El 15 de junio de 2014 durante el Mundial de Brasil en el Estadio Beira-Rio de Porto Alegre el fútbol entró en el S.XXI. El Francia 3 Honduras 0 pasará a la historia del futbol por ser el primer partido en un mundial en el que una acción de gol se resolvió utilizando la tecnología: el ojo de halcón. Valladares, arquero hondureño, fue el desafortunado protagonista de un hecho histórico al introducir el balón en su portería en un gol fantasma que la tecnología de gol demostró que el esférico había entrado en su totalidad dentro del arco centroamericano. Pero ni el Grupo I de la Segunda Divison B española es el Mundial, ni Barraña es como el Beira-Rio, pero Francia y la SD Ponferradina comparten la fortuna que se le negó a Honduras en 2014 y al CD Boiro este domingo.

Cambios en los equipos, pero no en Barraña

Mientras que el césped del estadio gallego sigue sin cambiarse y dando una imagen lamentable para la práctica correcta del futbol, los onces de ambos equipos mostraron variaciones a la hora de saltar al terreno de juego en comparación con lo esperado en la previa del partido. Fredi Álvarez sigue haciendo del once titular su laboratorio particular, y en esta quinta jornada saltó el quinto once distinto de la temporada. El centro de la zaga lo ocupó Crespo y Mateo Garcias dejando a Catú en el banco, mientras que la pareja de Borja Yebra fue Gonzalo, como en el partido de Copa del Rey ante el CD Guijuelo. Por otro lado, Rivera ocupó la delantera con Romay actuando detrás del nueve en detrimento de Cano y Beda.

Mientras, Manolo Herrero dispuso menos variaciones tácticas en comparación con su homólogo gallego. El técnico de Andújar apostó por mantener la línea defensiva que le dio los tres puntos la jornada pasada en El Toralin ante el Coruxo. Sin embargo, la formación de los jugadores de ataque fue muy distinta al choque anterior: Pastrana, Jonthan Ruiz y Juanto Ortuño dejaron paso en el once a Chavero, Figueroa y Caiado respectivamente.

Poco futbol, mucho trabajo

El enfrentamiento arrancó con los dos equipos muy bien plantados y respetando mucho al rival: los locales respetaban a uno de los cocos de la categoría; los leoneses respetaban la valentía exhibida por los celestes las pasadas jornadas. La primera oportunidad la tuvo la Ponfe con un disparo desde media distancia de Caiado que se marchó por encima de la meta defendida por El Pato Guillén. La respuesta del club boirense no se hizo esperar y fue superado el ecuador de la primera parte cuando gozaron de una gran ocasión gracias a un lanzamiento de Marcos Álvarez que desbarató un gran Olmedo con una tremenda estirada.

Olmedo fue el jugador más destacado del conjunto blanquiazul

El cancerbero toledano sostuvo la portería leonesa y fue el más destacado de los blanquiazules durante la primera parte. La gran actuación del ex canterano del Getafe disipó las dudas sobre su titularidad por delante del rumano Moldovan.  Sin mucho futbol, luchando ambos equipos por tener la posesión y con una defensa ordenada por parte de las dos escuadras, se llegó con 0-0 al final de una primera parte fea pero interesante en el apartado táctico. La igualada se pudo romper con una contra en los últimos minutos que Rivera mandó lamiendo el palo berciano.

El fantasma de Barraña fue el gol

Reiniciado el partido, ambos equipos salieron con la idea de llevarse el gato al agua en los segundos cuarenta y cinco minutos. A pesar de mejorar en el aspecto ofensivo, ningún equipo logró encauzar el juego ofensivo para tener ocasiones claras. Al poco de iniciarse la segunda parte, los leoneses tuvieron una oportunidad por medio de Figueroa de anotar el primer tanto de la contienda, pero su disparo se marchó fuera. A medida que el tiempo pasaba, Manolo Herrero vio la necesidad de introducir cambios, por lo que el jiennense dio entrada a Juanto Ortuño en el minuto sesenta, lo que a la postre desnivelaría la igualada.

Fue a los cinco minutos de entrar, un saque de banda desde la izquierda, Ortuño controló de espaldas a la meta de Guillén y orientando el balón lanzó un latigazo desde el costado izquierdo que sorprendió al arquero uruguayo. El balón se estrelló en el larguero y desafortunadamente rebotó en la espalda de Guillén mientras realizaba la estirada. El rebote se introdujo en la portería gallega. Aunque El Pato logró rechazar el esférico desde el interior de la meta, por lo que no quedó claro si el cuero logró atravesar la línea de gol en su totalidad. A pesar de que las repeticiones vistas por televisión no terminan de aclarar si el gol es legal o no, el árbitro asturiano autorizó el tanto ante las protestas gallegas. Aunque se trata de una jugada que en la actualidad en el futbol profesional se soluciona con facilidad, en una división modesta como es la Segunda Division B, un despliegue tecnológico tan importante como el que supone el ojo de halcón es inviable en la actualidad, por lo que el criterio del colegiado sigue siendo la ley imperante en esta clase de acciones.

El gol de Juanto Ortuño rompió la igualada y dio los tres puntos a los visitantes

A pesar del mazazo, los de Fredi Álvarez no se amilanaron y en los últimos compases del encuentro encerraron a los bercianos en su área. Cano y Beda entraron para dar más opciones ofensivas a los locales, pero ni con esas lograron batir a un inspiradísimo Olmedo. Varias intentonas con disparos lejanos de Beda y las constantes subidas de Jimmy y Soto pusieron en apuros a los blanquiazules. Cuando faltaban cinco minutos Rivera tuvo la oportunidad de amarrar un puntito en Barraña pero Olmedo le ganó en el mano a mano. Un choque entre el delantero barbanzano y el meta toledano al intentar despejar un centro desde la derecha disparó las alarmas en los últimos minutos del encuentro, pero el cancerbero consiguió acabar el partido. 

Con el pitido final, los ponferradinos inician el viaje de regreso a casa con su segunda victoria consecutiva tras derrotar la jornada pasada al Coruxo en casa por idéntico resultado. Mientras, el CD Boiro se hunde un poco más en la tabla y es decimosexto con cuatro puntos como Arandina y Somozas. La victoria de los de Manolo Herrero quizá suponga demasiado premio para los ponferradinos y mucho castigo para los gallegos en un partido tan igualado y que se decidió gracias a un gol dudoso. Un gol que, desde el Mundial de Brasil, se soluciona gracias a la tecnología con la que el futbol entró en el S.XXI, mientras que la Segunda B sigue en el S.XX. Tiempo al tiempo.