En toda guerra hay vencedores y perdedores, gente que sale damnificada y gente que sale reforzada. Así, de la Vuelta al País Vasco, corredores como Michal Kwiatkowski, Rafal Majka, Jean Cristophe Peraud o Nairo Quintana salen damnificados por lo ocurrido en tierras vascas, corredores que tendrán que mejorar sus actuaciones si desean cumplir con los objetivos asignados para esta temporada.

Nairo Quintana, el gregario supera al líder

Ion Izaguirre lo tenía claro, “Movistar va a intentar ganar con Nairo Quintana”. Él era el mejor gregario del colombiano. Pero no solo eso, también fue el mejor corredor de Movistar en la clasificación general. Ganador en 2012, el colombiano llegaba a esta Vuelta al País Vasco con la intención de ganar la general. Así se vio en Zumarraga. ‘Purito’, Henao y él los más fuertes. Todos temían al ciclista telefónico en Arrate. Su equipo lo sabía y endureció la etapa desde el principio.

En plena ascensión final a Arrate, donde Quintana se exhibió en 2012, Quintana demostró no estar fino. Intento salir al ataque de Sergio Luís Henao. Se sentó. Aunque luego lograse entrar en el grupo de los mejores y no perdiese tiempo, el de Colombia no estaba fino. Así se ratificó en el muro de Aia, etapa en la que Quintana se dejó doce segundos.

La crono era su única opción. Lo tenía complicado. Marcó un tiempo de 29:16. Ion Izaguirre en meta atendiendo a la prensa se gira para ver la llegada de su compañero. Rápidamente oye un mensaje por megafonía: “Ion Izaguirre es tercero”. El gregario por delante del líder.

Michal Kwiatkoski, de sensación de fuerza a sensación de debilidad

Los belgas tenía claro su objetivo: ganar la clasificación general. Para ello contaban con Michal Kwiatkowski. El polaco, segundo el año pasado, este año iba a ganar, a por todas. Empezó conganas. Segundo y cuarto en las dos primeras etapas al sprint. Demostración de fuerza. Perdió siete, veinte tres en las dos próximas etapas de montaña. Demostración de debilidad. Lo intentó en la última etapa en línea. Se lanzó en el primer paso por el muro de Aia y ayudado por su compañero Tony Martin llegó a ser líder virtual. Pero por detrás faltaba el arreón de Katusha, Sky o Movistar. Llegó, fue atrapado y perdió otros trece segundos.

La contrarreloj era su última oportunidad. Pese a lo inusual del recorrido del crono, era el mejor rodador de todos los favoritos – si se le podía considerar como tal estando a 43 segundos – así que tenía realizar una crono espectacular y esperar a sus rivales. No la hizo. 29:23. Lejos de toda opción. El polaco cerró una semana de contrastes para un corredor que lucha por la general. Con los mejores al sprint, lejos de ellos en la montaña. Termonó 8ª en la general a 1:15 del ganador.

Rafal Majka, el corredor invisible

Así como a Michal Kwiatkowski, pese a no haber logrado su objetivo, a Rafal Majka apenas se le ha visto, y cuando sí, ha sido para observar como perdía contacto con los mejores. Es cierto que el recorrido no era el más idóneo para el polaco. En las carreras sin puertos tendidos, en los que la explosividad es imprescindible, el corredor de Tinkoff-Saxo sufre. Estuvo bien en Zumarraga, pero flojeó en Arrate, la subida que más se adecua a sus características. Volvió a perder tiempo en la llega a Aia, donde se quedó sin opciones. Antes de arrancar la última etapa, su única ambición era ser top 10. La crono para él era un mero trámite.

Y así se lo tomó. El polaco realizó una contrarreloj para olvidar. 31:05. Lejos, muy lejos. Así quedó, no solo en la contrarreloj, también en la clasificación general en la que ha finalizado 15ª a 3:11. Todo tras una semana pasando inadvertido, siendo un corredor invisible.

Jean Cristophe Peraud, lejos de sus objetivos

El año pasado, sin miradas sobre él, quedó tercero en la Itzulia. Este año, tras su segundo puesto en el Tour, la gente le ha empezado a observar. Según declaró el francés antes de arrancar esta vuelta tenía la intención de quedar “entre los diez primeros seguro” y después ver si tenía opciones de “entrar entre los cinco primeros”.

Jean Cristophe Peraud empezó mal. Perdió 58 segundos en la tercera etapa. Al día siguiente, en la salida del día de Arrate, afirmaba “estar bien de piernas” y que su intención era “intentar recuperar tiempo” en la subida final. No pudo ser. Perdió 23 segundos en Arrate y dos minutos más en Aia. Tras una crono discreta, el de AG2R terminó en 16ª sexto lugar 3:16. Lejos, muy lejos de sus objetivos.