Tom Boonen puede presumir de haber sido el vencedor de la etapa más rápida de la historia. Con un promedio de 56,816 kilómetros por hora, la cuarta etapa del Tour de Qatar disputada entre Dukhan y Mesaieed, podría ser considerada como la más rápida de la historia, en la que el pelotón recorrió los 135 kilómetros de itinerario en dos horas y media aproximadamente.
Las condiciones para que este hito se produjese eran las ideales, ya que desde el inicio de la etapa el viento sopló a favor de los ciclistas, algo que favoreció que los BMC, Omega Pharma y Belkin pudieran hacer estragos en el grupo principal imponiendo un ritmo muy fuerte.
La velocidad fue tal que superó en ocho kilómetros por hora el promedio logrado por el vencedor en la jornada anterior, el australiano Michael Hepburn (Orica GreenEdge), que fue el más rápido en una contrarreloj de 10,9 kilómetros.
Uno de los miembros del cuerpo técnico del Sky, Servais Knaven, afirmó que esta etapa ha sido la más rápida que ha visto tanto "siendo ciclista como siendo preparador". Desde el Trek, Dirk Demol aseguraba que nunca había visto una etapa "tan rápida" y que la más veloz que recordaba fue una en la Vuelta con "55 km/h de media". "Hoy se ha ido mucho más rápido y la primera hora se rondaron los 59 km/h. "¡Eso es increíble!" resaltó Demol, que prosiguió afirmando que "el viento fuerte de cola" había sido un factor "determinante".
Boonen, tras la etapa, se mostraba sorprendido por la velocidad del pelotón y aseguraba que él había ganado en una jornada aun más rápida, en la Paris-Niza de 2005 donde se alcanzaron los 57,5 km/h de media. La particularidad de aquella etapa fue que la nieve obligó a recortar el recorrido y se redujo a apenas 46 kilómetros.