 2016.
Pero cuando más negro parecía todo, en su peor momento profesional, en medio de todos los rumores sobre su continuidad, su renovación y el supuesto interés del Barcelona, cuando era cuestionado por todo lo que hacía e incluso su futuro estaba en el aire, lejos de bajar los brazos, Isco creció. Y además mucho. El de Arroyo de la Miel siguió trabajando y aprovechando cada minuto que estaba sobre el terreno de juego y la dicha cambió. Zidane empezó a apoyarle y le ayudó a recuperar esa confianza que había perdido. Empezó a jugar más, a ser más regular, a sentirse más importante y a coger las riendas del juego del Real Madrid.
Partido a partido fue ganándose un hueco en el once y el cariño de la afición que meses antes pedía su cabeza. Isco no ha hecho más que crecer hasta convertirse en el actual Mago que es hoy.
El punto de inflexión fue Gijón. Desde aquel partido la presencia de Isco en el once empezó a crecer. El futbolista merengue nos regaló goles decisivos como el del Calderón para asegurar el pase a la final de la Champions, como el de la Supercopa de Europa, como los dos del domingo ante el Espanyol, como los cinco dobletes que lleva... Isco tiene algo mágico.
"Isco juega como se juega en la calle, y eso me gusta", Zidane.
Isco ha convertido este 2017 en el año de la Magia. Él mismo se ha convertido en un Mago, ya no solo del Real Madrid sino también de la Selección. Un referente indiscutible. Un líder que, junto a su bro Marco Asensio, abanderará el cambio de generación.
Renovado, con galones y con el calor de una afición que lo adora, Isco disfruta de su mejor momento como futbolista. ''Últimamente está muy a gusto en el campo y me alegro que veamos un Isco mejor", aseguraba Zidane tras su doblete al Espanyol.
Isco no ha hecho más que crecer hasta convertirse en el actual jugón que es hoy. Ya no es alguien de partidos sueltos, de ratos. Es un futbolista constante, regular, que ofrece magia, que ofrece espectáculo, buen fútbol y que además sabe (y puede) como guiar y salvar a los suyos. Un jugador que a apenas tres meses de cerrar su mejor etapa, se ha ganado a pulso todas las reverencias del estadio. Gracias Isco por sacar la chistera y hacernos volver a creer en la Magia.