Desde su llegada al Villarreal la temporada 2015-16 procedente del Milan, el central italiano ha ido perdiendo protagonismo en el equipo titular, para pasar a ser este año 2017 el cuarto central en discordia por detrás de Víctor Ruiz, Álvaro y Semedo.

Trayectoria 2017

El 2017 ha sido un año diferente para Bonera, en el cual ha asumido un papel secundario pero importante, tanto en la primera parte del año (temporada 2016-17), como en la segunda parte (temporada 2017-18). Bonera apenas ha contado para los entrenadores que este año han dirigido al Villarreal. Primero Fran Escribá, y ahora Javi Calleja.

Por lo que se refiere a la primera parte del año 2017, su participación en las competiciones fue anecdótica, disputando diez partidos con el conjunto del Villarreal, tres de Europa League, uno de Copa del Rey, y seis de Liga. Con el añadido de que sus participaciones siempre han sido motivadas por lesiones o sanciones de sus compañeros, o por darles descanso en partidos intrascendentes, o de los considerados “fáciles”.

Por lo que respecta a la segunda parte del 2017, su protagonismo ha sido mayor debido a la plaga de lesiones que ha asolado al submarino, y que le ha llevado a disputar hasta la fecha ocho encuentros, cuatro de liga y cuatro de Europa, pero al contrario de lo que pasó en el primer tramo del año, partidos importantes y decisivos para el conjunto groguet.

La experiencia como punto a su favor

De hecho, su mayor implicación en el equipo y su buen hacer en los partidos disputados hasta el momento le han llevado a ganarse una merecida renovación a sus 36 años, cuando a priori todo hacía pensar que al final de esta temporada abandonaría la disciplina del Villarreal.

Bonera es un jugador que por su dilatada trayectoria en diferentes equipos de la liga italiana, tiene el saber hacer y la jerarquía que todo equipo necesita, ese hecho se hace más grande  en el Villarreal, un equipo que se ha caracterizado por la utilización de jugadores de la cantera, jóvenes de los equipos inferiores, sin  experiencia en Primera División ni por supuesto en competiciones internacionales.

Y en esas circunstancias es cuando se hace imprescindible el papel de Daniele Bonera. Sin ser capitán ejerce de ello en el vestuario y en el campo, aconseja a los jóvenes cómo afrontar los partidos, cómo no hay que dejarse intimidar por los rivales, cómo no caer en sus artimañas y provocaciones durante los partidos, etcétera.

Y ya en el campo, Bonera saca a relucir su libro de estilo, aporta no solo veteranía y experiencia, sino otras mucha cosas que le caracterizan, tales como colocación, orden defensivo, sacar la pelota desde atrás o visión de juego.

Bonera este 2017 ha ido de menos a más, ha pasado de asumir un rol secundario a tener un papel más decisivo en el equipo, y hasta cuando no juega es importante por lo que aporta fuera del campo.

Más que un defensa

Sin duda, Daniele Bonera, es el jugador que todo entrenador desea tener en su plantilla y en su equipo. Cuando juega es la extensión del entrenador en el césped, y cuando no lo hace ejerce de segundo entrenador para sus compañeros, aparte de compañero y amigo.