La Fórmula Uno llegaba este pasado fin de semana a Monza, una de las catedrales del mundial junto con Silverstone, Spa Francorchamps y Mónaco, también llamado como el ‘Templo de la Velocidad’ debido a las insultantes puntas que se alcanzan en este circuito.

Los equipos se citan en el último Gran Premio europeo donde la exigencia de las unidades de potencia es extrema debido a sus largas rectas, comenzando por la recta de meta donde se alcanzaron más de 350 km/h y llegar a una fuerte chicane haciéndola a menos de 100 km/h para después volver a pisar el acelerador a fondo y llegar a la Variante della Roggia. Tras ellas, se avecinan las enlazadas de Lesmo que son dos a derechas y desembocar en otra recta que dará lugar a la chicane de Ascari para encarar la última recta y trazar la curva más famosa del trazado, la Parabólica.

Fuente: Getty Images
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En la jornada del viernes se vio como el equipo Mercedes seguía en su galaxia dominando las dos sesiones de entrenamientos libres, probando en la primera de ellas el neumático superblando y marcar el territorio, aunque en los segundos Ferrari se colocó a cuatro décimas de ellos. Aún así la diferencia no iba a ser la suficiente para poder pelear por la victoria.

La clasificación no iba a ser menos, el imperio de Lewis Hamilton continuaba para lograr una nueva pole sin darle opción a Nico Rosberg, ya que su último giro sirvió para rebajar su crono y sacarle casi medio segundo a su compañero de equipo. Se avecinaba un nuevo dominio del actual campeón del mundo en uno de sus circuitos predilectos, donde la temporada pasada quedó primero en todas y cada una de las sesiones.

La salida fue horrenda por parte del británico, donde perdió cinco posiciones en los primeros metros y sirvió en bandeja la victoria al piloto alemán. A pesar de ello, la estrategia de pasar por la calle de boxes en una ocasión para sustituir los neumáticos blandos por los medios sirvió para que Rosberg afianzara con un buen ritmo la victoria y al actual campeón del mundo a finalizar la carrera en segunda posición, tratando de evitar la sangría que le pudiera recortar su compañero en el campeonato, que ya se sitúa al rebufo a dos puntos.

En cuanto a los españoles, Fernando Alonso quedó por delante de Carlos Sainz en 14ª y 15ª posición respectivamente. El piloto de Mclaren marcó la vuelta rápida de la carrera tras ser consciente de que no iba a pelear entre los diez primeros y montó un juego de superblandos que tenían tres vueltas. El asturiano no conseguía este logro desde el Gran Premio de Abu Dhabi del año 2013, es decir, hace casi tres temporadas.

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Semáforo verde

Sin duda para Nico Rosberg. Gran salida aprovechando el error de Hamilton tras muchas posiciones antes de llegar a la primera curva. Además el alemán supo mantener a raya a Sebastian Vettel a pesar de llevar un compuesto más lento, que en este caso el de Mercedes llevaba el blando mientras que el del equipo de Maranello el superblando. Primera victoria en Monza, otros siete puntos de recorte y ya se sitúa dos puntos de Lewis Hamilton. Hay mundial.

Semáforo amarillo

Ferrari. Desarrollaron la última mejora de motor en la que utilizaron los tokens que les quedaban, que eran exactamente tres. El progreso se notó, sí, pero no lo suficiente para plantar cara a las estrellas de plata. Volvieron al podio después de que lo consiguiera Kimi Räikkönen para los italianos en el Gran Premio de Austria quedando en tercera posición. Sabor agridulce.

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Semáforo rojo

Toro Rosso, de lejos. Carlos Sainz trató de disimular las carencias del STR-11 en Monza. Fueron los más lentos en velocidad punta con diferencia, alrededor de 18 km/h de Felipe Massa que fue el que marcó la más alta. Además, Daniil Kvyat no pudo terminar la carrera por daños en los laterales de su monoplaza y entró en su box. Parece que el futuro del piloto ruso en la escudería de Faenza está muy oscuro de cara a continuar en 2017 o incluso finalizar esta temporada.

La carrera en el Gran Premio de Italia dejó algo curioso y es que de todos los pilotos que terminaron en los puntos, sólo Nico Rosberg y Lewis Hamilton fueron a una parada, además también de ser los únicos en usar el neumático medio de los diez primeros. Esto demuestra la superioridad de los de Brackley en la mayoría de los circuitos.

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