La UD Las Palmas ha sufrido una dolorosa derrota por 2-5 frente al Real Club Celta de Vigo. Un hat trick de Iago Aspas, un tanto de Emre Mor y otro del "Tucu" Hernández certificaron una goleada que deja una herida que tardará tiempo en cicatrizar en el corazón de los aficionados de los amarillos. El equipo de Ayestarán ha ofrecido una pobre imagen delante de su parroquia acentuada por los errores defensivos y por la desafortunada actuación de la  su guardameta, Chichizola.

La UD Las Palmas y el Celta saltaron al césped para disputar un encuentro marcado por la tragedia que se están viviendo en Galicia desde la mañana de domingo. Las Palmas arrancó el partido con fuerza, sabedor de la importancia de ponerse por delante en un partido que se presuponía que iba a ser igualado.

Los primeros minutos fueron de dominio local aunque sin ocasiones claras. En el minuto 8, un disparo de Bigas tras una sorprendente incorporación al ataque fue lo más destacable de los canarios en el comienzo. Por su parte, el Celta no se amedrantó y en su primera llegada a la portería de Chichizola anotó el primer tanto del partido. Un gran balón al hueco desde la derecha de Wass permitió a Emre Mor plantarse en el área y el turco, de primeras, se sacó un zurdazo al palo largo que superó al meta argentino.

El gol fue un auténtico mazazo psicológico para la UD que se agravó cuando cuatro minutos después Iago Aspas efectuaba el segundo tanto del equipo celeste. El de Moaña recibió un balón en el área, superó con excesiva facilidad a Borja Herrera y disparó al palo corto sorprendiendo a Chichizola. En tan sólo 20 minutos el Celta había asestado dos ganchos directos al mentón de su contrincante que parecían que podían ser definitivos.

El tanto de Aspas dejó una estela de silencio sepulcral en las gradas del Estadio Gran Canaria. Pero, paradójicamente a raíz del gol vinieron los mejores minutos del equipo local en todo el encuentro. Los amarillos, heridos en su orgullo, comenzaron a apretar para buscar un tanto que les metiera en el encuentro antes del descanso. Las Palmas consiguió encerrar al Celta en su campo y comenzó a producir ocasiones de gol.

Entre el minuto 30 y el 40, los canarios gozaron cuatro oportunidades claras, pero se estrellaron contra un inconmensurable Rubén Blanco. Momo tuvo la ocasión más clara para recortar distancias tras cazar un balón suelto en el área, pero su remate salió muy centrado.

Por otro lado, tras lograr el segundo tanto el Celta únicamente inquietó a la portería de Las Palmas con un disparo de Pione Sisto que se estrelló contra el lateral de la red. Esa fue la última llegada con peligro de una primera parte en la que la UD Las Palmas puso el fútbol y las ocasiones más claras, pero el Celta puso la efectividad y por consiguiente, los goles.

A la vuelta de vestuarios, Ayestarán movió el banquillo y dio entrada al máximo goleador del equipo, Loïc Rémy, sustituyendo a un desafortunado Momo. La entrada del galo tenía como objetivo agitar el encuentro aprovechando su velocidad y desborde. Sin embargo, el plan de Pako se iría al traste cuando en el minuto 49, Aspas culminó un contragolpe perfecto del conjunto vigués para hacer el tercer tanto de su equipo. Ese gol pareció llevarse lo que quedaba del alma de una UD que deambuló por el césped durante el resto del encuentro.

Ni siquiera la expulsión del meta celtiña, Rubén Blanco, en el minuto 52 espoleó a los insulares para intentar meterse en el partido. El recuerdo del encuentro del año pasado, cuando los canarios consiguieron igualar ese mismo resultado (0-3), empezó a aflorar entre los espectadores congregados al recinto de Siete Palmas, pero una vez más se demostró que por desgracia para su aficionados, de momento, este equipo no es ni la sombra de lo que llegó a ser hace justamente un año.

Tras la expulsión, Unzué se vio obligado a sustituir al goleador, Emre Mor por su portero suplente, Sergio Álvarez. Las Palmas aprovechando que tenía un jugador más, comenzó a acumular tímidos acercamientos hacia la portería contraria, pero se apreciaba que el convencimiento que había en remontar el marcador era escaso. Por su parte, el Celta no notó en exceso la expulsión de su guardameta y supo mantener el orden defensivo para desarticular a los insulares, que acabaron totalmente desesperados. Por si fuera poco, en el minuto 70, el "Tucu" Hernández lograría el cuarto gol tras empalmar una volea ras de suelo después de un buen centro de Jonny. 

Imagen del encuentro de ayer. Foto: LaLiga
Imagen del encuentro de ayer. Foto: LaLiga

El tanto terminó por hundir, aún más si cabe, a los locales y provocó que las gradas del Estadio Gran Canaria comenzaran a despoblarse. Lejos de relajarse, el Celta aprovecharía la debilidad de su rival para continuar haciendo sangre. En el minuto 75, un nuevo error en la zaga canaria, el enésimo en el encuentro, provocó que Aspas se plantara mano a mano con Chichizola para conseguir su hat-trick y cerrar la manita del conjunto vigués.

Los últimos quince minutos fueron un suplicio para los futbolistas de la UD Las Palmas que veían como estaban sufriendo una auténtica humillación en su propio estadio. Quizá esa rabia contenida, unida a la lógica relajación del contrincante,  fue la que hizo que los grancanarios realizaran un último arreón con el fin de maquillar el resultado. En el minuto 90, Vitolo colocaría el 1-5 tras resolver con un zurdazo en el área un buen pase de Viera, mientras que en el 92', Loïc Rémy conseguiría su tercer tanto de la campaña para colocar el definitivo 2-5 en el marcador.

Las sensaciones que deja la UD Las Palmas tras el encuentro son muy preocupantes. El equipo necesita trabajar en la parcela defensiva de forma urgente,  18 goles encajados en 8 encuentros lo demuestran. La defensa insular es una auténtica golosina para los atacantes rivales que ven como con muy pocas llegadas pueden generar claras oportunidades de gol. A los problemas defensivos hay que sumarle la falta de acierto de cara a portería de los amarillos. A pesar de los dos estériles tantos , ante el Celta los insulares generaron bastantes ocasiones, sobre todo en la primera mitad, pero la buena actuación de Rubén Blanco y la mala fortuna impidieron ver algún tanto durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Para más inri, los canarios únicamente han logrado siete tantos en los ocho encuentros que llevamos de temporada.

Con esta dura derrota los insulares suman su cuarta derrota consecutiva y caen a la zona roja de la clasificación con 6 puntos. Aunque aún es pronto, el fantasma del descenso empieza a atormentar las mentes de los aficionados al conjunto canario debido a las malas sensaciones en juego y resultados. La parte positiva es que aún quedan ocho meses de competición para remontar el vuelo y hacia cierta esperanza de que el equipo mejore cuando termine de adaptarse a la metodología del nuevo entrenador.