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Objetivo París

Muchos creerán que el ciclismo es tan simple como darle a los pedales hasta que el cuerpo diga basta. Y aquel que más resista será el justo vencedor. Sin embargo, numerosos factores pueden ser determinantes de cara a la victoria. Ataques en el momento adecuado, relevos precisos y un sinfín de tácticas que hacen de este deporte y del Tour algo más que correr cuatro horas al sol. Aunque cada movimiento tenga su seña de identidad, todos pretenden llegar al mismo objetivo: rozar la gloria en el tercer acontecimiento deportivo más importante del mundo o lo mas grande de este deporte: llegar de amarillo a la ciudad de la luz, a París

Objetivo París
Fuente: Galería oficial Tour de Francia 2015 | ASO.
rafaelgonzalezgraciani
Por Rafael González Graciani

Después de 21 días de ciclismo del más alto nivel, el apasionado del ciclismo se levanta al día siguiente con una extraña sensación. Una sensación que todo fan tiene la jornada después de la etapa de los Campos Elíseos y se resume en una simple pregunta: ¿ya se ha acabado el Tour? Pues sí, la 102 edición de la ronda gala ya ha dictaminado ganador y no queda más que esperar 341 días a que el Tour vuelva a encenderse, esta vez, desde el Canal de la Mancha.

Tras la ceremonia que se vivió ayer en los Campos Elíseos que erigió a ese ciclista keniata delgado y de tez blanca en calidad de todopoderoso Chris Froome II, llega el momento de echar la mirada atrás y contemplar los momentos decisivos de este Tour 2015. Unos instantes que inclinaron la balanza a favor de unos y en contra de otros. Y ahora más que nunca, los pequeños detalles son los que marcan la diferencia y las situaciones que se han vivido en este Tour de Francia no son para menos. Para ganar hay que mimar hasta el más mínimo detalle y para ello todo un arsenal de tácticas debe ser desplegado en el momento adecuado, para así alcanzar el reconocimiento más prestigioso que puede ostentar un ciclista: vestirse de amarillo en la ciudad más mágica del mundo, porque siempre, nos quedará París.

Una primera semana nunca antes vista

Tras el prólogo inaugural que vistió al australiano Rohan Dennis (BMC Racing Team) de amarillo, el pelotón se citó en Utrecht para enfrentarse a la primera etapa hecha para sprinters. Una etapa que a la par se preveía tranquila pero tuvo un desenlace bien distinto. Dicha etapa hizo que apareciesen los primeros movimientos importantes, lo cual hizo que algunos equipos hiciesen agua por todas partes. Hablamos del equipo español Movistar Team. Después del empuje de Tinkoff - Saxo y Etixx - Quickstep aprovechando el viento de costado que había a 30km de meta, miles de personas se dieron cuenta que no había ninguna mancha verde en el pelotón, el equipo dirigido por Eusebio Unzué no tenía presencia alguna, lo cual hicieron saltar las alarmas.

Alberto Contador (Tinkoff Saxo) siguió dirigiendo a sus compañeros para maximizar los daños que estaban haciendo a Nairo Quintana (Movistar Team) y Vincenzo Nibali (Astana Pro Team). Resultó sorprendente que después de los cortes que sufrió Alejandro Valverde (Movistar Team) hace dos años en una etapa de similares características, su sustituto Quintana se encontrará en las mismas. Esto supuso que Froome y Contador picasen un tiempo importantísimo. La estrategia del conjunto ruso fue ejecutada a la perfección dejando a Nairo un poco más lejos de la victoria final. Ese día, Nairo Quintana perdió 1'28''. Si ese día el colombiano hubiese entrado en meta en el grupo cabecero, y todas las etapas venideras se hubiesen desarrolado tal y como se han desarrolado realmente, ayer Nairo hubiese ganado la general por 16".

También cabe destacar que ese día Fabian Cancellara (Trek Factory Racing) supo aguantar con los mejores y rematar en un sprint impresionante. Lo cual, hizo que fuese líder por tres segundos. 'Detallitos' que marcan la diferencia.

De las etapas venideras, cabe destacar la proeza que realizó Tony Martin (Etixx - Quickstep) en la etapa de los adoquines. Tras sufrir un pinchazo, el equipo belga estuvo listo y supo reintegrar a la locomotora alemana en un grupo que andaba bastante rápido. De dicha forma, el alemán logró vestirse de amarillo tras un ataque sensacional.

Tambien es digno de mencionar la estrategia que siguió el conjunto africano MTN-Qhubeka para lograr que Daniel Teklehaimanot fuese el primer africano en vestir el maillot de lunares. Aunque parezca fácil, meter a un hombre en la fuga, y encima conseguir puntos para la montaña está a la altura de ciertos directores.

Sin embargo, el punto de inflexión del Tour llegó en La Pierre de Saint Martin, una etapa que sembró el miedo en muchos ciclistas y dictó sentencia a favor de Chris Froome y su equipo infranqueable.

Y llegó la primera etapa de montaña...

La combinación día de descanso más etapa de montañá auguraba las primeras diferencias entre los hombres de la general pero jamás se podría esperar que Chris Froome saliese líder de esa etapa con 2'52'' de ventaja respecto al segundo clasificado, en aquel entonces, Tejay Van Garderen (BMC Racing Team). Después de dicha actuación, se empezaron a escuchar los típicos "se ha acabado el Tour", "esto está sentenciado". Pero otros creían que había llegado el momento de poner a Froome y Sky contra las cuerdas, algo que no pasó hasta la 20ª etapa.

Esa etapa (Tarbes › La Pierre-Saint-Martin) marcó la carrera en bastantes sentidos. Por un lado, Froome dio un hachazo díficil de remontar, y por el otro, corredores como Purito Rodríguez (Katusha), Thibaut Pinot (FDJ) o Romain Bardet (AG2R La Mondiale) tuvieron que arrastrarse diciendo adiós a toda opción de podio en la general.

Se abría una nueva puerta para todos ellos. Una puerta que les llevaría a una victoria de etapa.

El Tour de las fugas

Es complicado recordar otras ediciones del Tour y dar con alguna donde tantas fugas hayan triunfado como en la de este año. ¿La razón? El control de Sky y la pasividad del pelotón. En seis de ocho etapas de media/alta montaña triunfó un integrante de la fuga inicial. Entre ellos, Rafal Majka (Tinkoff Saxo), 'Purito' Rodríguez (Katusha), Steven Cummings (MTN - Qhubeka), Rubén Plaza (Lampre Merida), Simon Geschke (Giant - Alpecin) o Romain Bardet (AG2R La Mondiale).

Este dato revelador indica que el paso por los Pirineos y el principio de los Alpes ha sido un viaje tranquilo donde Sky ha controlado a la perfección cualquier ataque rival.

Esto se ve reflejado en el número de ocasiones en las que Geraint Thomas (Team Sky) neutralizó a todo un escalador como Nairo Quintana (Movistar Team) o en los ataques a 70km de meta que realizó Alberto Contador en varias etapas. Todos eran neutralizados al segundo, lo cual hacía más complicado plantarle cara al todopoderoso Sky. Hasta que llegó Alpe d'Huez... Un poco tarde, pero llegó.

En manos de Movistar

Si algún equipo podía plantarle cara a Sky era el Movistar de Alejandro Valverde y Nairo Quintana. A la llegada los Alpes, los dos principales aspirantes a la general ya estaban perfilados. Quintana vs. Froome. Ahora bien, ¿cómo desbancar al británico?

Muchos dirán que la estrategia de Arrieta y Chente fue pésima pero es duro, muy duro hacer que un líder tan sólido como Froome explotase. En la etapa de Pra Loup se creyó en que el equipo de Unzué podía hacerle daño a Froome cuando se vió la estampa de cuatro Movistar contra Froome. Y ahí si se pudo hacer más pero Movistar solo se limitó a poner ritmo.

Al menos, quedaba la batalla del Alpe d'Huez, donde Quintana y Anacona pudieron plantarle cara al británico. Pero ya era muy tarde.

Otra ocurrencia que pudo haber hecho bastante daño a Froome podría haber sido el un ataque de Valverde en el momento oportuno. Era un rival inmediato en la general y el británico se hubiese desfondado para cogerle. Llegados a ese punto, Quintana lo podría haber rematado. Sin embargo, la situación no se dió. Por lo tanto, está claro que Movistar podría haber hecho algo más, pero tampoco es digno de criticar a una dirección deportiva que ha colocado a dos de sus corredores en el podio de París. Poco se puede hacer contra un equipo como Sky y un corredor como Froome. Toca esperar al año que viene.

Balance final.

Despues de todo lo expuesto en lo referente a lo táctico se llegan a cinco conclusiones:

​​​1. Contador y Nibali no han podido luchar por la general.

Lo cual, ha hecho que Sky se haya tenido que enfrentar a dos rivales menos, y en consecuencia, a los dos equipos que también le podrían haber plantado cara. Por lo tanto, Movistar, fue el único bloque que tuvo que asumir la responsabilidad de plantarle cara a Sky, un bloque sumamente superior al español.

2. El ciclismo moderno ya es una realidad en toda regla.

Adiós a los ataques de lejos e individualidades. Ya todo pasa por la disputa entre equipos. Contador y Nibali fueron los únicos que se animaron y a excepción del día de la Toussuire, no pudieron ir a más ante el empuje de 16 hombres de Sky y Movistar.

3. La etapa de los abánicos vital.

Perder 1'30'' en una etapa llana después de lo que le paso dos años antes a Valverde deja mucho que desear. Movistar tendría que haber estado mucho más atento. No es lo mismo acabar la primera semana a 2'00'' de Froome que a 1'30''.

4. La aparición de Geraint Thomas.

Si ya fue determinante Richie Porte en el Tour 2013, imaginesen ustedes la misma figura por partida doble. El día de Plateau de Beille, Nairo pudo haber hecho muchísimo daño pero el galés estuvo impecable y no le dió ni 50 metros de ventaja. Esto crea cierta confianza en Froome y mucho miedo en los rivales.

5. En ninguna etapa se organizaron los "tres fantasticos".

Si Quintana se hubiese agarrado a la rueda de Nibali en 19ª etapa otro gallo podría haber cantado. La unión hace la fuerza y al no haber habido ningun pacto de titanes, Froome a dominado a su merced.


Al menos, la espera no es tan larga. En 26 días, la Vuelta a España saldrá de Puerto Banús con fuerzas renovadas y con 198 valientes que pondrán todo su empeño en disfrutar de su oficio y en haced disfrutar a tantos y tantos aficionados del ciclismo.

Y así decimos adiós a una parte del verano, al Tour de Francia 2015. | Fuente: ASO