Los playoffs de la NHL van avanzando a buen ritmo, sin descanso para los fans y los propios jugadores, manteniendo la intensidad alta en todos los sentidos, sin permitir que nada ni nadie pueda interferir en el empeño de terminar el curso de la mejor forma posible teniendo en cuenta el factor COVID-19. 

La segunda ronda se presenta llena de emoción y con equipos inesperados Tras dejar atrás la primera ronda, ocho franquicias continúan en liza, cada una de ellas con la firme intención de llevarse la Stanley cup, el trofeo más preciado de todos los disputados entre las grandes ligas americanas. Aunque cada equipo superviviente tiene argumentos válidos para campeonar, no hay motivo para que sea igual entre todos los conjuntos, aquí un breve resumen del porqué se merecerían ganar cada uno de los participantes en la segunda ronda de la postemporada en la NHL. 

¿Por qué merecen ganar la Stanley cup?

La franquicia de Massachusetts debería proclamarse campeón tras realizar una temporada regular de ensueño, siendo el mejor conjunto de todos los 31 en liza. El trío formado por Bergeron, Marchand y Pastrnak están dominando la liga desde  hace tiempo, además vienen de perder la final del pasado año, mereciéndose una reconciliación con la copa tras un año difícil de digerir. 

Son muchos años con los Bolts entre los favoritos para llevarse la Stanley, tantos como decepciones varias han padecido, la primera perdiendo hace unos cursos la final contra Chicago Blackhawks para terminar con la última en la pasada postemporada frente a Columbus Blue Jackets. Esta generación de jugadores de los Lightning es hora de que se alcen campeones. 

Philly es una de las revelaciones de la temporada, nadie contaba con ellos pero finalizaron en curso antes del parón en un gran estado de forma y han regresado igual de fuertes. Es momento que rompan la mala racha que ya se alarga 45 años sin alzar el título de campeones de la NHL. La leyenda de Bobby Clarke se merece que alguien le de un respiro como el último (y único) capitán en levantar la Stanley para los Flyers. 

Los Isles llevan décadas de desencantos, casi desde que ganaran de una tirada sus cuatro Stanleys a principios de los 80, además los últimos 15 años han sido muy convulsos en la búsqueda de un nuevo hogar que les permitiera recuperar una identidad muy dañada y una competitividad mermada frente a sus vecinos los New York Rangers. Es momento de regresar a la élite, a la cima de la NHL, ahora que su nuevo pabellón ya se empieza a vislumbrar sería ideal para llegar con fuerza al corazón de los nuevos aficionados.

Los tejanos hace temporadas que no acaban de encontrar el proyecto deportivo adecuado, al menos no lo suficientemente competitivo para ganar la copa. Este año han apostado fuerte, tienen una plantilla con una mezcla de veterania y juventud muy interesante, además hace ya más de dos décadas desde que ganaran su única Stanley, es momento de volver a relanzar la franquicia entre su público, el cuál está en un mercado muy disputado y contar con el equipo campeón de la NHL le abriría un hueco aún mayor entre los fans de la zona. 

Uno de los mejores equipos de la actualidad no se merecería menos que ganar la copa, después de campañas sin encontrar la formula adecuada para reeditar una plantilla de calidad similar a la de finales de los 90 y principios de los 2000, es la hora de que los Avs actuales con un Nathan MacKinnon bestial, entren en la historia de Denver de igual forma lo hicieran Joe Sakic y compañía. 

Es momento de que un equipo canadiense vuelva a ser campeón tras 27 años sin conseguirlo, algo insólito hace tiempo pero que por desgracia se ha vuelto común. Seguramente todo el país, aunque fuera por dentro y sin grandes alardes, lo celebraría como propio, devolviendo el orgullo al país que vive el hockey como una auténtica religión. También un buen motivo sería que los Canucks se estrenarían como campeones, algo que ya viene siendo necesario tras 50 años en la liga. 

El equipo de Nevada lleva pocos años en la liga, más concretamente este es el tercero, pero son uno de los mejores proyectos en sus inicios en toda la historia del deporte americano profesional. Llegaron a la final en el primer año, sorprendiendo a todos el mundo, han ido reforzando de forma decidida la plantilla y ahora mismo tienen una química ganadora. Es hora de que se vean recompensados con la Stanley, una copa que les asentaría de forma muy sólida (aún más) entre muchas generaciones de la parroquia local de Las Vegas y alrededores. Los Golden Knights deben brillar con la copa entre sus vitrinas.