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Elecciones RFEVB: el voleibol español se juega su futuro

El voleibol español es un deporte en decadencia, que no supo gestionar la abundancia y que ha sufrido la crisis económica mucho más que otras disciplinas. Las Superligas masculina y femenina han bajado su nivel de forma alarmante, con equipos que renuncian o se retiran de las competiciones, mientras las selecciones españolas deambulan de fracaso en fracaso sin obtener siquiera plaza en las grandes citas internacionales. La RFEVB se ha anquilosado bajo el largo mandato de Agustín Martín, lo que ha animado al mejor jugador español de la historia, Rafa Pascual, a presentar su candidatura a la presidencia del ente federativo.

Elecciones RFEVB: el voleibol español se juega su futuro
Rafa Pascual ha decidido dar un paso adelante ante la grave situación por la que atraviesa el voleibol en España. | Foto: Carmen Suárez
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Por Marcos López Aragón

Después de tres legislaturas de Agustín Martín Santos como presidente de la Real Federación Española de Voleibol, se abre ahora un período electoral marcado por la irrupción del mejor jugador español de la historia, Rafa Pascual, que ha dado un paso adelante presentando su candidatura para regir los designios de la RFEVB. Ante el candidato del cambio, la maquinaria oficialista no se hizo esperar, con Agustín Martín nuevamente al frente de una plancha electoral escasamente cualificada (que no experimentada) e incluso en algunos casos señalada por sus fracasos al frente de la gestión de determinados proyectos a nivel de club.

No obstante, Martín se apresuró en saltar al ruedo mediático presumiendo de músculo electoral en forma de apoyo mayoritario de las federaciones territoriales y de los clubes. El complejo entramado electoral de la RFEVB deberá elegir entre dos propuestas casi antagónicas: el continuísmo de Agustín Martín o el cambio con Rafa Pascual.

La RFEVB, una férrea red que lo abarca todo

La RFEVB domina con mano de hierro todos los aspectos del vóley españolY es que en España el voleibol es un deporte maldito, estigmatizado. Un deporte en el que no hay cabida para la regeneración, las nuevas ideas, la modernización y la participación más allá de la anquilosada y férrea estructura federativa. La RFEVB engloba todo, supervisa todo, coordina todo y controla todo. Y lo hace a través de una detalladamente tejida red de confianza a través del apoyo incondicional (tómese esta palabra en la más amplia de sus acepciones) de la mayor parte de las federaciones territoriales y de los clubes de élite.

No hay nada, absolutamente nada, que pueda escapar a la estrecha vigilancia de la RFEVB y sus barones territoriales. Cualquier iniciativa a cualquier nivel debe pasar inevitablemente por su filtro. Pero no sólo eso. El ente federativo somete bajo su duro escrutinio cualquier cosa y lo hace con tal nivel de crudeza que indefectiblemente cualquier iniciativa termina convirtiéndose en un conmigo o contra mí. Sin escala de grises.

Alejandro Blanco y Agustín Martín Santos (centro). | Foto: AJJV
Alejandro Blanco y Agustín Martín Santos (centro). | Foto: AJJV

Las Superligas, en constante declive

Las desapariciones, renuncias y abandonos lastran el vóley profesionalLa situación deportiva del voleibol español en la actualidad es lamentable. Las Superligas, tanto masculina como femenina, han perdido nivel de una forma alarmante. La crisis sólo ha sido la excusa perfecta para enmascarar problemas de fondo mucho mayores, como la nefasta gestión económica realizada por la mayor parte de los clubes.

Unos clubes que no supieron gestionar adecuadamente ni siquiera la época de bonanza, gastando mucho más de lo que ingresaban y, por tanto, generando impagos y deudas en los años buenos que han terminado lastrando su porvenir. Pensando que las subvenciones públicas durarían por siempre y firmando acuerdos más que sospechosos con presuntos mecenas dueños del maná, el voleibol español ha vivido numerosas desapariciones de clubes por deudas, renuncias a ascensos e incluso abandonos en plena competición. Los principales damnificados de semejante despropósito han sido (y siguen siendo) los profesionales: jugadores/as y técnicos que han encadenado decepciones e impagos año tras año hasta verse obligados bien a la retirada o a emigrar para trabajar en otros países con mayor solvencia (Francia, Bélgica, Turquía o Alemania).

Muchos clubes se han instalado en un estado catatónico de aquiescencia con el orden establecidoPero no hay lugar apenas para la contestación. Muchos clubes, incapaces de cumplir con todos los requisitos establecidos por la RFEVB para participar en sus competiciones, no se atreven a alzar la voz. Otros comenzaron su andadura con un ímpetu que ha ido decayendo al tiempo que han visto sucesivamente bloqueadas sus ideas y propuestas de mejora.

Otros, sencillamente, han preferido unirse al orden establecido para garantizar su supervivencia o para vivir en paz. Y otros, seguramente los mejores preparados, han decidido abandonar un deporte en caída libre. Pero esa deriva egoísta de aquiescencia mantiene al voleibol español en un estado catatónico, con constante reducciones de presupuestos que perjudican a los profesionales (que cada vez lo son menos en virtud de la precariedad de su situación).

El Club Vóley Miranda se retiró en mitad de la Superliga 2014/2015. | Foto: Diario de Burgos
El Club Vóley Miranda se retiró en mitad de la Superliga 2014/2015. | Foto: Diario de Burgos

Las selecciones españolas, encadenando fracasos

A nivel internacional, las cosas no van mejor. A excepción del pequeño oasis que supone el vóley playa, donde a pesar de los éxitos actuales ya se empieza a atisbar una nueva decadencia, las selecciones españolas de voleibol, tanto masculina como femenina, siguen inmersas en una larga travesía del desierto que les lleva a encadenar fracaso tras fracaso. Tanto es así que ya ni siquiera son capaces de obtener su clasificación para la disputa de los grandes eventos a nivel internacional.

El vóley español no aparece en los Juegos Olímpicos, pero ahora tampoco lo hace en los Campeonatos Mundiales y ya ni en los Campeonatos de Europa. Lejos queda ya aquella época en la que, precisamente de la mano de Rafa Pascual, que llegó a ser uno de los mejores jugadores del mundo, España fue capaz de ganar el Europeo en Rusia o la Liga Europea en Portugal, ambos hitos históricos en el año 2007.

Rafa Pascual, a punto de alzar el trofeo del Europeo 2007. | Foto: CEV
Rafa Pascual, a punto de alzar el trofeo del Europeo 2007. | Foto: CEV

Los candidatos a la presidencia

Agustín Martín Santos (izquierda). | Foto: CEV
Agustín Martín Santos (izquierda). | Foto: CEV

Agustín Martín Santos (60 años) es, además de presidente de la RFEVB, vicepresidente del COE (Comité Olímpico Español), vicepresidente de la CEV (Confederación Europea de Voleibol) y presidente de la WEVZA (Asociación Zonal de Voleibol de Europa Occidental). Tres legislaturas al frente de la RFEVB contemplan a un peso pesado de los despachos. Un hombre de negocios, diplomático y que conoce hasta el más mínimo detalle acerca del funcionamiento interno de los más importantes organismos nacionales y europeos, no sólo del voleibol sino también del movimiento Olímpico. Agustín Martín ha impreso en el vóley nacional su marcada personalidad: siempre mano de hierro, aunque a veces en guante de seda, su estilo de liderazgo es claramente autoritario.

En su gestión, el apartado económico no es sólo el pilar más importante, sino el único pilar. Siempre presume de la buena salud de las cuentas, balances y patrimonio del ente federativo, pero al mismo tiempo no duda en marcar distancias tanto con los clubes como con los jugadores/as. Sin duda un hombre de éxito en su proyecto personalista, de rígido control financiero, pero rodeándose siempre en su mayor parte de gente servil, que no preparada, pasará a la historia por ser con quien el voleibol en España ha sufrido la mayor decadencia de su historia, mientras otros deportes han crecido de manera exponencial a pesar de la crisis (baloncesto, balonmano, fútbol sala, etc).

Rafa Pascual (46 años) representa la época gloriosa del voleibol español. No sólamente se trata del mejor jugador de la historia a nivel nacional, sino que fue considerado como una de las grandes estrellas del voleibol mundial y, como tal, es plenamente conocedor tanto de la situación actual como de las mejoras que el vóley español necesita para resurgir entre otras potencias deportivas. Sus muchos años bajo el ámbito de la RFEVB facilitan su conocimiento del funcionamiento del ente federativo.

Rafa Pascual viene a sumarse a los tiempos de cambio marcados por el nombramiento de otro ex jugador, Jorge Garbajosa, como presidente de la Federación Española de Baloncesto. En su propuesta, Pascual propone impulsar un nuevo modelo de gestión para la RFEVB, más moderno y acorde con el momento actual. Llevar de nuevo el voleibol a los colegios, generar mayores ingresos por patrocinios privados, apostar por la formación de entrenadores, revitalizar las competiciones de clubes y dotar a las selecciones (desde la base) de unos medios y recursos adecuados para su desarrollo serán algunos de los retos que pretende afrontar Rafa Pascual para la regeneración del voleibol en caso de resultar elegido para presidir la RFEVB.