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Favoritos para las Ardenas: El 'all in' de Philippe Gilbert

El ciclista belga se ha jugado la primera parte de su temporada a una sola una carta: el tríptico de las Ardenas. Unas carreras que ya ha ganado y que quiere reconquistar.

Favoritos para las Ardenas: El 'all in' de Philippe Gilbert
(Foto: cycling-passion).
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Por Andreu Valentin Torrecilla

La primavera ciclista no se detiene con la disputa de la París-Roubaix. El infierno del norte marca el fin de la campaña de clásicas de adoquines y supone el inicio del tríptico de las Ardenas.

La Amstel Gold Race será la encargada de abrir el famoso trío de carreras que recorrerá la orografía de las Ardenas; una región plagada de colinas que se extiende al sur de los Países Bajos, al este de Bélgica, y al noreste de Francia.

Amstel, Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja, tres carreras y un objetivo común que comparten muchos ciclistas: coronarse como el nuevo rey de las Ardenas.

Philippe Gilbert estaba predestinado a ser un ciclista importante en estas carreras. Nació en Remouchamps, un pequeño pueblecito situado en la provincia de Lieja, en la Valonia belga.

A escasos metros de la casa de sus padres se encuentra la carretera que lleva hasta la Redoute, una de las cotas míticas que se ascienden durante la Lieja. Los vecinos de la zona cuentan que era habitual ver a un joven Gilbert tratando de aguantar el ritmo de los ciclistas profesionales en la Redoute en los días previos a la disputa de 'La Doyenne'.

Recuperar el trono perdido

No es de extrañar que el ciclista valón se marcase las Ardenas como uno de sus objetivos prioritarios temporada tras temporada. Su progresión fue constante, año tras año, ataque tras ataque, carrera tras carrera. Philippe iba subiendo su nivel poco a poco, pasó de outsider a favorito, hasta que en 2010 consiguió su primera victoria en el tríptico. Lo hizo en la Amstel Gold Race; fue sólo el preludio de lo que ocurriría una temporada más tarde.

2011 fue su año. Asombró al mundo ciclista anotándose las tres clásicas, algo que sólo había conseguido un ciclista, el italiano Davide Rebellin. Esa temporada ganó 18 carreras entre clásicas y etapas: el tríptico de las Ardenas, la Montepaschi Eroica, la Flecha Brabanzona, la Clásica de San Sebastián, la Vuelta a Bélgica, una etapa en el Tour, el Gran Premio de Quebec... acabó la temporada como número uno del UCI WorldTour.

Victoria de Gilbert en la Lieja-Bastoña-Lieja de 2011

Todo eran alabanzas para un ciclista que no parecía tener límites, los belgas veían en él a un corredor capaz de ganar los cinco monumentos. Al finalizar la campaña, decidió cambiar de equipo. Dejó el ambiente familiar del Lotto, donde era el jefe, y fichó por el ambicioso proyecto del BMC. A partir de ese momento todo se torció.

Gilbert consiguió únicamente cuatro triunfos, de gran prestigio, en dos temporadas: tres etapas en la Vuelta a España y el Campeonato del Mundo en ruta de Limburgo 2012.

Había pasado de ser el hombre a batir en las clásicas a convertirse en un ciclista ansioso, necesitado, estresado y falto de confianza. Su inseguridad le hacía leer de manera nefasta los tiempos de las carreras. Conseguía estar en la pelea por las victorias por su enorme talento, pero a la hora de la verdad, cuando se decidía la victoria, fallaba en la toma de decisiones.

Ha sacrificado Flandes y Roubaix por las Ardenas

Philippe no quiere que se repita la historia en esta temporada, por esa razón ha decidido saltarse las clásicas de adoquín y centrarse en las carreras de sus amores, aquellas que se adaptan a la perfección a sus características: “Este año lo he sacrificado todo por las Ardenas. Son las carreras en las que más destaco, se adaptan a mis características. Necesitaba un calendario más relajado, he corrido demasiado en las últimas temporadas. Si consigo recuperar mi nivel puedo marcar la diferencia".

El ciclista belga espera que estas dos últimas temporadas no sean más que un paréntesis dentro de una trayectoria espectacular. Gilbert ha tenido, tiene y tendrá siempre una calidad y unas aptitudes para el ciclismo excepcionales.

El valón ha echado el resto por las Ardenas. Habrá que ver si su 'all in' no es un farol. De momento ya se ha anotado el primer asalto: la Flecha Brabanzona.