Han pasado treinta minutos desde que el reloj marcó las ocho de la noche. El cielo no presenta ni una nube, y con 15 grados de temperatura en la ciudad, el Estadio Azteca se prepara para ser testigo del comienzo de la Copa MX en la que América debuta ante Santos.

En la cancha, La Volpe decide hacer algunos cambios con respecto a los jugadores que tuvieron participación el domingo contra Toluca. Al igual que en este partido, el morbo se hace presente en una tribuna que mostraba más de 80 mil asientos vacíos, pues varios futbolistas de América jugaron en Santos, y viceversa.

Con la pelota justo en la mancha blanca del centro de la cancha, el encuentro había iniciado. Los minutos pasaban y el control del esférico y del partido no mostraba dueño alguno: barridas, balones al aire y pocos tiros a portería fueron las acciones que predominaron en los primeros veinte minutos. Aunque Santos ya se había mostrado más peligroso pues en una jugada a balón parado pusieron el esférico en el poste.

Sin embargo, al minuto 25, Pablo Aguilar cometió una falta a las afueras del área, la cuál no sería desaprovechada por los laguneros pues con el tiro libre que marcó el árbitro, Ulises Dávila impactó el balón hacía el poste derecho, el más cercano a Agustín Marchesín, para abrir el marcador.

Con esto, Santos se adueñó del esférico y los once hombres de América corrían atrás del balón sin más que hacer. Mientras tanto, en las tribunas, la gente fue llegando para llenar más asientos y hacer sentir al club local cobijado por su afición.

Pero fue hasta el minuto 40 en el que Darwin Quintero decidió mostrar sus habilidades. Con algunas fintas por la banda izquierda logró llegar hasta el borde de la cancha en el área santista, para dar un pase a Osmar Mares, quien cayéndose logró sacar un disparo con la pierna izquierda para que así el balón superara al portero, y golpeara en la base izquierda del poste, antes de meterse a la red.

Con el marcador empatado y cinco minutos en el reloj, América comenzó a pasear el balón y hacer que los laguneros corrieran detrás de él. Apenas 120 segundos antes del silbatazo que concluiría la primera mitad, Darwin volvió a acechar la portería lagunera. Tras una serie de rebotes y fintas sacó un disparo fuera del área que terminó en el ángulo superior izquierdo de la portería defendida por Julio González. Con rodillas en el piso y manos al cielo, Darwin festejó su anotación. Así terminó la primera mitad.

Para los últimos 45 minutos, las cosas fueron diferentes a las presentadas en la primera mitad. América hizo suyo el juego, mantenía la posición de la bola y creaba jugadas cercanas al gol. Quintero, Ibarra y Romero eran los protagonistas de la delantera águila.

Precisamente con dos jugadores de este tridente de atacantes, se logró la jugada que acabaría en la tercera anotación de los de Coapa. Ibarra, con una descolgada por la banda derecha, cruzó el campo hasta llegar a la media luna del área y pasar el balón a Osmar, quien con un pase de zurda puso el balón en el pecho de Silvio, para que éste, con un impacto, cruzara el balón al portero santista que poco pudo hacer para evitar el gol en el minuto 55.

Un minuto antes de que América ampliara la ventaja, José Manuel 'Chepo' de la Torre comenzaba su estrategia para revertir la situación, y mandó uno de los cambios que se esperaba fuera trascendente: salió David Andrade e ingresó el ex americanista, Osvaldo Martínez. Por su parte, el estadio ya mostraba alrededor de 20 mil butacas ocupadas, las cuáles gritaban y se emocionaban ante las acciones.

Con estos movimientos, La Volpe también respondió y metió a William Da Silva por Manuel Pérez. Aunque el resultado no fue el esperado, pues Santos puso a los once americanistas en propio y campo y por medio de sus laterales se crearon oportunidades manifiestas de gol. Pero antes de que el marcador cambiara, 'Chepo' decidió mandar a la cancha a Mauricio Cuero y sacar al autor del gol: Ulises Dávila.

Sin embargo no fue hasta el minuto 65 que Santos capitalizó el esfuerzo que realizó y por conducto de Osvaldo Martínez los de la laguna se acercaron en el marcador. Fue una anotación de tiro libre, una dónde el balón supero a la barrera y tuvo la fuerza y efecto correcto para alejarse del vuelo de Marchesín, el cuál solo hizo más vistosa la anotación. La famosa “Ley del ex” jamás había sido tan acertada.

Los minutos pasaban y América no respondía, Santos controlaba los rebotes, las llegadas, las faltas y las jugadas. Por eso, La Volpe decidió hacer dos cambios en una sola oportunidad al minuto 71: Oribe Peralta por Renato Ibarra y Darwin Quintero por Michael Arroyo. Con esto América esperaría una equivocación de los “Guerreros” para poder marcar por medio del contra golpe.

En la recta final del partido, Oribe y Arroyo buscaron la oportunidad pero nunca la encontraron. Las largas carreras de Oribe y las bicicletas de 'Miky' Arroyo no funcionaron. Del otro lado, Santos llegaba sin que América los detuviera. Los centros parecían dagas, siempre que aparecían lastimaban. Tanto que Osmar Mares estuvo cerca de anotar un autogol.

La jugada importante, la que pudo marcar otro camino para los dirigidos por el 'Chepo' llegó justo al minuto 90. En un centro mandado por la banda derecha de Santos, Julio César Furch conectó con la cabeza para estrellar su intento en el pecho de Marchesin, que con un paso cortó el ángulo del disparo junto con la ilusión santista.

Cuatro minutos más fueron añadidos al reloj, pero el tiempo fue igualmente mortal como América y Santos terminó por sucumbir. El árbitro, parado a unos metro del círculo central, alzó las manos y con el silbato en la boca, marcó el final de las acciones. América comenzó con el pie derecho su vuelo por esta nueva oportunidad al ganar un partido en la que la “Ley del ex” fue la protagonista.