Michal Kwiatkowski ha comenzado la temporada 2014 a lo grande. Los números tan destacados de 2013 los ha empezado a corroborar, desde ya, en forma de victorias. Su gran actuación antes de ayer en el Trofeo Tramontana, tercera jornada de la Challenge de Mallorca, hablan por sí solos del potencial de este joven corredor de 23 años.
Kwiatkowski desarboló hace dos días las opciones de Sky y una escapada numerosa muy distanciada, en mitad de la montaña mallorquina. “Conocía el descenso del último puerto muy bien, lo que para mí es una ventaja”, explicó en declaraciones a Velonews tras su victoria. “Llegué sólo y es muy bonita esa sensación. Estoy muy feliz”, añadió.
Felicidad que se tornó en optimismo de cara al futuro, ya que su verdadero talón de Aquiles era la falta de remate, la falta de triunfos. “Estoy muy motivado. Los entrenamientos marcharon perfectamente este invierno y esta victoria me hace mirar hacia las siguientes carreras con gran optimismo”, destacó.
"Es muy bonita la sensación de llegar a meta solo", reconoce el polaco
Carreras de todo tipo, como se puede ver en su plan para 2014. Tras Mallorca, participará en Algarve, Strade Bianche y Tirreno-Adriático, pruebas en las que puede cuajar un gran actuación. Pero donde en teoría debe andar mejor es en las Ardenas, clásicas que ha primado este año por encima del pavé, debido a los excelentes resultados de la anterior campaña.
El polaco fue cuarto en Amstel y quinto en Flecha Valona, pero se hundió en Lieja, algo de lo que quiere resarcirse. La Doyenne marcará su primer alto en el camino, paréntesis en el que buscará su segundo pico de forma cara al Tour. Kwiatkowski será, muy probablemente, el elegido de Omega para luchar la general, en la que acabó 11º el pasado año.
Su indefinición, el mayor problema
Su mánager, Patrick Lefevere, confía plenamente en uno de sus ciclistas preferidos, pero señala a su carácter completo como un posible problema en su progresión futura: “Es uno de los mejores corredores del momento. El problema es que puede hacerlo bien tanto a comienzos de temporada como posteriormente, en las grandes vueltas. Me gustaría que corriera un poco menos y que se definiese uno o dos objetivos”.
A pesar de ello, lo realizado hasta ahora por este nuevo valor del pelotón no deja de tener su mérito. En su primera campaña con Omega, la de 2012, estrenó su casillero de victorias en los Tres Días de Flandes, ganando el prólogo, además de acabar segundo en la Vuelta a Polonia. El año siguiente dio un salto de calidad, obteniendo puestos muy destacados ya desde febrero: 2º en Algarve, 4º en Tirreno-Adriático y Amstel, 5º en Flecha y 11º en el Tour de Francia, entrando en la lucha por el maillot blanco junto a Quintana y Talansky. Sólo el campeonato nacional logrado en junio le quitó la ansiedad por la victoria, hándicap que ya comienza a eliminar de sus piernas.