El Mundial de piscina corta de Windsor, Canadá, del 6 al 11 de diciembre, será la última cita importante a nivel internacional este año y se espera que participen algunas de las grandes estrellas mundiales. Pero como ocurre en todas las ediciones siempre hay alguna baja destacada y en este caso una de ellas es la de la rusa Yulia Efimova que ha tenido que renunciar debido a una mononucleosis infecciosa, según la prensa rusa.

Esta enfermedad es causada por el virus Epstein Barr (VER) que pertenece a la misma familia del virus del herpes y sus síntomas incluyen fiebre, dolor de garganta y ganglios linfáticos inflamados y en algunas ocasiones se perjudica el bazo. El periodo de recuperación puede ir de dos a cuatro semanas aunque es probable que se pueda sentir cansancio durante algunos meses después. Sin duda es un problema que le impide a la bracista y doble subcampeona olímpica en Río 2016 llevar a cabo una preparación óptima para llegar en buenas condiciones y luchar por una medalla.

A la baja de Efimova hay que sumar la de la lituana Ruta Meilutyte, campeona y subcampeona en la última edición de 2014, que deja la prueba de braza aún más abierta para el resto de nadadoras. Una de las grandes favoritas al oro será la estadounidense Lilly King, oro y récord olímpico en 100m braza en Río que disputará su primer Mundial en corta con el objetivo de seguir aumentando su palmarés. Otra de las candidatas a las medallas será Jessica Vall, doble medallista de bronce en 200m braza en los mundiales de Berlin 2014 y Kazán 2015, siendo la única española en subirse al podio en natación al línea en esta última edición. Su prueba principal será la de larga distancia aunque en el héctometro podría luchar por el pase a la final.