La llegada del GP E3 Harelbeke, en el corazón de las Ardenas flamencas, supone un punto de no retorno para muchos clasicómanos. En esta prueba, antesala del Tour de Flandes, confluyen todos los pesos pesados de la primavera. Ahora con mucha más razón, después del ascenso de la carrera, hace dos años, a la máxima categoría World Tour.

E3, cuyo nombre alude a la antigua autopista entre Gante y Kortrijk, inicia la tradicional Vlaamse Wielerweek (semana del ciclismo flamenco). En este periodo se suceden las pruebas más duras y prestigiosas del calendario flamenco: Gante-Wevelgem (este domingo), Tres Días de La Panne (1-3 de abril) y el Tour de Flandes (6 de abril).

La táctica, la habilidad y la resistencia se tornan aspectos capitales para triunfar. Las distancias superiores a los 200 km y una sucesión mareante de muros, adoquines, curvas e isletas nos llevan hacia un ciclismo único, abierto a cualquier sorpresa. Ciclismo espectáculo, épico, que casi nunca aburre o defrauda. Por otro lado, el público flamenco, una de las aficiones más célebres, fieles y pintorescas de la historia de este deporte, aportan su granito de arena para conformar un ambiente deportivo y festivo único en el mundo.

Con salida y llegada en Harelbeke, localidad periférica del área urbana de Kortrijk, los ciclistas tendrán que superar 17 muros, el mismo número que en De Ronde. Entre la lista, algunos emblemas como Oude Kwaremont, Paterberg o Taaienberg y otros menos explotados, como Kortekeer y Knokteberg. Estos últimos funcionarán como filtro a 60 km. del final y tanto Kwaremont como Paterberg serán testigos de la lucha final por la victoria, 30 km. después. El Tiegemberg (1 km. al 6,5% de pendiente) cierra esta infernal sucesión de cotas y adoquinado, bañando de gloria al ciclista más resistente y listo de la jornada.

Primer contacto de Cancellara y Sagan

Los verdaderos protagonistas, los corredores, saben de ese carácter y prestigio tan especiales, y se presentan fieles a este inicio de la Wielerweek. Cancellara y Sagan, los triunfadores en 2013, serán las grandes novedades del starlist.

Tanto el suizo como el eslovaco aterrizan en Bélgica con el solo objetivo de ganar. Cancellara, vigente vencedor de E3, disparó algo desviado en Milán-San Remo y se querrá resarcir en una de las carreras que más alegrías le ha otorgado y en la que acumula tres trofeos. Sagan, por su parte, llega con dudas a Flandes y bajo la presión de ofrecer resultados de espesor cuanto antes. Segundo en la pasada edición, 'El Bicho' no esperará a De Ronde y meterá miedo a sus rivales desde este mismo momento. “No quiero hacer previsiones o prometer un resultado. Pensaré sólo en dar mi máximo”, destaca.

Peter Sagan quiere olvidar su discreta actuación en San Remo ganando en Harelbeke (foto: Cannondale).

Fuera de estas dos caras de la carrera está el equipo del pavé por excelencia: Omega Pharma. Los de Patrick Lefevere no quieren que se repita una temporada como la de 2013 y tienen a todos sus hombres prácticamente disponible para secuestrar la carrera. Harelbeke no es como Dwars, donde anteayer se exhibió Terpstra. La primera es más larga, es más dura y hay más rivales. Una victoria de los belgas puede poner muy nerviosos a Trek y Cannondale. Boonen (con cinco E3 en su palmarés), Terpstra,Stybar o Van Keirsbulck son las cuatro bazas con claras opciones de victoria.

Valverde: ¿ensayo o examen?

Mirando hacia nuestras fronteras, el interés está puesto en la novedosa presencia de Alejandro Valverde en la salida. El murciano ya anunció a comienzos de temporada su cambio de rumbo hacia Bélgica, con la intención de hacer rodaje en el pavé, un material muy presente en el próximo Tour de Francia.

Valverde, en el centro, junto a sus compañeros en el paso de Arenberg (foto: Fred Retsin / La Voix du Nord).

Una decisión que los fanáticos de estas pruebas no logran entender. El adoquinado que se pasará en el Tour será el de Roubaix, mucho más irregular (y llano) que el belga. Y la diferencia entre una clásica y una etapa en línea roza el abismo. Pero el murciano allí se ha plantado y no le va nada mal. Valverde corrió el miércoles A través de Flandes mostrando unas sensaciones estupendas, siendo protagonista y metiéndose en los cortes decisivos.

Pero Harelbeke no es Waregem y la exigencia será aún mayor. En una carrera donde la experiencia es un grado, si Valverde quiere ganar tendrá que activar el doble de sentidos que utilizó en las clásicas ya disputadas. Esto no es Strade Bianche ni Roma Maxima. Aquí no sólo hay cotas. Hay nervios, pinchazos, caídas, viento, lluvia y corredores dispuestos a vender su alma por un trozo del trofeo. Y un primerizo como Valverde, en este contexto y a pesar de su clase, lo puede pasar mal.