Una de las principales preocupaciones de la NHL, es que el juego sea atractivo para los espectadores, el gol es el momento supremo del hockey, y la liga quiere un juego en el que el ganador sea el equipo que más marque, no el que menos encaje.

Ya hace dos años se redujo el tamaño de la parte baja de las protecciones, pantalones y protecciones más pequeños y si bien en el primer año el aumento fue poco significativo, pasando la media de goles por partido de 2,71 a 2,77, en la temporada 2017-18 subió hasta 2,97 goles por partido.

Visto esto, la NHL decidió dar otra vuelta de tuerca y tomó la medida de reducir también el peto y coderas que protegen la parte superior de su cuerpo. Con un cuarto de la liga ya vencido la media de goles ha conseguido superar los tres goles por partido, 3,08 en 331 partidos, una cifra que no se conseguía desde 2005-06, un incremento de 0,11 respecto a la temporada anterior.

Quejas de los porteros

Las nuevas protecciones no están siendo del agrado de los porteros, los impactos dolorosos y los moratones se han incrementado, aún así no ha sido este factor el que más preocupa a los guardianes de los tubos. 

James Reimer portero de Florida Panthers, ya expresó a Sports Illustrated que no le incordiaban ni los hematomas ni moratones, pero que el precio a pagar puede ser mayor como fracturas de brazo.

Unas declaraciones que le dan una nueva perspectiva al asunto son las realizadas hace un mes por Braden Holtby de los Washington Capitals, en las que aparte de incidir en el riesgo de lesiones peligrosas como Reimer y otros compañeros preguntados, lanzaba al aire la cuestión de que ante la reducción de protección, si no sería necesaria también la revisión de los sticks que cada vez permiten lanzamientos más potentes.

La liga no recula

La seguridad de los jugadores se ha vuelto una prioridad para la NHL, no solo por cuestiones legales si no porque hoy día afortunadamente la imagen de un deporte que destroza a sus protagonistas repele a los aficionados.

Pero a pesar de las quejas, no se ve ninguna intención a día de hoy de volver a examinar la medida, aunque Kay Whitmore, vicepresidente de operaciones de hockey y antiguo portero trata de contemporizar.

Para Whitmore, las pruebas realizadas han dado lugar a un equipo que puede ser del gusto de los jugadores y útil para realizar su trabajo. También declaró que tiene charlas diarias con los jugadores para intentar acercar las necesidades de ellos con los requerimientos de la liga.No niega las quejas, pero afirma en su favor que estas van disminuyendo. 

Tenemos por delante aún 940 partidos hasta que finalice la fase regular de la NHL, entonces podremos sacar conclusiones aún más fiables, pero de momento el balance riesgo beneficio no parece muy atractivo, el pírrico incremento de la media no parece justificar el incremento en la inseguridad de los porteros.