Los sueños, sueños son. Peleas por ellos, te esfuerzas por tenerlos a la vista y, de repente, una mañana despiertas y te das cuenta de que está a tu alcance. Eres uno de los favoritos a ganar la carrera con la que siempre fantaseaste. Así se levanta cada día Juanjo Lobato (Movistar), un ciclista que se ha ganado por motu propio ser considerado como uno de los candidatos a la victoria en Milan-San Remo.
El corredor gaditano sigue con una trayectoria ascendente en su carrera más que destacable, pese a que la pasada temporada no disputó ninguna de las tres grandes carreras. Aun así, pudo demostrar su valía, quedando cuarto en la edición anterior de la Classicissima. Tras ese acercamiento al podio en su debut en la Milan-San Remo, Lobato se quedó con una espina clavada que solo podrá sacarse con un fuerte aullido en Vía Roma.
La preparación del andaluz para este 2015 ha sido especial. La clásica italiana es su objetivo principal de este inicio de campaña, por lo que su pretemporada ha sido especialmente intensa. En los primeros compases del año ciclista ha demostrado estar un punto por encima de los demás en cuanto a estado de forma.
Tres triunfos lucen ya en su palmarés. El primero de ellos, en el Tour Down Under, dejó entrever la potencia que atesora en sus piernas. No tuvo rival en Stirling y pudo campeonar en la segunda etapa de toda la temporada. Un mes después en su tierra, Andalucía, logró las otras dos, primero en Lucena y luego en Alhaurín de la Torre. Dos terceros puestos en el Tour de Dubai y el segundo en la Clásica de Almería completan la lista de grandes resultados del gaditano en este inicio de 2015.
Estas tres victorias tienen un denominador común que no coincide con el de Milan-San Remo: final complicado, con rampa, no un sprint al uso. Este factor resta posibilidades de victoria a Lobato, pese a que rinde bien también en llegadas masivas llanas, sin que la carretera pique hacia arriba. Un final en el que se pelee el triunfo con sprinters de la categoría de Mark Cavendish, John Degenkolb o Alexandr Kristoff le complicaría mucho las opciones de ganar.
El hecho de conseguir o no la victoria en esta carrera o, al menos, estar cerca de ella, podría determinar hacia qué tipo de ciclista desea evolucionar el gaditano. Sin duda, tiene características para convertirse en un gran clasicómano, como la potencia en la arrancada y el sentido táctico para decidir cuándo arrancar. Si Lobato ve que puede ganar Milan-San Remo, es probable que encamine su preparación más hacia el sprint, mientras que si no sucede esto, se dirigirá hacia un perfil más similar a Valverde o Purito Rodríguez, ciclistas con buen rush final en metas con pendiente.
Pese a todo, el andaluz está en condiciones de ser el tercer español que alce los brazos en la Classicissima. Miquel Poblet fue el primero en lograrlo. El catalán venció dos veces en Milan-San Remo, en 1957 y 1959, convirtiéndose en el primer español con gusto por las clásicas. Años más tarde le sucedería Óscar Freire, que rizó el rizo y triunfó en tres ocasiones en esta carrera: 2004, 2007 y 2010. El cántabro es el corredor con el que se compara a Lobato y, sin duda, un triunfo en Vía Roma aumentaría las semejanzas entre ambos ciclistas.
La Vía Roma debe de estar preparada para soportar un fuerte aullido en la línea de meta. Juanjo Lobato se presenta en esta Milan-San Remo con mucho que ganar y poco que perder, con opciones de triunfar en la Classicissima y con mucha ilusión. El camino hasta llegar a Milan ha sido de gran nivel, ahora debe refrendarlo en el trayecto entre la gran ciudad italiana y San Remo. Lobato tiene ganas de aullar, de aullar más fuerte que nunca para que resuene en toda la jungla ciclista.