La Copa del Rey. Esa competición en la que, durante tan solo tres días, da igual la posición en la que esté un equipo en ASOBAL. Ese torneo en el que, sea cual sea el rival a batir, nadie puede ser favorito en las encuestas. Y, en el tercer partido de la tarde de hoy, la XLIV Copa del Rey ha dejado uno de los enfrentamientos más disputados; con un resultado que ya es historia en el balonmano español.
Y es que, en el encuentro que ha enfrentado a Liberbank Ciudad Encantada de Cuenca y Bidasoa Irún, las posiciones en liga se han echado a un lado para dejar como protagonista al Balonmano con mayúscula. Segundo contra sexto era la previa. David contra Goliath para los que aman las analogías. Y, como en ese episodio de las sagradas escrituras, el pequeño se ha impuesto al gigante.
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La máxima igualada en el marcador. Así podría resumirse el total de la primera mitad entre iruneses y conquenses. Y es que, desde el minuto uno de partido, las tablas en el electrónico fueron la sintonía aplastante. Una sintonía que era animada por los continuos gritos de ánimo de la hinchada manchega. Gran desplazamiento hay que destacar por parte de los de la localidad de Castilla-La Mancha.
Kauldi Odriozola se tornó como una pesadilla para la banda derecha de la zaga conquense. De igual manera que Leonardo Dutra lo fue para la respectiva vasca. Tras los primeros quince minutos de partido la ventaja de los iruneses era mínima (8-6). Y esa diferencia iba a acabar siendo la máxima que experimentarían los guipuzcoanos en el total del partido.
Un parcial de 3-5 devolvió la igualada en el marcador a diez minutos para el final (11-11). Y así sería hasta el último minuto de primera mitad, cuando un tanto de Odriozola puso el definitivo 18-17 antes del camino para los vestuarios.
Y fue en ese instante donde comenzó a forjarse la leyenda. Los de Lidio Jiménez, liderados por un imperial Leonardo Dutra (ocho tantos en la tarde de hoy) dieron la vuelta al marcador a las primeras de cambio; situándose con un 19-20 tras los cinco minutos iniciales de segunda mitad. Una diferencia que ya no se iba a tocar.
Tras un parcial de 2-4 y uno más de 2-3, el marcador se tiñó del gris de las elásticas conquenses al dibujar, en lo alto del mismo, un 23-27 en el ecuador de la segunda contienda. Aunque, como una buena historia que es, también tuvo su parte de preocupación y relajación.
Con una diferencia de cuatro, los manchegos bajaron la guardia. Momento en el cual los hombres de Jacobo Cuétara buscaron acortar distancias; y lo hicieron con éxito. Un parcial de 4-2 puso a tan solo dos los goles de diferencia entre ambos púgiles (27-29). Y mayor susto experimentaron los del Ciudad Encantada. Dos fallos en la salida del ataque fueron aprovechados por Odriozola. Dos errores que colocó a los iruneses a solo un gol en los últimos cinco minutos (32-33).
Pero el guion de esta aventura ya estaba escrito, y el ganador decidido. Ángel Montoro opuso su altura por encima de toda la zaga vasca y materializó el definitivo 33-36 en el marcador. Hazaña en la ciudad de Cuenca. Decepción en tierras más al norte del mapa. Y primer cruce decidido. Los de Jiménez tendrán como rivales al Fraikin Granollers, mañana a las 17:00 horas.