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Nibali se lleva la 'clásica primaveral' del Tour

El campeón de Italia se ha adjudicado la segunda etapa del Tour de Francia y se viste de amarillo por primera vez en su carrera deportiva.

Nibali se lleva la 'clásica primaveral' del Tour
Vincenzo Nibali celebra su victoria en la segunda etapa del Tour (Fuente: EFE).
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Por Antonio Ramón Prieto Navarro

Tras la victoria en la primera etapa de Marcel Kittel (Giant - Shimano), ha sido Vincenzo Nibali (Team Astana) el que ha puesto su nombre, tricolore italiana en pecho, a la segunda jornada del Tour 2014. Nibali además sucede en el liderato a Kittel, que perdía comba en una de las cotas de la etapa. El amarillo y un pequeño pero maravilloso botín de dos segundos frente al resto de favoritos ha sido el premio para el de Mesina. Mark Cavendish no ha tomado la salida tras su caída en los últimos metros de la etapa de ayer. Una pequeña lesión en los ligamentos de un hombro no ha permitido seguir en carrera al ciclista de la Isla de Man.

La segunda etapa iba a recorrerer 201 kilómetros entre las ciudades de York y Sheffield. Kittel con el amarillo, Sagan con el blanco, Coquard con el verde y Voigt con el maillot de lunares encabezaban la salida desde el hipódromo y la posterior neutralizada por las calles de York. Tras 40 kilómetros llanos, comenzaba un recorrido repleto de cotas que han hecho durísima la carrera.

La fuga del día

En cuanto se bajaba la bandera blanca los corredores salían disparados en busca de la fuga del día. Esta se formaba con Blel Kadri (Ag2r La Mondiale), Armindo Fonseca (Bretagne - Séché Environnement), Perrig Quemeneur (Team Europcar), Matthew Busche (Trek Factory Racing), Cyril Lemoine (Cofidis) y el español David De la Cruz (NetApp Endura) compondrían una escapada a la que se sumaba después Bart De Clercq (Lotto Belisol).

Kittel, completamente ataviado de amarillo (foto: ASO).

Aroma de clásica

Tras una primera mitad de etapa muy tranquila, pero en la que no se permitía a la fuga superar los tres minutos de ventaja, no era hasta los últimos 90 kilómetros cuando aumentaba el ritmo. Entre subidas y bajadas, con las cunetas llenas de público, se respiraba el aroma de una clásica del norte. En la fuga, era Cyril Lemoine el que conseguía el mayor botín en las cotas puntuables, mientras que Blel Kadri pasaba primero por la única meta volante, que ni siquiera disputaron.

En un terreno quebrado, el ritmo iba ascendiendo como una sinfonía in crescendo, que hacía descolgarse a los hombres rápidos, como Démare, Greipel, Coquard, o el propio líder, Marcel Kittel. En la cota de Holme Moss (2º cat. 4'7 km al 7%), a 60 kilómetros de meta, se partía la escapada, atacando un Blel Kadri que soltaba uno a uno a sus compañeros de fuga para irse sólo hacia delante. Del pelotón saltaban Thomas Voeckler, Nicolas Edet, Tony Martin, Cyril Gautier y Marcus Burghardt, que formaban un quinteto perseguidor. Parecían peligrosos, pero fueron neutralizados antes incluso de cazar a Kadri.

En los kilómetros previos a la cota de Midhopestones (3º cat.), el ritmo se disparaba con la intención por parte de todos los equipos de llevar en las primeras posiciones a sus líderes hasta la cerrada curva que daba inicio a la ascensión. Tony Martin, recién neutralizado, echaba el resto para enfilar a un grupo que cazado Blel Kadri se despedazaba. A la serie de Tony Martin le sucedía la aceleración de un Garmin que llevaba a un grupo ya muy reducido totalmente enfilado y metido en la cuneta hasta la cota de Bradfield (4º cat.). Tras ello, sólo quedaron unos treinta corredores en el primer grupo, a los que se unía un pequeño corte en una rápida bajada. El ritmo no paraba en ningún momento, sumándose Sky y Astana a la fiesta. La falta de cualquier respiro provocaba que todo aquel al que se veía sufrir a cola de grupo perdiera contacto metros después.

Rolland y Peraud fueron los únicos favoritos que se atrevieron a intentarlo desde lejos, tras ver que el grupo no los seguía cuando sprintaron por la montaña en la cota de Oughtibridge (4º cat.). Sin embargo, en cuanto el grupo aceleró, primero Peraud y luego Rolland fueron cazados en el llano previo a Jenkin Road.

Jenkin Road, Froome lo prueba

Jenkin Road (4º cat.), el último repecho, era la temida última estocada a las piernas. 800 metros al 10,8% con una máxima desorbitada, que no ha servido más que para que los favoritos se miraran y Chris Froome lanzara un tímido ataque. Si la etapa recordaba a una clásica ardenera, el final recordaba a la misma Milán-San Remo. Tras la subida a Jenkin Road como si fuera el Poggio, seguiría una peligrosa bajada y un pequeño llano hasta meta, como si fueran las calles de San Remo. Tras puntuar Froome en la cima de la cota, Sagan y Fuglsang lanzaban la bajada, arriesgando en las curvas, pero tampoco así se cortaba el grupo. Tras varias arrancadas de Fuglsang, y los intentos de Van Avermaet, Van den Broeck y Romain Bardet, entre otros, el ataque bueno ha sido finalmente el de Nibali, que atacaba con fuerza desde atrás. Mordiéndose los labios, sacando la lengua. Tirando con cada músculo de su cuerpo. Entrando en los últimos 1.700 metros con cinco segundos de ventaja, el italiano echaba el resto.

Detrás nadie reaccionaba y Nibali proseguía su camino hacia meta, hacia la victoria. Un triunfo que le serviría para reivindicarse, después de una temporada de luces y sombras. También para tratar de saciar su sed de victorias. Por detrás, aceleraban Rui Costa, Froome, Valverde, Sagan, Van Avermaet, Tony Gallopin y el resto del grupo, ya en vano. Nibali, victorioso, entraba con tiempo suficiente para disfrutar y levantar los brazos, señalándose su nuevo maillot tricolor. un gesto de reivindicación. Yo soy Nibali, el tiburón de Mesina.

A Nibali lo han acompañado Greg Van Avermaet y Michal Kwiatkwoski en el podio. El italiano es ahora líder de la general con una pequeña ventaja testimonial de apenas dos segundos. Queda ver si el equipo se plantea defender el liderato, o dejarlo ir para no verse sometido a tal presión desde los primeros días. Con su cuarto puesto, Sagan sigue sumando puntos en su lucha por el maillot verde, conservando además el blanco de los jóvenes. El de la montaña lo lucirá mañana Lemoine, mientras que Team Sky encabeza la clasificación por equipos.

Tercera etapa, sprint previsible

La tercera jornada de este Tour pondrá fin a la incursión por tierras británicas. Los corredores tomarán la salida en la ciudad de Cambridge, famosa por su universidad, para recorrer 155 kilómetros hasta la capital inglesa, Londres. Antes de meta, pasarán por el Olympic Park, complejo construido para la disputa de los pasados Juegos Olímpicos de Londres en 2012, y en el que entre otras estructuras, se encuentra el Velódromo de Londres. Allí consiguieron medalla olímpica Geraint Thomas (Sky Team) y Bryan Coquard (Europcar), que participan en este Tour.

En todo caso, la etapa no presentará problemas para los equipos de los esprínters. En Londres, la meta estará situada frente al Palacio de Buckingham. Allí veremos otro nervioso y rápido sprint en el que ya sin Cavendish, volveremos a ver codo contra codo a Kittel, Sagan y Greipel. Rojas, Kristoff, Modolo, Démare, Coquard, Vanmarcke, Albasini tratarán de colarse entre ellos.

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