Jordi Torres busca la estabilidad en el Mundial de Superbikes. A falta de asientos libres en Kawasaki y Ducati, los equipos destinados a disputarse el título en 2017, el piloto de Rubí ha apostado por la continuidad en el equipo Althea Racing, a lomos de una BMW que este año le ha llevado, pese a no lograr ningún podio, hasta la sexta posición final del campeonato.

"Era importante tener una continuidad con este proyecto porque hemos estado trabajando con el desarrollo de la moto y haciendo grandes evoluciones", comenta Torres tras anunciar su renovación por la escudería alemana. "No es bueno ir cambiando cada año, hay que tener continuidad. Además, me encuentro muy a gusto con los mecánicos. En BMW me siento muy bien y hay grandes profesionales dentro", confiesa el de Rubí, ganador de una carrera en 2015, cuando competía con Aprilia. 

Torres aprovechó también para hacer cierto balance a una temporada recién acabada, en la que no ha logrado podios pero sí ha sido muy regular: "Ha sido una temporada difícil. Al principio nos costaba mucho entender la moto, saber en qué dirección había que trabajar, pero una vez lo tuvimos todo controlado y supimos el nivel que tenía la moto iniciamos ya algunos trabajos importantes para intentar mejorarla y sacar el máximo provecho de lo que teníamos", asegura el barcelonés, cuyo mejor resultado en 2016 han sido los cuartos puestos de las carreras de sábado de Imola, Sepang y Lausitzring.

"Hemos tenido altibajos, pero también hemos aprovechado mucho la temporada", asegura Torres, que avisa de que estr proyecto está lejos de tocar techo y hay mucho por evolucionar aún: "Creo que somos capaces de hacer una moto mejor, pero siempre es difícil saber en qué dirección hay que trabajar". En 2017, Torres afrontará su tercer año en SBK, con el objetivo de ganar alguna carrera y acercarse al top-5 del campeonato.

Tras un año de debut en Aprilia con una moto que le permitía pelear por los podios e incluso lograr una victoria, ahora Torres ha conocido el sabor de pelear por puestos más modestos: "Lo que he aprendido este año es que, vaya bien o vaya mal la moto, me guste más o me guste menos, lo que tengo que hacer es sacarle el 100%", asegura. "Hacer lo mejor posible con lo que tengo, aunque me esté jugando la piel por hacer un 7º o un 10º. Porque así sacamos mucha más información que luego nos ayuda en el desarrollo de la moto".

Además, lanza un aviso a sus rivales: "Llegaremos a la élite, gradualmente, es cuestión de tiempo", asegura el de Rubí, que muestra como ejemplo a Kawasaki o Ducati: "No hay ninguna marca que esté ahora mismo delante que haya llegado ayer. Detrás siempre hay un gran trabajo. Nosotros estamos empezando a hacerlo, ese ha sido nuestro objetivo hasta el día de hoy"