La natación británica ha experimentado un gran cambio en los últimos años. Todo el país esperaba la celebración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 para ver brillar a su equipo de natación. Lo tenían todo a favor, destacando sobre todo el apoyo del público que llenaba el Centro Acuático de Londres deseando escuchar el himno nacional y celebrar medallas. Sin embargo los resultados no fueron como a priori se esperaban. Solamente se pudieron sumar 3 medallas, un número muy inferior a las 5-7 medallas que se preveían para un equipo que si había ganado tal cifra en el Mundial de Shanghai 2011. 

La heroína británica fue Rebecca Adlington, doble medallista de bronce en 400m y 800m libre, junto a Michael Jamieson, subcampeón en 200m braza. Sin embargo el oro olímpico nunca llegó y el himno local tampoco sonó.

Los malos resultados llevaron a la Federación de Reino Unido a tomar una importante decisión: cambiar de entrenador para el ciclo olímpico de Río 2016. Para esta función contrataron a Bill Furniss avalado por sus 30 años de experiencia entrenando a un alto nivel internacional y siendo artífice del éxito de la nombrada Rebecca Adlington y sus cuatro medallas olímpicas. "Yo sabía que teníamos nadadores y entrenadores de clase mundial" asegura Furniss a la Federación Internacional de Natación (FINA).

El entrenador británico empezó a trabajar inmediatamente, tras su elección, con el apoyo del director técnico de natación, Chris Spice para crear el mejor ambiente competitivo posible. "Solo era cuestión de que todos trabajaran como un equipo en la misma dirección. Yo pensé que podíamos conseguirlo haciendo algunos cambios que podrían ser productivos" asegura Furniss.

Los malos resultados de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 continuaron en el Mundial de Barcelona en 2013 donde solo se obtuvo un bronce. Esto no sería indicativo de lo que vendría después en las siguientes competiciones. La mayor señal de cambio llegó en el Campeonato de Europa de 2014 en Berlín donde se consiguieron 24 medallas, 9 oros y la 1ª posición en el medallero final. Algo estaba cambiando en la federación británica y los resultados lo demostraban.

Los recortes de 4 millones de libras no impidieron que Furniss siguiera trabajando con optimismo en busca de la gloria olímpica. "Para mí era una oportunidad llevar los mejores entrenamientos de países con mucho éxito en natación y aplicarlo en el estilo británico" comenta el entrenador británico. "Quiero que mis conocimientos y entendimiento sobre el mejor entrenamiento sean adaptables. A los entrenadores los animo a que apliquen esas ideas en sus situaciones particulares y cultura" asegura.

Kazán, la antesala de un destino glorioso

En 2015 se celebró el Campeonato del Mundo de Kazán, Rusia, la antesala al gran objetivo del ciclo olímpico, Río 2016. Allí el equipo británico no defraudó logrando 9 medallas y 5 de ellas de oro, situación que ilusionaba al país. Pese al éxito logrado, Furniss asegura que "nunca hablamos sobre lo que vendrá sino lo que podemos hacer en el momento y si lo hacemos llegarán los resultados". 

Y llegaron los Juegos Olímpicos de Río 2016. El fracaso se convirtió en éxito y el trabajo realizado dio sus frutos. Reino Unido finalizó en 6ª posición del medallero final con 6 medallas, 1 oro y 5 platas. El cambio era evidente y ahora sí el país había completado sus mejores Juegos Olímpicos en los últimos 100 años

Una de las claves para cambiar el status de finalista a medallista, según Furniss, fue "identificar el motivo del fracaso que puede ser un cúmulo de 100 o 1000 cosas". "Una vez identificado el error, hay que entrenarlo y practicarlo y estar en una situación en la que ese momento de presión no sea raro para ellos" asegura el artífice del éxito británico. 

Con vistas al futuro y el mundial de piscina corta 25m en el horizonte (6-11 diciembre) Furniss asegura que "todo vuelve a empezar". "En Windor vamos a seguir a algunos de nuestros nadadores de cara a Tokio 2020, dándole la oportunidad de nadar en un escenario mundial" comenta.  "Con respecto al próximo ciclo olímpico era importante que nuestros nadadores tuvieran la oportunidad de descansar después de Río y por ello no les hemos presionado a participar en este mundial. Y esto me da la oportunidad de hacer un gran grupo de nadadores jóvenes con otros experimentados" asegura. El objetivo en Windsor será "observar a nuevos jóvenes talentos y ver donde estamos" concluye Furniss.

Bill Furniss será uno de los invitados a la 3ª edición del Golden Clinic para entrenadores de natación donde hablará sobre "Un programa ganador para un Ciclo Olímpico". La cita se celebrará el 4 y 5 de diciembre en el Caesars Windsor Resort y Convention Centre en Ontario, Canadá y contará además con la participación de Bob Bowman, David Marsh, Fred Vergnoux y Ben Titley.