El 3 de junio se cumplieron cuatro años de aquel fatídico momento en el que Luis Salom nos dejó. Un piloto humilde, trabajador y soñador que deslumbraba con su sonrisa a toda persona con la que se cruzase. No tenía enemigos; todos sentían un gran aprecio por él y por su madre, María; su ángel de la guarda en los circuitos hasta que la luz del joven dejó de brillar.

Fue ella, su admirada y amada madre, la que el mismo día cuatro años después de perder a uno de los amores de su vida, su hijo mediano, concedió una entrañable entrevista al Diario As, con Mela Chércoles de testigo de todas esas palabras que dijo María haciendo alusión a su hijo.

María, la mujer que jamás se separaba de su hijo y que podíamos ver siempre en el box detrás de él, protegiéndolo desde la distancia, comentó que el cumplimiento de esta fecha es, siempre, algo muy especial: “Es un luchar continuamente para no retroceder a aquel día; un día en el que no sólo se acabó la vida de un joven de 24 años cumpliendo su sueño: ser piloto profesional, sino que también se tornó de negro la vida de su madre, pues el dolor de perder a un hijo es, sin lugar a dudas, el que más te hace sufrir.

En la entrevista en la que nos basamos vimos a una María relajada, calmada y con intención de contar miles de detalles, conocidos o no, de su hijo, por el que sentía gran admiración, aunque también veíamos a una mujer cansada, probablemente, de los golpes que le ha dado la vida y de tener que pasar un día tan duro como el que le tocó vivir en Montmeló el 3 de junio de 2016; un golpe increíble y doloroso a partes iguales.

Luis Salom, 2016. Sag Racing Team | Foto: MotoGP.com
Luis Salom, 2016. Sag Racing Team | Foto: MotoGP.com

Conocíamos bastante al Luis piloto, aunque también nos daba a ver algunas de sus peculiaridades y de esas “manías” que tienen los pilotos; pues en su caso, siempre rezaba antes de subirse a la moto, y es que Salom era muy creyente pese a que en su familia, tal y como cuenta su progenitora, no se lo inculcaron en ningún momento; fue algo que salió de él hasta convertirse prácticamente en una seña de identidad… ¡cómo echamos de menos verlo, arrodillado ante su moto, para pedir que todo saliera bien!. Tal era su amor por la religión que llevaba varios tatuajes con motivos religiosos en su cuerpo, del cual hizo un auténtico lienzo: “Su primer tatuaje fue a los 14 años […] para convencerme dijo que sólo se vive una vez, y me convenció” consiguió plasmar nada más y nada menos que alrededor de quince tatuajes en su piel, algo que su madre recuerda con especial cariño y relaciona con el tema de sus creencias: “Tenía más imágenes que una Iglesia comentaba riéndose.

María siempre ha visto con muy buenos ojos a Luis, su hijo mediano: “Era perseverante, perfeccionista en su vida personal, incluso haciendo la maleta: la dejaba que parecía un Tetris”, y es que la relación que tenían era muy especial, tanto, que viéndolos desde la pantalla caminando juntos por el Paddock o en el box, donde ella no solía alejarse ni un segundo de su querido hijo nos mostraban la gran conexión que tenían: “Era un tema de entendimiento y respeto. Habíamos tenido muy buena conexión. Con Luis la conexión era muy importante; no hay muchas madres que hagan el mundial, siempre es la figura paterna la que suele realizarlo”, tal vez por ello, esa conexión era aún más grande y mucho más especial.

En esta entrevista en la que la mamá de Luis se mostró tal y como era con su hijo hubo también tiempo para la reflexión. Mela le preguntó si cambiaría algo de del duro camino que han tenido que recorrer hasta llegar al día de hoy, llegando inclusive a pasar el duelo de la pérdida de alguien tan importante: “Lo cambiaría todo para que él estuviera aquí. La gente dice que si lo hubiese parado, no hubiese sido feliz”. María se muestra contraria a esa opinión externa, ya que cree que su hijo hubiese encontrado la felicidad en otro lugar que no hubiesen sido las dos ruedas. Pese a todo ello, a ella no le queda más que quedarse con lo vivido a su lado y todo lo que ha aprendido de éste, pues ha sido todo un ejemplo a seguir no sólo para su familia, sino para el mundo en general: un chico que, desde joven, luchó por sus sueños, aunque éstos le arrebatasen la vida de un plumazo.

Luis Salom Red Bull KTM Ajo | Foto: MotoGP.com
Luis Salom Red Bull KTM Ajo | Foto: MotoGP.com

Su conexión con la gente era más que peculiar: “Luis por donde pasaba tenía una sonrisa para todo el mundo, tanto era así que no tenía, como en el caso de otros tantos pilotos, ningún detractor: todos respetaban su figura. Era un chico amable, sonriente, gracioso y bromista que conseguía llevarse al bolsillo a toda la gente, inclusive a sus propios compañeros de pista, ya que con muchos de ellos tenía una gran relación. Algo de ello pudimos ver en su funeral, en el que la gente le rindió el homenaje que se merecía: digno de un campeón de su talla en el que no faltó el rugir de los motores, así como muchos de sus compañeros de pista quisieron acompañarlo en su último viaje y posteriormente pasaron por el domicilio familiar para arropar a esa gente que se había quedado rota de dolor ante la gran pérdida.

En la mente de María quedan todos esos recuerdos vividos gracias a su hijo: sus victorias, los momentos en los que nada iba bien y fue capaz de resurgir de las cenizas,… “Recordar todo lo que consiguió Luis nos llena, decía la progenitora del piloto, con una sonrisa en la boca recordando, tal vez, las grandes hazañas de su hijo: “El día de su primera victoria fue uno de los días más felices. Sentía una emoción inmensa de ver la felicidad de mi hijo después de luchas tanto. Esa victoria fue muy especial”, aunque también hubo momentos no tan buenos, como en los que no todo iba bien e inclusive el momento en el que Luis quedó segundo en el campeonato de Moto3, en su gran lucha con Maverick y Rins: “Era él el que estaba consolando a la gente, y es que, al fin y al cabo, así era Luis: todo un soñador que, en multitud de ocasiones, consiguió hacer de esos sueños una realidad.

Finalmente, María habló de su relación con todas las personas que formaban el Paddock cuando ella iba de mano de su hijo: “Era una segunda familia; un micromundo, en el que lo que más necesitaba su hijo era cariño y compañerismo, algo que encontró en el equipo de Edu Perales pero que, sin embargo, en el Pons HP40 no lo llegó a conseguir: “Ahí había un ambiente enrarecido, comentaba María, testigo de tantos momentos plasmados en su retina para siempre. No todos los equipos son iguales y para ella lo más necesario era ese cariño que hiciese a su hijo sentirse más que especial.

En cuanto a su relación actual con el motociclismo, María está totalmente desconectada del mundial y no le ve sentido pisar un circuito ya que su hijo, el principal motivo por el que iba, ya no está con ella: “Para mí sería muy complicado volver a entrar en un paddock sin mi hijo. No tiene sentido”.

Como vemos, el recuerdo de Luis sigue más que presente en la mente de todos los aficionados que lo vimos sobre la moto. Jamás olvidaremos su sonrisa y su actitud de afrontar todas las situaciones que la vida le ponía por delante así como tampoco podemos evitar pensar en qué habría sido del Luis piloto si no se hubiera ido. Su madre lo tiene muy claro: “En 2017 ya habría subido a MotoGP. La cosa pintaba así, comentó muy convencida en la entrevista en la que se abrió en canal como nunca, haciéndonos conocer una faceta más de su hijo al que tanto añoramos.

Luis Salom Red Bull KTM Ajo | Foto: MotoGP.com
Luis Salom Red Bull KTM Ajo | Foto: MotoGP.com

Sólo muere quién es olvidado y a ti, Luis, Jamás te olvidaremos. ¡Sigue dando gas, Mexicano!