La lluvia que cayó copiosamente sobre los ciclistas en los últimos kilómetros de la jornada de ayer provocó el caos en la carrera. El descenso de Crosara, bastante cerca de meta, provocó las caídas de muchos ciclistas y del abandono de algunos como el de Simon Gerrans (Orica-Green Edge), Stefan Kueng (BMC), Manuel Belleti (Southeast) o el de Jaroslaw Marycz (CCC-Sprandi). Otro ciclista que se fue al suelo pero siguió pedaleando fue el holandés Stef Clement, quien llegó a meta más de 17 minutos después que Philippe Gilbert, entrando casi en la última posición (acabó en 180º lugar exactamente). 

Los problemas del holandés no se acabaron ahí. Tras caer en el descenso por culpa de la carretera mojada y hacerse bastante daño en su codo izquierdo y en la cadera, llegó en el último grupo de carrera y acabó, como se ha dicho antes, a más de un cuarto de hora del ganador de la etapa. Tras pasar la línea de meta, fue citado para pasar el control antidopaje y no pudo acudir. Thierry Marichal, director deportivo del equipo, lo explicó en Cyclingnews: "Tuvimos que ayudarle con el hombro en el coche a fin de poderlo lleva al control antidopaje a tiempo".

Pero el holandés no llegó a tiempo. El caos post-etapa, con muchos equipos intentando salir cuanto antes del párking para llegar a sus hoteles y la multitud de aficionados que aún seguían en la meta pese a la lluvia dificultó al coche de su equipo llegar hasta donde había sido citado el ciclista holandés. "He acabado bloqueado en el aparcamiento de autobuses y ya era demasiado tarde para el control antidopaje. Heridas húmedas, frías y sucias. Me arriesgo a una suspensión de dos años", dijo el holandés en Twitter.