Todo se decidirá en el Camp Nou de Morvedre. Y todo gracias a Adrián Lluna. Dos frases simples que definen a la perfección esta ida de la final de la Copa RFEF. Una eliminatoria que, a pesar de destacar por su ausencia de espectáculo, no dejó de ser historia viva de dos clubes que nunca antes la habían disputado. Quizás por la falta de acierto en los ataques, o por lo atenazados que se veían a los futbolistas, pero todo se verá el próximo jueves en Sagunto.
El duelo empezaba con un ambiente espectacular. Tifo con cartulinas azulonas para recibir a los jugadores, césped en perfecto estado y una temperatura de las que gustan para practicar este deporte. Entre tanto, era el Saguntino el que empezaba mandando con una fuerte arrancada que se tradujo en dominio.
Las paradas de Lluna deciden tras el gol anulado
A los diez de juego, llegaba la polémica del encuentro: gol anulado al Saguntino en un libre directo donde el árbitro vio falta previa. Una acción un tanto extraña que cabreó y mucho a los visitantes.
Esto pareció espolear a los fuenlabreños que tras quince minutos de letargo inicial llegaban al partido con una doble ocasión de Borja y Dioni. Aquí empezó a hincharse la figura de un Lluna que no pararía de protagonizar ya todas las acciones claves del encuentro.
Con el paso de los minutos, los de David Gutiérrez fueron siendo cada vez más dominados por los madrileños que dispusieron otra clara oportunidad en las botas de Cristóbal. Y así transcurrieron los primeros 45 minutos, con un sabor de boca amargo para la parroquia del Fernando Torres.
Mismo guión, mismo Lluna
El encuentro no cambió en nada tras el descanso. En absolutamente nada: el Saguntino volvía a salir frenéticamente y asustando a Isma Gil y tras unos minutos de agobio el Fuenlabrada se hacía con la pelota con Milla a los mandos.
Beni, al larguero; y Lluna se lucía deteniendo un testarazo de Borja Sánchez
Los minutos pasaban y ni llegaban las superioridades en el juego, ni mucho menos los goles. Y no llegaban porque la pelota o no quería entrar, como fue en el larguero de Beni en el 57'; o porque no la dejaban, como así lo dictó Lluna dos minutos después tras un testarazo de Borja Sánchez que olía a gol.
Las ocasiones del Fuenlabrada, aunque ya solo fuera por cantidad, parecían hacerles merecedores de la victoria, pero esta se resistía. Los valencianos defendían su 0-0 con uñas y dientes y esperaban cualquier descuido para montar peligrosas contras con las que dar la sorpresa.
Pero nada, nada de nada, Lluna había echado el candado. Ni Velasco, recién incorporado, tuvo fortuna cuando su 'chance' se topaba con la madera.
En los minutos finales, la tensión y los nervios dominaron el partido y todo se dejó ya para el jueves. El Fuenlabrada sale sin premio de un encuentro que ni mucho menos fue su mejor partido. El Saguntino, contentos por salir vivos pero recordando aquel gol anulado o el disparo al palo. Se avecina batalla y de las buenas el jueves por Sagunto...