El veterano central italiano Daniele Bonera disputará una temporada más como groguet tras renovar su contrato de un año, por otra campaña más durante este verano. Tras llegar fuera de mercado, sin hacer mucho ruido y cuajar un debut desastroso; logró encauzar el rumbo de su primera temporada en el Villarreal con excelentes actuaciones que le valieron el respeto de una afición que le puso la cruz nada más llegar. Ahora, afronta la temporada 2016-17 como uno de los pesos pesados del vestuario y con ganas de aportar su experiencia en Champions League.

La etapa “pre-Milán”

Bonera es conocido, principalmente, por su etapa como jugador del AC Milán, donde militó durante once campañas, pero antes tuvo otros dos equipos: el Brescia y el Parma.

Nacido en la ciudad de Brescia, el central comenzó su carrera futbolística en el equipo homónimo de su ciudad natal, subiendo escalones en la cantera hasta hacer su primera aparición con el primer equipo en la temporada 1998-99, pero no fue hasta la temporada siguiente cuando firmaría su primer contrato profesional con el cuadro “bresciani”. Pronto se haría un nombre como joven promesa del fútbol italiano defendiendo al equipo de su ciudad durante tres temporadas en las que jugó 72 encuentros.

En la campaña 2002-03, fue traspasado al Parma, equipo en auge por aquel entonces donde llegó su consagración. Con 114 choques disputados repartidos en cuatro campañas en las que pudo debutar en competición europea y convertirse en toda una realidad del fútbol italiano. También fue asiduo asistente en las convocatorias de la selección italiana sub-21, con la que ganó en 2004 el Campeonato Europeo y la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas.

Años gloriosos como “rossonero”

Para la temporada 2006-07, y a la edad de 25 años aterrizó en el AC Milán a cambio de 3,3 millones de euros que se quedarían en el club parmesano. El overbooking de centrales de primer nivel en el conjunto “rossonero” con Paolo Maldini, Alessandro Nesta o Kakha Kalazde; hizo que Bonera se empezase desempeñando como lateral derecho, donde resultó ser un auténtico desastre. Con la compra de Massimo Oddo, un lateral derecho de primer nivel, Bonera volvió al centro de la zaga, donde sí que consiguió brillar.

Sin llegar a ser nunca titular indiscutible, cerraba cada una de sus once temporadas en Milán con un buen número de partidos. Una lesión de 10 meses en 2009 truncó ligeramente su carrera, pero siguió siendo una figura respetada en el equipo del norte de Italia. Tras más de una década defendiendo los colores rojo y negro, su nivel y rendimiento ha sido intachable, llagándose a especular en 2012 con una posible marcha a la Juventus de Turín, pero decidió renovar su contrato hasta 2015, y colgarse el brazalete de capitán de un grande como el Milán, lo cual habla de sus galones y carácter. 

Primera experiencia fuera de Italia

Una vez cumplida su vinculación con el AC Milán en 2015, decidió cambiar de aires buscando una nueva experiencia fuera de Italia por primera vez a sus 34 años. Su experiencia en competición europea, su alto caché y su condición de agente libre hizo de él una pieza apetecible para un Villarreal que no consiguió firmar a ningún central antes del cierre de mercado, y necesitaba uno más. Por lo que  el 1 de septiembre, ya fuera de mercado se oficializó la llegada de Bonera al Villarreal.

Tras un mes de adaptación, debutó ante el Rápid de Viena en el primer partido de Europa League en el estadio Ernst Happel de Viena. Aquel partido fue bochornoso para Bonera quien cometió un penalti y posteriormente una falta al borde del área que sirvieron a los austriacos para remontar el gol inicial de Leo Baptistao, cosechando casi solo por su culpa la primera derrota en la Europa League. Aquel encuentro todas las voces de la afición grogueta se levantaron en contra suyo poniéndole así la cruz, pero Marcelino seguía confiando en él y a lo largo de la campaña jugó otros 10 partidos más en los que cumplió con nota en todos ellos, llegando a ser el mejor del equipo en algunas ocasiones, ganándose el respeto de una afición que le tenía muy poco aprecio, y ganándose también la renovación de contrato por otra temporada.

Bonera afronta esta temporada 2016-17 ya con experiencia en la Liga Española y listo para aportar su granito de arena en una temporada que se presume muy exigente. Asimismo, es uno de los pesos pesados del vestuario, teniendo incluso influencia en la política de fichajes como el de Alexandre Pato.