“El tiempo me dirá lo que tengo que hacer. Pienso mucho en el retiro, pienso mucho en que ya está, pero la verdad es que todavía no lo siento”, escribía en redes sociales un inagotable Kiko Martínez que sabía, antes de enfrentar a Reiya Abe, que el tiempo se le agotaba. La travesía en Japón no salió como el púgil esperaba y ahora, a sus 37 años, el futuro parece incierto para uno de los mejores boxeadores de la historia del pugilismo español.

Sin embargo, y replicando sus palabras, nadie lo va a retirar. Ni los medios de comunicación, ni la presión de los compañeros de profesión. Kiko ha obtenido, con su brillante carrera, el pleno derecho de decidir cuándo, dónde y de qué manera decir adiós a un deporte que le ha proporcionado infinitas alegrías.

El problema llega cuando uno echa ojo a las listas. El ilicitano ha descendido hasta el puesto número 13 tras caer en el país nipón en los rankings IBF. En otras organizaciones, como en la WBC, figura en el quinto puesto de peso pluma, en el que Rey Vargas se encuentra como monarca de la división. La “última bala en la recamara” de Kiko Martínez parece haberse agotado, pero en su derrota frente a Warrington, el cargador parecía haberse acabado, y el regreso de ‘La Sensación’ al cuadrilátero para conseguir lo imposible una vez más acabó sucediendo y salió a pedir de boca.

"Esto es un deporte y a veces se gana y a veces se pierde. Me toca felicitar a Abe y a su equipo por la gran estrategia. Me estudiaron muy bien e hicieron un planteamiento de pelea increíble. No pude agarrarlo, aunque me hubiera gustado. Lo tengo que aceptar y asimilar", pronunciaba Kiko Martínez en un vídeo publicado en Instagram dirigido a los fans. La humildad ante la derrota caracteriza a Kiko, a pesar de momentos tan duros como el presente.

¿Habremos visto la última aventura de Martínez encima del cuadrilátero? La incógnita está servida, pero al ilicitano nunca se le puede dar por retirado. Ahora toca "interiorizar la derrota" y estudiar las diferentes cartas y ventanas que Kiko Martínez tiene ahora en el horizonte, y analizar sus beneficios y sus inconvenientes. En estos momentos, la recámara sólo puede recargarla de balas el propio Kiko en una división con rivales de talla mundial y con muy poco margen tanto de error como de acción.

 

Kiko, una vida de gratitud al pugilismo

Fotografía de: Getty Images
Fotografía de: Getty Images

"Lo amo, me educó y me quitó de la noche y de los vicios. Solo me dio cosas positivas y nada negativo. Solo tengo cosas buenas para el boxeo y para el deporte. Kiko Martínez estará en deuda siempre con los aficionados. El tiempo dirá", concluyó el púgil ilicitano su breve vídeo. Una vida dedicada al deporte y a ser el mejor día a día. Al aficionado sólo le queda expresar la merecida y bien ganada admiración hacia un boxeador que nunca dijo que no a un gran reto, a una gran oportunidad. Kiko Martínez, haga lo que haga, ya es leyenda del boxeo español.