Llega la Vuelta a Castilla y León y lo hace en pleno final de la temporada de clásicas. Los grandes ciclistas están pensando en las Ardenas o en el Giro de Italia, que se disputa en tres semanas. Aun así, un recorrido con oportunidades de todo tipo y una nómina de ciclistas importante, harán apasionante esta carrera.
Una vuelta que se disputa de forma ininterrumpida desde 1985, con la excepción de 1990 e históricamente ha gozado de buena participación. Nombres como Miguel Indurain, Melchor Mauri o Ángel Casero triunfaron en los años 90 cuando la nomenclatura era “Trofeo Castilla y León”. Avanzados los 90, la denominación pasó a ser la actual y ya en el Siglo XXI, hombres como Paco Mancebo (x2), Juanmi Mercado, Alberto Contador (x3) o Xavier Tondo han sido los triunfadores. Una carrera que se ha visto perjudicada en participación en las últimas ediciones donde las victorias han sido para segundos espadas como Javi Moreno, Rubén Plaza y corredores de equipos pequeños como David Belda.
Hombres rápidos y escaladores, a escena
Pero ya centrados en la presente edición, tres etapas con perfiles para todos los gustos. Dos etapas con oportunidades para los hombres rápidos o para los aventureros que busquen una buena fuga y una tercera jornada clave para la general, con la llegada al Alto de Lubián (Zamora). La clasificación final se decidirá en esta última etapa aunque las dos etapas anteriores pueden dejar alguna que otra sorpresa.
Etapa 1: Ávila - Alba de Tormes (147 km)
La primera jornada transcurre entre Ávila y Alba de Tormes (Salamanca) con 147 kilómetros de recorrido. Tres puertos puntuables aderezan la primera parte del recorrido con el paso por Navalmoral (3ª), Menga (2ª) y Villatorio (3ª). A partir de ahí, 64 kilómetros llanos hacia la meta de Alba de Tormes que pica hacia arriba. Oportunidad para los hombres rápidos aunque habrá que ver la dureza de ese pequeño repecho que da acceso a la línea de meta.
Etapa 2: Guarda - Fuentes de Oñoro (208 km)
La segunda etapa une Guarda, en Portugal, con Fuentes de Oñoro, en Salamanca. 208 kilómetros con mayor dureza que la jornada anterior pero con muchos kilómetros llanos desde el último resquicio montañoso. La mitad de la etapa transcurre por territorio luso y se superarán dos altos de montaña: Penhas Douradas y Da Torre, de primera categoría. Dos altos duros pero, tras coronar, más de cien kilómetros llanos aunque aderezados con algún repecho que podría dar vida a una posible fuga. De nuevo, los hombres rápidos tendrán su oportunidad aunque puede haber margen para una escapada de nivel.
Etapa 3: Zamora - Alto de Lubián (179 km)
Para acabar, la jornada reina de la carrera. Con salida en Zamora y llegada en el Alto de Lubián, en la comarca de Sanabria, los 179 kilómetros de etapa son llanos hasta la parte final. A falta de 27 kilómetros para la meta se afrontará el Alto de Padornelo (2ª) y se enlazará, tras el descenso, con el Alto de Lubián (1ª). La subida tiene siete kilómetros al 9%, muy dura para una carrera de esta entidad. Ahí es donde habrá las grandes diferencias de cara a la general.
Rolland frente a Movistar con permiso del vigente campeón
En cuanto a los favoritos, la nómina se abre bastante con la ausencia de los grandes líderes. David Belda (Burgos-BH) ya se impuso en Lubián en 2014 y, a la postre, se llevó la general. Aun así, a priori, serán los equipos Movistar y Europcar los que aglutinarán todas las opciones de victoria. El conjunto telefónico cuenta con varias alternativas aunque, en principio, Rubén Fernández y Javi Moreno serán las alternativas más fiables en subidas tan duras. Habrá que ver el papel que tienen Winner Anacona e Igor Antón aunque en principio podrían ser gregarios d elos anteriores. Un ojo también estará puesto en Jesús Herrada. Tiene capacidad para superar los puertos y rematar en los últimos kilómetros. Este tipo de carrera se le da muy bien al conquense.
En Europcar, por su parte, acuden con Pierre Rolland como líder con la intención de que este prometedor vueltómano venido a menos, siga cogiendo confianza con victorias, aunque sea en carreras menores. Además, el apoyo de Romain Sicard y Cyril Gautier será vital. Otros favoritos serán Miguel Ángel Rubiano y Rodolfo Torres (Team Colombia), Paco Mancebo (SkyDive Dubai) o los ciclistas de los equipos portugueses como los españoles Alejandro Marque y David de la Fuente (Efapel), Delio Fernández (W52-Quinta da Lixa) o el portugués Ricardo Mestre (Tavira).
Caja Rural, todo a Barbero
Por su parte, el resto de equipos españoles no tendrán grandes opciones de victoria aunque la combatividad y las escapadas serán sus mayores oportunidades de éxito. Caja Rural acude con una formación B, con varios rematadores de calidad que pueden tener oportunidades en las dos primeras etapas como Carlos Barbero, Ángel Madrazo, Eduard Pradés o Fabricio Ferrari. Además, su hombre fuerte de cara a la última etapa y la general será Lluis Mas.
Combatividad y ¿algo más?
En Burgos-BH, además de David Belda, uno de los candidatos a la victoria final, acuden con ganas de demostrar cosas en cuanto a combatividad. Será habitual ver a la formación burgalesa en las escapadas con hombres como Jesús del Pino, Ibai Salas o Víctor Martín. Por último, Murias-Taldea apostará todo a Garikoitz Bravo que tiene calidad y potencia para pelear con los mejores en montaña. Será su baza para la general. Además, hombres como Txoporena, Estévez u Orbe tendrán que buscarse la vida para intentar rematar en buenas posiciones en las dos primeras etapas. Al igual que los anteriores, la combatividad será su mejor arma. El combinado español de ciclismo en pista buscará las escapadas para dar protagonismo a su formación con Eloy Teruel entre ellos.
Barbero y Palini, los más rápidos
De cara a las dos primeras etapas, en donde el triunfo, a priori, no se jugará entre los grandes escaladores, hombres como Carlos Barbero (Caja Rural), Enrique Sanz (Movistar Team), Edwin Ávila (Team Colombia) o Andrea Palini (SkiDive Dubai) serán los candidatos en las posibles llegadas masivas con la posible inclusión de un rematador de la calidad de Jesús Herrada. Todo ello pensando en que no habrá una escapada que pueda llegar a buen puerto.
Por tanto, un participación de segunda fila pero con oportunidades para ver distintos perfiles de ciclista y emoción, mucha emoción, por las carreteras castellanoleonesas.