Año de contrastes para Johanna Konta. Por un lado, la británica sumó otros dos títulos a su palmarés, Sidney y todo un Premier Mandatory como Miami, convirtiéndose además en la primera tenista local en acceder a unas semifinales de Wimbledon en 39 años. Pero todo eso se fue al traste tras un desplome monumental en la segunda mitad de año, con sólo dos victorias y cayendo a las primeras de cambio en cinco de los últimos seis torneos que disputó. 

Brillante en Australia y licenciatura en Miami

Debido a su orígenes australianos, Konta siempre ha tenido una especial afinidad cada vez que juega en el país que la vio nacer hace ya 26 años. Algo que quedó demostrado al conquistar el segundo título de su carrera en Sidney, su ciudad natal. Previamente ya había alcanzado las semifinales en su primer evento del año en Shenzhen (China) pero una semana después la británica demostró el gran estado de forma con el que había comenzado la temporada adjudicándose el torneo australiano sin ceder un sólo set y venciendo en la final a la polaca Agniezska Radwanska por 6-4 y 6-2. 

Konta llegaba a Melbourne dispuesta a todo pero la suerte quiso emparejarla por el mismo lado que la gran favorita, Serena Williams, en los cuartos de final. La británica avanzó rondas con suma facilidad pero no pudo hacer nada ante el vendaval de la, por entonces, número dos del mundo, que la despachó por un contundente 6-2 y 6-3. Tras ello, los primeros problemas físicos aparecieron en el cuerpo de la británica que tuvo que darse de baja en el Premier 5 de Dubai, reapareciendo con derrota en la tercera ronda de Indian Wells ante la francesa Caroline Garcia.

Konta termina el 2017 con 36 victorias por 16 derrotasPese al traspiés en el desierto californiano, el público de Miami volvió a presenciar la mejor versión de Konta. Sin hacer mucho ruido, la británica fue pasando rondas y en cuartos de final demostró que no iba de farol al remontar un partido casi imposible ante la rumana Simona Halep. Ésta dominaba por 6-3 y 5-4 pero no fue capaz de cerrar y dio alas a su rival, que acabó remontando por 7-6 y 6-2. Este triunfo supuso en enorme repunte de moral para Konta, que no dio opción ni a Venus Williams en la semifinales ni posteriormente, a la danesa Caroline Wozniacki en la final. Con un marcador elocuente de 6-4 y 6-3, la británica se hacía con el prestigioso torneo estadounidense dando otro paso más hacia delante en su carrera. 

Johanna Konta posa con su trofeo de campeona en Miami. Foto: zimbio.com
Johanna Konta posa con su trofeo de campeona en Miami. Foto: zimbio.com

Desaparecida en tierra y sueño frustrado en Wimbledon

Tras su título en Miami, Johanna Konta consolidó su lugar entre las mejores del mundo pero ahora llegaba uno de sus grandes desafíos: la tierra batida. No es un secreto que ésta es la peor superficie en la que se desenvuelve la británica y este año tampoco consiguió cambiar esa dinámica. Sólo dos victorias, ante la japonesa Naomi Osaka en Stuttgart y la kazaja Yulia Putintseva en Roma, pudo lograr Konta sobre polvo de ladrillo. La británica se fue a las primeras de cambio el el Mutua Madrid Open ante la alemana Laura Siegemund pero su derrota más dolorosa vino en el segundo Grand Slam de la temporada, Roland Garros. La taiwanesa Su-Wei Hsie, que en ese momento ocupaba la posición 109 del ránking de la WTA, consumó la primera gran sorpresa del torneo al dejar fuera a la séptima cabeza de serie por 1-6 7-6(2) y 6-4

Parecía que la efervescencia que había acompañado el juego de la británica en los primeros meses de la temporada se había evaporado, pero con la llegada de la hierba y al calor de su público, Konta regresó por sus fueros. La británica quiso recuperar todo el terreno perdido en la gira de tierra y no descansó ni una semana disputando los tres torneos previos a Wimbledon. Su primera parada fue Nottingham, donde llegó a la final para caer en ella de forma sorprendente ante la croata Donna Vekic. La estadounidense Coco Vandeweghe la frenó en el Premier de Birmingham y en Eastbourne alcanzó las semifinales tras dejar en la cuneta a la todavía número uno, Angelique Kerber. Pero, precisamente en el choque frente a la alemana Konta dio el susto al caerse durante un punto y dañarse el cuello, circunstancia que la obligó a retirarse del torneo para no poner en riesgo su participación en Wimbledon

Así las cosas, la británica llegaba al tercer 'grande' de la temporada con muchas expectativas pero a la vez con la enorme presión de jugar delante de un público ávido de tener una nueva campeona que pudiese emular a su compatriota Andy Murray en el circuito masculino. Konta comenzó a notar esa presión ya desde muy pronto en su encuentro de segunda ronda ante, de nuevo, Donna Vekic, en una pista central abarrotada para la ocasión. En un partido con tintes épicos, la británica sobrevivió al empuje de su rival venciendo por 10-8 en la última manga. Konta se había quitado un peso de encima y eso hizo que jugara más relajada los siguientes encuentros.

La británica se había plantado en los cuartos de final pero ahí esperaba una vieja conocida, Simona Halep. La rumana venía de perder la final de Roland Garros ante la letona Jelena Ostapenko, pero con la posibilidad de alcanzar el número uno del mundo si accedía a las semifinales. El público local apoyó de manera incondicional a su jugadora, que, tal como hiciera en Miami, logró una meritoria remontada por 6-7 (2), 7-6 (5) y 6-4. Para el recuerdo quedará el estruendo provocado por la multitud congregada bajo el techo de la central del All England Club cuando Konta empató el partido en el segundo set. Ya era oficial: había nacido la 'kontamanía'. 

Konta celebra un punto durante su encuentro ante Simona Halep en Wimbledon. Foto: zimbio.com
Konta celebra un punto durante su encuentro ante Simona Halep en Wimbledon. Foto: zimbio.com

El problema para la jugadora local es que en la siguiente ronda esperaba la cinco veces campeona, Venus Williams. La estadounidense frustró el sueño de la británica con una clara victoria por 6-4 y 6-2. El consuelo para Konta fue el haberse convertido en la primera tenista de su país en llegar a la penúltima ronda de Wimbledon en 39 años, casi nada. 

Caída en picado y fuera de Singapur

Gracias a sus grandes prestaciones en Londres, Konta alcanzó el mejor ránking de su carrera, la cuarta posición. La británica se había incrustado en la pelea por el número uno del mundo pero, inexplicablemente y cuando se encontraba en el mejor momento de su carrera, el tenis de Konta desapareció de manera fulminante. 

siete de sus 16 derrotas fueron tras ganar ella el primer setLa británica entró en bache, tanto a nivel mental como tenístico, y sólo fue capaz de ganar dos partidos, ambos en el mismo torneo, Cincinnati, en los últimos tres meses de temporada.  Los últimos cuatro torneos, incluido el US Open, se saldaron con derrotas a las primeras de cambio. Tal fue el desplome protagonizado por la británica que perdió la última plaza en juego para el Masters de Singapur en beneficio de la francesa Caroline Garcia. Un billete que tenía casi garantizado pero que acabó perdiendo por méritos propios. 

La consecuencia de la caída libre de la número nueve del mundo fue su ruptura con el belga Wim Fissette, con el que había comenzado a trabajar este mismo año. El ya ex entrenador de Victoria Azarenka, Michael Joyce, suena como futurible recambio de Fissete para una jugadora que necesita volver a reencontrarse a sí misma, algo que tendrá oportunidad de hacer en el inminente comienzo de temporada. Al igual que este año, la británica ha optado por volver a sus orígenes y tanto en Brisbane como en Sidney, tratará de que esto que le ha sucedido en estos últimos meses no se vuelva a repetir.