Tras todo el caso Armstrong en el baúl de los recuerdos, Johan Bruyneel ha vuelto a abrir la boca para dejar claro que él no es ningún demonio y echando balones fuera sobre los casos de dopaje que hubo mientras él era el director de los equipos en los que corrió Lance. 

En una entrevista concedida a la revista belga Humo, Bruyneel explica que tiene la conciencia muy tranquila sobre las acusaciones de la USADA: "Puedo mirar a los ojos con todo el derecho del mundo. Nunca puse la salud de mis corredores en peligro".

Y es la Agencia Antidopaje de Estados Unidos publicó el año pasado un informe donde se exponía que el ex director deportivo obligaba a algunos corredores a tomar sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento. "Mi madre me llamó llorando porque había leído algo malo de mí y eso me rompió el corazón".

Bruyneel ha asegurado que de haber sido por él habría respondido antes, pero que su abogado no se lo recomendó: "Estaba impaciente por contestar a todas esas acusaciones, pero mi abogado me dijo que era mejor callar. Sólo puedo decir una cosa: no soy un demonio o lo que el público puede pensar. Creo que se tendrá una visión más precisa de esta situación a largo plaza".

Desde 2012, Bruyneel ha dejado el mundo ciclista y su cargo en el RadioShack por todo lo sucedido con su amigo Armstrong.