Vincenzo Nibali tiene muy claro su objetivo para la temporada que está a punto de comenzar. Su máxima ambición es repetir lo logrado el pasado año, adjudicándose así el que sería su segundo Tour de Francia consecutivo. Antes, el ciclista de Astana intentará realizar un buen papel en las pruebas que componen el tríptico de las Ardenas, especialmente Lieja.

El de Sicilia ha optado por un calendario corto, en el que tratará de llegar lo más fresco posible a Utrecht, ciudad holandesa que acoge este año la salida del Tour de Francia que arrancará el 7 de julio. Desde ese día y hasta el final de la carrera, el de Sicilia espera poder estar a su mejor nivel con el único fin de volver a reinar en París.

Al Tour, con menos días en las piernas

Su prioridad por el Tour ha sido clave a la hora de confeccionar el calendario. Si el año pasado llegaba al inicio de la Grande Boucle con 44 días de competición en las piernas, la previsión para 2015 es que lo haga con 30-32 días. Esto ha conllevado retrasar su debut. En 2014 inició la competición en enero, disputando el Tour de San Luis. Esta temporada sin embargo no empezará a rodar hasta el 4 de febrero en Dubái. Posteriormente seguirá por la zona para correr el Tour de Omán antes de volver a Europa.

La primera carrera en suelo europeo será la Strade Bianche, prueba que no corre desde 2012. Después empalmará una de sus carreras favoritas, la Tirreno-Adriático – ha ganado la general en dos ocasiones – con la Milán-San Remo, en la que espera estar al mismo nivel que en 2012 cuando fue tercero.

El tríptico de las Ardenas, primer pico de forma del año Una vez disputada la cerrera más larga de calendario, Vincenzo Nibali se apartará de la competición – que no de los entrenamientos – casi un mes para afrontar con garantías el primer gran objetivo que se ha marcado. Y es que, además de ganar en París, el siciliano también desea hacer un buen papel en Amstel Gold Race, Flecha Valona o Lieja-Bastoña-Lieja. En este última intentará resarcirse de lo ocurrido en 2012, cuando fue segundo, superado a menos de un kilómetro de meta por su ex compañero Maxim Iglinskiy, actualmente sancionado por dopaje – el primero de todo el caso Astana – tras dar positivo por EPO en agosto del año pasado.

Y tras correr las tres clásicas de las Ardenas, otra vez a entrenar duro, priorizando la preparación física por encima de la competición. De esta manera el italiano volverá a apartarse de la escena pública durante mes y medio – aprovechará seguro para realizar alguna concentración – antes de encarar Dauphiné del 7 al 14 de junio. Desde entonces y hasta el 4 de julio que arranca el Tour, solo disputaría los campeonatos nacionales de su país, si bien aún está por confirmar si defenderá o no el título de ruta o si participará también en el Nacional de contrarreloj.

Nibali, consciente de que será más difícil

Llegado a este punto de la temporada, Vincenzo Nibali tratará de buscar la gloria por segundo año consecutivo, consciente de que será muy difícil de lograr. El podio de París, con esa imagen en la mente arrancará el italiano el 4 de julio la ronda gala, buscando repetir la hazaña del año anterior en la que salió victorioso de una batalla de 21 días en la que demostró ser el más fuerte de los supervivientes.

Su triunfo en el Tour, marcado especialmente por los abandonos de Contador y Froome Y es que aquella victoria, sin desmerecer el gran estado en el que llegó el corredor de Astana, vino marcada por el abandono de sus dos máximos rivales, Chris Froome y Alberto Contador. El Británico abandonó en la quinta etapa, el día de los adoquines, cuando estaba a dos segundos del ya por entonces líder de la carrera Vincenzo Nibali. Precisamente esa jornada el italiano dio un golpe sobre la mesa y distanció al resto de sus rivales. Cuando el de Pinto se despidió de la carrera, en la novena jornada, estaba a 2:34 de quien sería a la postre el ganador de la ronda gala.

Nibali sabe que, pese a la diferencia notable que tenía con Contador, si llega a disputarle la carrera hasta el final – él y Chris Froome – hubiese sido mucho más complicado alzarse con la única gran vuelta que le quedaba por añadir en su palmarés. Por eso este año ha tomado la decisión de priorizar ante todo la ronda gala, a sabiendas de que este año sí, tendrá que pelear con los mejores por lograr un sueño que muchos ansían y pocos consiguen.

A partir del Tour, misterio

Una vez finalice el Tour de Francia es un misterio el calendario que hará el corredor de Sicilia. Tanto él como el equipo no han desvelado si estará en Puerto Banús (Málaga) el 22 de agosto para participar en la Vuelta a España, Está por ver también si el corredor incluye o no el mundial en sus previsiones para el final de temporada o si vuelve a saltarse Lombardía – ante la sorpresa de todos - como ya hiciese el pasado año, corriendo esas fechas en Kazajistán por exigencia de los patrocinadores del equipo.