Jorge Lorenzo es el vigente campeón del mundo. Un título que pesa, como la primera mitad de temporada que viene arrastrando. La arrastra porque le penaliza para revalidar ese título con el que aún sueña. Plantado entre ceja y ceja volverá a por todas en esta segunda parte del mundial para escalar posiciones y coger al renovado Márquez

La escalada es de 48 puntos, contando con su compañero Valentino que viene pisándole los talones a 11 puntos. Así de reñido está el Mundial, uno abierto, más de lo que se piensa, tal y como aseguran los pilotos, donde las caídas están más a la orden del día por el poco aviso de los nuevos neumáticos Michelín. El próximo destino y primera prueba, el GP de Austria, presenta la dificultad de la novedad, aunque Lorenzo pudo rodar y establecer una primera toma de contacto en los test protagonizados allí antes del parón estival, donde acabó séptimo: "Tras las vacaciones de verano volvemos a la acción en Spielberg, un sitio en el que estuvimos por primera vez hace tres semanas en un test de dos días".

Foto: Yamaha Racing
Foto: Yamaha Racing

Tras los test reinó brevemente la calma, pues la exigencia del campeonato no da para mucho descanso: "He pasado algunos días en las Islas Baleares, donde me he relajado un poco, pero luego he vuelto a los entrenos para llegar en la mejor forma posible a la segunda mitad de temporada", apunta el piloto balear.

Necesita ese estado de gracia, pues lleva sin subir al podio en las tres últimas carreras, un colchón de puntos penalizador en la lucha por el título. Sin embargo, la remontada ya es conocida por el mallorquín, viéndose en situaciones parecidas y muy dado, por su carácter de hierro, a levantar resultados a base de constancia: "Es verdad que la situación es complicada porque Marc tiene una ligera ventaja en el campeonato pero daremos lo máximo, como cada año, para intentar recortar la distancia". El fin está claro y ahí deja caer el desafío:  "¡Lucharemos hasta el final del campeonato!".